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Cerezas de la montaña de Alicante. LP

El precio de la cereza lleva a la ruina a los agricultores valencianos

La producción alicantina ha sido sólo del 8% y el sector pide ayudas «para evitar la desaparición»

Europa Press

Alicante

Miércoles, 14 de junio 2023

El sector de la cereza de la Comunitat Valenciana ha reclamado a la Conselleria de Agricultura un plan de choque para «rescatar el cultivo» de esta fruta. En concreto, ha pedido ayudas directas a la producción y soluciones «efectivas y concretas para evitar la desaparición y evitar el abandono» de la cereza de la Montaña de Alicante.

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Asaja Alicante ha reunido este miércoles 14 de junio al sector de la cereza alicantina, en un encuentro donde han participado técnicos de la asociación agraria, alcaldes de los municipios afectados como Planes, Benimarfull o Almudaina; empresas envasadoras como Mas de Roc, Cerezas Aitana, Cerezas Molina Azorín, Catafruit; las cooperativas de Planes, La Vall de Gallinera y la IGP Cereza Montaña de Alicante, según ha indicado la organización agraria en un comunicado.

El objetivo de esta cita ha sido poner en común y valorar las pérdidas concretas de la actual campaña, así como establecer una propuesta de plan de choque para «rescatar el cultivo de la cereza y evitar su abandono». Estas medidas serán trasladadas a la consellera de Agricultura en funciones, Isaura Navarro.

«Una producción irisoria»

El sector al completo ha coincidido en su «profunda preocupación» por la situación del cultivo, que en la actual campaña ha tenido una «producción irrisoria» de menos de 600.000 kilos, solo un 8 por ciento de la producción total, y «nula» en las comarcas de El Comtat, L'Alcoià y La Marina Alta.

Asimismo, ha lamentado el 92% de pérdidas en el conjunto de la zona de la producción de la IGP Montaña de Alicante, y un 100% en las comarcas donde ha sido nula. «Este descalabro arroja unas pérdidas totales del sector de 25 millones de euros para el conjunto de producción amparada por la Indicación Geográfica Protegida», ha alertado Asaja. En cuanto a empleos, ha señalado que se ha producido «un quebranto de 4.800 puestos de trabajo directos».

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Durante el encuentro, el sector ha consensuado un documento que recoge una propuesta de plan de choque para «evitar el abandono de este emblemático cultivo, tras el duro varapalo de la actual campaña, que registra por quinto año consecutivo producciones irrisorias con una clara tendencia decreciente».

El secretario técnico de Asaja, Ramón Espinosa, ha afirmado que se debe actuar «de forma enérgica e integral, con ayudas directas», y con soluciones que sean «efectivas y adecuadas a la situación de emergencia extrema que atraviesa el cultivo». En caso contrario, ha advertido que «los daños van a ser irrecuperables».

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Por qué no ha habido cereza

La organización agraria ha indicado que las pérdidas por las altas temperaturas registradas al final de la floración, que provocaron un «deficiente cuajado» de la fruta, y el posterior temporal de lluvias acontecido en plena campaña de recolección en mayo de 2023 han sido las principales causas del «quebranto».

A ello, ha añadido que muchos agricultores tienen sus producciones sin asegurar, «debido a las deficiencias del seguro agrario actual».

El presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu, ha enfatizado que es «absolutamente necesario arbitrar un plan de choque urgente para evitar un futuro sin cerezas, que compense los daños y estimule la recuperación económica de la zona». «No solo hablamos de un mal año de cosecha, sino de cinco muy negativos en los que los costes se han disparado y no hemos tenido producción», ha insistido.

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En este sentido, ha calificado las ayudas anunciadas por la Generalitat como «insuficientes por no ajustarse ni a las hectáreas ni a las pérdidas reales de los productores». Por ello, ha propuesto un plan de choque integral, que contempla cinco bloques de actuaciones.

En concreto, ha destacado las ayudas directas a la población, a través de un Decreto Ley específico por los daños ocasionados no cubiertos por el seguro agrario, que «compense los costes de producción, con franquicias elevadas y límite de pérdidas».

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Ayudas de 3.000 a 4.000 euros

Asaja considera que deben consistir en un importe al tanto alzado, según el tipo de beneficiario.

En este sentido, ha propuesto que la ayuda será de 3.000 euros para titulares de explotaciones agrarias superficie de menos de 2 hectáreas; de 2 hectáreas hasta 4 hectáreas, la ayuda será de 4.000 euros; mientras que para aquellos con una superficie mayor de 4 hectáreas, la ayuda será de 850 euros por cada hectárea que supere las 4.

Además, ha planteado líneas de préstamos bonificados diseñados ad hoc para productores y empresas envasadoras de cerezas, a través del Instituto Valenciano de Finanzas y la Generalitat, por valor de 10 millones de euros; con un tipo de interés del 0%; con cuatro años de carencia y de 10 a 12 años de amortización. También ha mencionado habilitar una línea de financiación abierta de manera permanente para la puesta en marcha de nuevas plantaciones, reestructuración y reconversión varietal.

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En cuanto a las ayudas directas a plantas de envasado, ha propuesto un proyecto de Real Decreto para conceder una ayuda de mínimos de hasta 200.000 euros para las centrales de acondicionamiento de fruta.

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Medidas fiscales

En las medidas fiscales, ha planteado una rebaja de módulos, con índice cero para el ejercicio del IRPF 2023, exención del IBI rústico para explotaciones de cereza y condonación de la seguridad social durante 14 meses. Por último, ha propuesto un nuevo seguro agrario específico para la cereza, ya que «muchas producciones están sin asegurar debido a las deficiencias del seguro agrario».

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Asaja ha advertido que un abandono del cultivo «supondría un escenario devastador», aunque ha señalado que aún están «a tiempo de revertirlo», puesto que ha añadido que representa «un motor económico esencial que genera riqueza y puestos de trabajo en zonas de interior y desfavorecidas», además de cumplir un «rol fundamental en términos de fijación de población».

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