Diego Merino
Martes, 21 de marzo 2023, 01:03
El dinero en efectivo sigue siendo el medio de pago más utilizado en España y, aunque tenemos a nuestra disposición otros medios de pago, como las tarjetas de débito o crédito y el pago a través de móvil, la mayoría de los pequeños pagos realizados en las tiendas los realizamos con billetes y monedas.
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Es por ello que el metálico sigue muy presente en nuestra cartera, y aunque el ciudadano suele centrarse más en los billetes, también debe estar atento a la autenticidad de sus monedas. Puesto que sin las pertinentes comprobaciones, cualquier persona puede portar dinero falso en su monedero, según indica el Banco de España en un comunicado.
A través de su página web, el organismo ha propuesto un método para confirmar la autenticidad del metálico de una forma rápida y fácil: la regla de los cinco pasos.
Aunque parece una obviedad, el primero de ellos consiste en verificar que la moneda en cuestión sea un euro, puesto que muchas de ellas no pertenecen al denominado eurosistema y tienen un aspecto muy similar con el que pueden pasar desapercibidas.
En todas las monedas debe aparecer en su cara común el valor de la misma, el mapa de Europa y el texto 'euro'. Mientras que en la cara nacional, aparecerá el año de acuñación y una imagen que identifica al país emisor rodeados por las estrellas.
El poseedor de la moneda debe sostenerla en la mano y girarla sobre sí misma. Para que sea auténtica, las imágenes de ambas caras deben estar alineadas en sentido vertical. Es lo que se conoce como el giro-moneda.
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Hay que fijarse en el mapa europeo de la cara común. En todas aquellas monedas acuñadas a partir de 2007, se deberá comprobar que el mapa europeo incluye a todos los países europeos y no solo a los de la Unión Europea, un cambio llevado a cabo en dicho año. En caso negativo, falsa.
Para esta prueba hace falta un imán. Las monedas de uno y dos euros son ligeramente magnéticas pero solo en el centro. Las de media denominación (10, 20 y 50 céntimos) no son magnéticas, mientras que las de baja denominación (1, 2 y 5 céntimos) son completamente magnéticas.
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Así, mientras que las monedas de uno y dos euros pueden quedarse pegadas al imán pero desprenderse del mismo con una ligera sacudida, las de 1, 2 y 5 céntimos se quedarán pegadas. Mientras que las de 10, 20 y 50 céntimos no se pegarán.
Las monedas de uno y dos euros deberán tener una superficie rugosa y nunca pueden ser lisas.
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