![La burbuja de la algarroba se deshincha antes de terminar de inflarse](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/03/06/178218156--1200x840.jpg)
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CARLOS BONELL
VALENCIA.
Lunes, 6 de marzo 2023, 00:32
En medio de la corriente de vaticinios y alabanzas que encumbran la algarroba como alimento revolucionario que no para de subir de precio y, por tanto, presentan su cultivo como promisorio, la realidad es que las cotizaciones se han hundido. Aunque se siga persistiendo en lo consabido, por pura inercia informativa, la verdad es que en estos momentos soplan vientos pesimistas. Como tantas veces ocurre, la burbuja se deshincha. Pinchó incluso antes de terminar de inflarse, en un rápido proceso de caída similar al que ya se produjo hace casi cuatro décadas con este mismo producto.
De llegar a pagarse a cerca de dos euros el kilo hace meses, e incluso hablarse de más, ahora se sitúa entre 0,40 y 0,75, según la horquilla de cotizaciones de la Conselleria de Agricultura. Pero son niveles de precios más teóricos que reales. Enrique Pérez, de la empresa industrial garrofera Pedro Pérez, de Bugarra, asegura que «no se llega habitualmente ni a 0,50, porque sencillamente no hay demanda, el mercado está totalmente parado, sólo hay oferta vendedora, pero no hay interés comprador».
¿Cómo se explica tan negativa evolución? Enrique Pérez señala como 'culpable' de todo a «la especulación». Hubo demasiadas ansias por hacer crecer los precios a toda costa. Muchos creyeron que comprando todo lo que pudieran y reteniendo mercancía lograrían después grandes beneficios a base de vender más caro. Pero ese movimiento especulativo provocó dos cosas a la vez: además de un alza continua de precios que ya de por sí puede espantar clientes, una situación de desabastecimiento de producto. La consecuencia ha sido que muchas industrias alimentarias que utilizaban derivados de la algarroba decidieron optar por otros artículos alternativos, lo que ha cortado de raíz pasadas ínfulas del mercado garrofero.
De repente ya no es el superalimento que se anunciaba, cuando todo el mundo coreaba la oportunidad del momento.
La algarroba tiene dos segmentos de utilización muy diferenciados: el garrofín, la semilla, que viene a representar el 10% del peso, y la pulpa, que es el resto. De la semilla se extrae la goma de garrofín, que es el aditivo alimentario E-410, un espesante y gelificante muy utilizado en las industrias de helados y platos preparados. Sin embargo existen otras sustancias con similares propiedades, como la harina de guar, agar agar, carragenatos, alginatos... Los industriales van de unas a otras en función de precios y disponibilidades. Parece que en buena medida prefieren el garrofín, pero no tanto como para batirse el cobre por él hasta el final. Antes cambian.
Por lo que se refiere a la pulpa de la algarroba, su finalidad tradicional fue la alimentación de animales. En su tiempo fue la 'gasolina' esencial para las caballerías. También contribuyó a salvar hambrunas, su sabor dulzón le da cierto atractivo y tiene alguna cualidad farmacológica, aunque no hay que abusar: chupar algarroba semiverde puede servir contra el estreñimiento, y si está madura para justo lo contrario, porque es astringente.
También se usó para sustituir el cacao en la elaboración de chocolates sin que apenas se noten cambios de sabor; una cualidad que más recientemente ha ido a más y ya no como sucedáneo, sino aprovechando precisamente la cualidad de no contener cafeína, por lo que los productos derivados son muy adecuados para niños, ancianos y personas hipertensas.
Los posibles aprovechamientos innovadores de la harina de algarroba ('carob' en inglés) han dado pie a investigaciones y desarrollos de alimentos novedosos, lo que ha originado un clima muy prometedor desde hace un tiempo, aunque no se termina de despegar en ámbitos de consumo de masas.
Mientras se viene insistiendo en las potenciales características de 'superalimento', de la pulpa de garrofa se han obtenido sustancias muy aptas para enriquecer otros alimentos y elaborar compuestos energéticos para deportistas, pero por ahora tampoco se acaba de confirmar la tendencia. Y para colmo, cuando parecía que se asentaba una etapa muy prometedora, los movimientos especulativos han provocado colosales retenciones de producto, dando al traste con las mejores expectativas.
Sólo queda la esperanza de que las investigaciones en marcha para desarrollar nuevos alimentos basados en la algarroba se asienten definitivamente para tratar de recuperar un necesario camino de estabilidad.
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