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Sábado, 12 de junio 2021, 13:11
Nuestros buzones cada vez reciben menos cartas, sólo facturas y publicidad. Y la famosa «carta del banco». Pese a la progresiva digitalización, las entidades bancarias siguen haciendo un uso intensivo del correo físico.
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Facturas y recibos y ofertas de seguros y servicios bancarios atestan nuestros buzones. También recibimos tarjetas de crédito y débito. En muchas ocasiones aunque no las hayamos solicitado.
El Banco de España recuerda que esta situación nunca debería producirse. La normativa establece que las entidades han de abstenerse de enviar tarjetas no solicitadas por los clientes, salvo en los casos de sustitución, por ejemplo, por robo, pérdida o caducidad. Lo cierto es que estos envíos ocurren en ocasiones y pueden generar dudas en los consumidores.
El usuario no tiene la obligación de quedarse ni pagar una tarjeta que no ha solicitado. La entidad supervisora recuerda que el proceso de envío de la tarjeta y las claves es responsabilidad de la entidad bancaria, de manera que, si pasa algo durante ese proceso, ella es la que debe responder.
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¿Qué debo hacer entonces?. Una primera opción es ir a la oficina de la entidad y renunciar a la tarjeta. También podemos llamar el servicio de atención al cliente de la entidad. En ambos casos, siempre es recomendable dejar rastro de la comunicación. Por ejemplo, si la conversación es telefónica, enviando un correo electrónico adicional. Según el Banco de España, para evitar problemas de custodia, lo adecuado es destruir la tarjeta.
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