Bruselas se desentiende de las protestas agrícolas y responsabiliza a los gobiernos

Las manifestaciones, concentraciones, tractoradas y bloqueos de carreteras empezaron en Alemania y se han ido extendiendo por Francia, Bélgica, Polonia, Rumanía..., como ahora se anuncian nuevas movilizaciones de protesta en España por parte de las distintas organizaciones agrarias.

En un debate celebrado en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, el comisario Wojciechowski ha asumido que durante las últimas semanas los agricultores han hecho escuchar su voz en protestas y que «en los próximos meses lo harán de nuevo», con lo que viene a reconocer en cierto modo que hay razones para el malestar agrario.

Wojciechowski sitúa para los próximos meses dos focos principales de debate: «Primero, en nuestro diálogo estructural sobre el futuro de la agricultura, y luego, en la campaña de las elecciones europeas», lo que le lleva a asegurar que «no podemos desaprovechar la oportunidad; tenemos que escuchar, comprometernos con ellos y trabajar con ellos», según informa Efeagro.

Sin embargo, el comisario prefirió desmarcarse de su responsabilidad directa o por entero en estas cuestiones, para destacar que también se deben tener en cuenta las políticas generales de la UE y la manera en que inciden luego en el sector agrario, mencionando en particular la inquietud que el aumento de las exportaciones agrícolas ucranianas está sembrando en los Estados miembros vecinos, como Polonia y Rumanía.

Curiosamente, este problema de la competencia directa por las importaciones agrarias cobra categoría para Bruselas sólo en el caso del contencioso entre Ucrania y sus países vecinos de la UE, y estriba sobre todo en cereales y otros productos de la agricultura 'continental', pero no está consiguiendo el mismo eco en altas instancias de la Comisión Europea idéntica cuestión cuando radica en países del sur, como España, y se centra en la importación de productos de la agricultura 'meditrerránea': frutas y hortalizas.

De igual modo que se presta atención a las quejas sobre competencia directa de cereales por culpa de los favores concedidos a un país tercero (Ucrania), no se logra captar igual interés cuando las importaciones desleales se centran en cítricos o similares, como es el caso de ahora, con la llegada de cítricos de Egipto y de otros países terceros en plena temporada de la producción valenciana, lo que ha encendido el malestar en el campo local.

La Unió Llauradora i Ramadera anuncia para el próximo 7 de febrero una concentración en el puerto de Castellón para protestar por la bonificación de un 40% en las tasas portuarias que se concede a los importadores de naranjas de Egipto y otros países que llegan a dichas instalaciones. La autoridad portuaria ha aclarado que dicha bonificación es política general para productos que se consideran preferentes y se aplica en ambos sentidos: exportación e importación. En realidad surgió para facilitar las exportaciones, cuando el puerto de Castellón era punto de salida frecuente de buques refrigerados que llevaban clementinas a Estados Unidos. Pero aquella racha se truncó, hoy apenas se envía a aquel destino, y, por contra, lo que sucede es que llegan cítricos de fuera que se benefician sin esperarlo de lo que ya estaba establecido. Pero el caso es que eso está ahí y La Unió reclama que se corrija para no perjudicar más a los citricultores valencianos.

Más pronto se iniciará el calendario de movilizaciones previsto por AVA-Asaja, que empezará el próximo 1 de febrero en Utiel-Requena, donde, entre otras cosas, se prepara la quema de una falla en la que arderán simbólicamente políticos españoles y europeos a quienes se considera responsables de perjudicar al campo o, como mínimo, de no ayudarle, según ha explicado Cristóbal Aguado, presidente de la asociación. A partir de ahí se desplegará un intenso programa de protestas, tractoradas y concentraciones por toda España organizadas por Asaja, en las que de momento no se cuenta con la participación de otras formaciones; cada una prepara su propio calendario por ahora.

Unión de Uniones, donde se encuadra La Unió Llauradora, realizará el 21 de febrero una tractorada frente al Ministerio de Agricultura.

La lista de reclamaciones es bastante similar en todo el campo europeo, con ligeras variaciones. En muchos casos se solicitan subsidios adicionales o el mantenimiento de algunos existentes que están en riesgo de desaparecer, y existe coincidencia en pedir precios dignos y garantía de rentas, como en señalar que la PAC es un embrollo cada vez más inasumible y que las trabas y exigencias sólo invitan a abandonar, por lo que se pide eliminación de problemas, sobre todo en el plano medioambiental.

Por eso el comisario Wojciechowski destaca que a los agricultores y ganaderos les preocupa la capacidad de cumplir con las obligaciones y las cargas administrativas que les imponen y que al sector no le inquieta la PAC, sino «decisiones concretas», como la normativa sobre emisiones o la Ley de Restauración de la Naturaleza, que no son competencia suya como comisario de Agricultura, sino de otros departamentos de la Comisión, o de las políticas nacionales de cada Estado miembro.