El campo valenciano pide que las ayudas de la dana incluyan a los afectados sin ingresos en 2023

Puede parecer una reclamación demasiado específica por parte de los agricultores valencianos. No obstante, desde AVA-ASAJA hacen hincapié en la imporancia de tener en cuenta a aquellos agricultores que no obtuvieron beneficio en la campaña previa a la dana, ya que de lo contrario se desincentiva la entrada de nuevas generaciones en la agricultura.

Los agricultores valencianos ya reclamaron que al Ejecutivo de Sánchez que tuviera en cuenta a todo tipo de propietario para tratar de salvar cada hectárea de campo afectada por la catástrofe del 29 de octubre. La asociación presidida por Cristobal Aguado pretende que las ayudas mínimas que otorga el Ministerio de Agricultura también puedan ser aplicables a las primeras instalaciones de jóvenes agricultores cuyas plantaciones aún no han llegado a entrar en producción, las explotaciones recuperadas tras un contrato de arrendamiento y las fincas recién heredadas, en caso de que el traspaso de la propiedad esté documentalmente justificado.

Desde la organización agraria ponen el ejemplo de tres hermanos que heredaron un campo familiar que fue arrasado por la dana y por el que no van a obtener ningún tipo de compensación al no haber generado ingreso alguno durante 2023. «Recogí la escritura el mes anterior a la DANA, desde principios del año estuve gastando más de 1.200 euros en riegos, abonos, poda, etc. Pero el temporal arrasó mi explotación, arrancando árboles, destrozando gomas de goteo y acumulando piedras y tierra. Pese a este desastre, ni ha ido Tragsa a reparar nada ni voy a cobrar esta ayuda porque no puedo demostrar ingresos agrarios en años anteriores», comenta Amparo Martorell, agricultora afectada.

En ese sentido, AVA-ASAJA considera que la corrección del Gobierno es «positiva pero insuficiente» al igual que las ayudas movilizadas hasta el momento. Aguado, presidente de la organizació agraria, ya explicó durante el balance anual de resultado que las subvenciones para el campo valenciano son «insuficientes, discriminatorias y lentas».