Clara Alfonso
Valencia
Jueves, 28 de diciembre 2023
El billete de 0 euros es una realidad en Europa. Este billete sin valor comercial lanzado en el año 2016 se ha erigido como una pieza de coleccionista tras la retirada de los billetes de 500 euros.
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A pesar de que carece de utilidad para adquirir bienes y servicios, su demanda es abrumadora: los 5.000 ejemplares que inicialmente estuvieron disponibles hace años se agotaron en tan solo 24 horas. Ante este éxito, se lanzaron nuevas impresiones para satisfacer a coleccionistas y entusiastas y en el mercado, actualmente, hay unos 30.000, según fuentes conocedoras de la difusión de este billete. Sorprendentemente, el coste de fabricación de cada billete es de 2,5 euros, conservando características propias de los billetes que utilizamos a diario, como la marca de agua, el hilo de cobre y el sello holográfico.
Este billete de 0 euros no solo representa un atractivo para coleccionistas, sino que también tiene un diseño único. En su anverso, se exhibe el buque alemán Gorch Fock II, parte de la Marina de Guerra de Alemania. En el reverso, se destacan monumentos emblemáticos de la Unión Europea, como la Torre Eiffel, la Sagrada Familia, el Coliseo Romano y la Puerta de Brandeburgo.
La retirada de los billetes de 500 euros, conocidos como «binladens», se llevó a cabo en 2016 por iniciativa del BCE. Estos billetes eran propensos a usos ilícitos, desde el blanqueo de capitales hasta el narcotráfico. Al eliminarlos, se pretende dificultar tales actividades, facilitando el seguimiento de transacciones y mejorando la seguridad financiera.
Asimismo, la retirada de estos billetes también aborda riesgos asociados con la falsificación y la pérdida de dinero en efectivo. Aunque los billetes de euro poseen altos estándares de seguridad, la sustitución de los billetes de mayor denominación por otros más pequeños fortalece la protección de los ciudadanos y las instituciones financieras.
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