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C. BONELL
VALENCIA.
Lunes, 19 de junio 2023, 01:00
Algo se mueve de forma distinta en las instituciones europeas. El Pleno de la Eurocámara ha reclamado a la Comisión un plan de seguridad alimentaria basado en la constitución de reservas estratégicas y más apoyos financieros para agricultores y ganaderos.
Por otro lado, al tiempo que proliferan incertidumbres y amenazas por las crecientes exigencias medioambientales que coartan la normal actividad de explotaciones agrarias, Bruselas ofrece flexibilizar la nueva ley de biodiversidad y restauración de la naturaleza. De esta manera trata de superar reticencias de algunos países y del sector agrario, anunciando a la vez que la aplición futura de dicha normativa no reportará más costes a los agricultores, sino nuevos ingresos de «primas por objetivos climáticos».
Después estaría por ver en qué se traduciría tal promesa, tantas veces expresada, de que los agricultores no tendrían que soportar costes añadidos, sino que cobrarían. Y luego les rebajan dotaciones, les aumentan trabas y cuestionan su papel. O no, porque todo evoluciona.
Según parece, el ejecutivo de Bruselas se aviene a reconducir sus exigencias 'verdes', en línea con lo que ya anunció su presidenta, Úrsula von der Leyen. Pesa sin duda que se acercan elecciones europeas y se deja oír un fuerte malestar generalizado del campo, que ha cristalizado en nuevos partidos, como el que triunfa en los Países Bajos, o está siendo adoptado por partidos clásicos. Como ocurre con el Grupo Popular Europeo, que asume las demandas agrarias contra la Ley de Restauración de la Naturaleza y se opone claramente.
La Comisión de Medio Ambiente de la Eurocámara rechazó la semana pasada la moción de retirada de dicha ley, pero fue por la mínima, porque en la votación hubo empate. Así que en los siguientes pasos del procedimiento parlamentario toca reorientar muchos aspectos. De ahí que Bruselas se apreste a hablar de flexibilizar y corregir y diga que los agricultores pueden estar tranquilos, porque lejos de suponerles más costes, representará nuevas oportunidades de ingresos y empleo.
De paso, los eurodiputados advierten a la Comisión que algunas medidas del Pacto Verde pueden tener «efectos indeseados» en la producción agrícola «que todavía no han sido evaluados», por lo que piden que se garantice la actividad y la iniciativa empresarial agrícola desde un punto de vista estratégico de seguridad alimentaria». A ver si es verdad que algo está cambiando.
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