Los 418 millones de euros en multas impuestos por la Audiencia Nacional al ex consejero delegado de Banco de Valencia Domingo Parra, al exdirector de las empresas participadas Alfonso Monferrer y a los empresarios Salvador Vila y Juan Soler por operaciones inmobiliarias irregulares irán «directamente al bolsillo del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) y de todos los españoles».
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Así lo aseguró este martes el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, a pesar de que es su entidad la que figura en la sentencia como beneficiaria. Sólo por este caso, los condenados han de poner 169 millones entre Parra y Monferrer, 130 Soler y 119 Vila: 418 millones... o hasta donde alcance su patrimonio.
Esta situación revelada por Gortázar se debe a un acuerdo de cesión de derechos de cobro por las condenas por responsabilidad civil que se incluye en el documento de compraventa del banco decano en 2012. El precio fue de un euro y contó con una inyección de 4.500 millones de euros, que Caixabank ha devuelto en estos casi siete años, según fuentes de la entidad.
«Nosotros no tenemos un interés económico. Adquirimos el Banco de Valencia en un proceso competitivo, digamos de rescate, con la supervisión de la Comisión de Unión Europea, y llegamos a un acuerdo por el cual todas las actuaciones sobre las responsabilidades anteriores iban a ser instigadas por el Frob», explicó Gortázar en la presentación de resultados del primer trimestre de 2019.
Por el momento, Parra ya había sido condenado a indemnizar a Caixabank con 509.525 euros, a los que se añadirán los intereses correspondientes por el trato de favor que le dio a una empresa con la que tenía relación, la firma Pegoliva. Sin embargo, aún están por venir el caso de operaciones inmobiliarias multimillonarias como las inversiones en México del proyecto Grand Coral, junto a los empresarios Juan Ferri y José Baldó y también con el ex director general de Bancaja, Aurelio Izquierdo; el de Costa Bellver, también con Izquierdo, entre otros acusados; además del caso de las piscifactorías del fallecido Antonio Asunción y Társilo Piles.
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Sin embargo, la madre del cordero será la del presunto falseo de las cuentas de la entidad en 2009 y 2010 con el que se habrían ocultado las pérdidas que terminaron por aflorar y llevar a la intervención de la entidad en 2011. Por contra, Gortázar rechazó que el conjunto de la banca tenga que pagar el coste del rescate de las entidades que cayeron con la crisis. Aunque no ha querido entrar a valorar el resultado de las elecciones del pasado domingo, ante las propuestas de imponer un impuesto a la banca o medidas para recuperar las inyecciones millonarias de dinero público que se hicieron en su día, sí ha advertido que la banca «no tiene un único bolsillo» y no considera que se le deba hacer pagar a todo el sector el coste del rescate.
En su opinión, no tiene sentido que sociedades que no tuvieron nada que ver con aquellos episodios, tengan que responder por ellos. En todo caso, recordó que ellos mismos han contribuido con 4.711 millones en las devoluciones por las preferentes de Banca Cívica (977) y contribuciones a la Sareb (592) además de al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y al Fondo Único de Resolución (FUR) (3.124). En esa línea, ha hecho mención de la contribución de la entidad a través del impuesto de Sociedades, por el que pagan un 25% de sus beneficios, y a través de sus participadas, donde la cifra sube hasta el 38%. «Tenemos una carga más elevada en sociedades que el resto y, en el caso de Caixabank, el 40% de los beneficios van a obra social», ha concluido.
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Ya sobre el negocio puramente bancario, la entidad ha comunicado que obtuvo un beneficio de 533 millones de euros en el primer trimestre de 2019 y aumenta en 11.000 millones los recursos de clientes. Estos resultados se apoyan en el crecimiento de los ingresos core del negocio (margen de intereses, comisiones e ingresos de seguros), que crecieron 0,9%, hasta los 2.027 millones, con un aumento del margen de intereses del 2,9%, hasta los 1.237 millones.
Los ingresos por la actividad propia como banco son el 96% de los ingresos y el resultado está vinculado a la no atribución de los resultados de Repsol y el Banco del Fomento de Angola (BFA), 63 y 76 millones en 2018, respectivamente; así como por la revalorización en 2018 de la participación de BPI en Viacer, con 54 millones. Sin estos impactos extraordinarios, el resultado del trimestre crece un 4,3%, según destaca la entidad.
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