Atitlan, el grupo empresarial inversor de Roberto Centeno (yerno de Juan Roig) y Aritza Rodero, cerró el ejercicio 2022 con un beneficio neto ... de 73 millones de euros, disparando los 4,12 millones registrados en 2021. Además, el resultado bruto de explotación (Ebitda) fue de 90 millones de euros y logró un volumen de negocio de 190 millones.
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El grupo, fundado en 2018, atribuye estos resultados a la venta de los negocios del olivar y los almendros, centrándose ahora en otros cultivos como el pistacho, el aguacate y los cítricos. En este sentido, el año pasado vendió 9.000 hectáreas de olivos y almendros al grupo De Prado, lo que permitió al consorcio inversor culminar con un beneficio extraordinario de 93 millones, muy superior a los algo más de 21 millones de 2021. La operación, además, le ha permitido reducir un 35% su deuda financiera, según la información hecha pública este martes por la compañía.
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En la actualidad, el grupo consolidado –las compañías donde Atitlan tiene el control, más la parte proporcional de aquellas en las que ostenta una participación minoritaria– aglutina más 1.600 trabajadores y activos por encima de los 1.000 millones al cierre de 2022.
Atitlan se ha convertido en uno de los grupos empresariales más activos en el segmento del 'middle market' español, con una red de compañías variada y agrupada en diferentes verticales: agroalimentario (Elaia, Guillem Export, Sea Eight), energía (Helios), inmobiliario (Ares), industrial y servicios (Padel Galis, Imex Products y The Bridge) y una cartera de inversiones financieras de más de 125 millones, entre las que destaca la participación en el fondo de deuda alternativa Terram Capital.
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El grupo empresarial ha presentado su primera memoria corporativa correspondiente al ejercicio 2022 y ha hecho pública la primera carta pública dirigida a todos los 'stakeholders'. En ella señala que Atitlan ha evolucionado en este tiempo «de forma natural» de un «papel de inversor financiero hacia el de un compañero de viaje con vocación de permanencia y sostenibilidad». Ambos fundadores reiteran su compromiso por ser «capital permanente, responsable y paciente, sin horizonte ni necesidad de desinversión», con vocación de cultivar «relaciones a largo plazo» y apoyar «modelos de negocio de crecimiento».
Durante 2022, el proyecto liderado por Centeno y Rodero ha participado también en iniciativas filantrópicas con impacto social en la Comunidad Valenciana. En concreto, Atitlán está comprometido con la equidad educativa y la igualdad de oportunidades, y canaliza este compromiso a través de la ONG Empieza por Educar (ExE). Además de este apoyo, ha desarrollado del programa propio Income Share Agreements (ISAs), que verá la luz en la segunda mitad de 2023.
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Al mismo tiempo, según el comunicado remitido, el grupo sigue comprometido con la generación de un impacto positivo en las empresas donde participa en una triple vertiente: medioambiental, social y de gobernanza, alineado con sus principios de sostenibilidad y responsabilidad. En este sentido, a lo largo del último año, se han conseguido diferentes hitos, como el aumento de la plantilla (36%) o las horas de formación (13%), así como la reducción del consumo de agua (70%) o las emisiones de alcance (15%).
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