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Una plaga importada amenaza los cultivos de tomate en la Comunitat Valenciana. Se trata de la Tuta absoluta y en las últimas semanas numerosos productores han trasladado sus quejas a la Unió Llauradora sobre esta situación y la dificultad de hacerle frente. Según explica la organización, la plaga este año tiene una incidencia especialmente elevada, con un número de capturas muy superior a años anteriores por estas mismas fechas.
El previsible aumento de temperaturas en las próximas semanas puede agravar todavía más la situación, por lo que la organización considera que es imprescindible «actuar de manera rápida y efectiva» para garantizar la viabilidad del cultivo. «Sin embargo, la respuesta de la Administración es nula por el momento, lo que deja a los agricultores sin medidas efectivas para combatir esta plaga importada», denuncian desde La Unió, que solicita a la Conselleria de Agricultura medidas urgentes para ayudar a los agricultores en la lucha contra esta enfermedad.
Entre las medidas que proponen destacan la subvención al 100% o reparto gratuito de feromonas de confusión sexual y la autorización excepcional del insecticida Tutavir®, que ha iniciado ya Andalucía. En definitiva, facilitar directamente a los agricultores los difusores de feromonas de confusión sexual a través de programas de apoyo agrario o subvencionar la compra de estos productos, de forma que los productores puedan acceder sin coste.
La técnica de confusión sexual a través de feromonas presenta múltiples ventajas, como por ejemplo una alta eficacia en el control de la plaga y no genera resistencias, a diferencia de los insecticidas convencionales. «Además, es un sistema apto para la producción ecológica y compatible con el control integrado, con cero residuos en el cultivo y sin impacto en la seguridad alimentaria ni en los polinizadores como las abejas», agregan.
La experiencia previa en otros cultivos demuestra que este sistema funciona y es viable. De hecho, una técnica parecida se aplica desde hace años en el cultivo del arroz, subvencionada al 100% por la Conselleria de Agricultura, para combatir el Cucat (Chilo suppressalis).
Actualmente, la superficie de cultivo de tomate en la Comunitat Valenciana oscila alrededor de 1.000 hectáreas. La aplicación de esta técnica supondría un coste aproximado de 700.000 euros para toda la superficie, una cifra perfectamente asumible dentro de los presupuestos de la Conselleria y que representaría un apoyo fundamental para garantizar la continuidad del cultivo en nuestra tierra y un retorno vía impuestos y puestos de trabajo a las arcas públicas.
Además de la confusión sexual, es fundamental ampliar las herramientas de control integrado contra la Tuta absoluta. En este sentido, hay un insecticida microbiológico basado en el Phthorimaea operculella granulovirus (PhopGV), que representa una alternativa innovadora y sostenible puesto que ofrece beneficios clave para los agricultores, es apta para agricultura ecológica, no tiene residuos ni plazo de seguridad y es completamente seguro para la salud humana. Dado que Andalucía ya ha solicitado la autorización excepcional para este producto, la Comunitat Valenciana puede adherirse a esta petición de manera inmediata. Por eso desde LA UNIÓ se ha solicitado formalmente que la Conselleria de Agricultura incluya este producto en la lista de autorizaciones excepcionales que se trasladará al Ministerio de Agricultura.
El cultivo de hortalizas está en manos principalmente de agricultores profesionales por su mayor dedicación y es un sector atractivo para los jóvenes que quieren incorporarse al sector y la mayoría lo hacen a través de agricultura ecológica. Este sistema de apoyo a la lucha biológica que propone LA UNIÓ ayudaría a fomentar estas incorporaciones y a la profesionalización del sector.
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