Carlos Bertomeu, consejero delegado de Air Nostrum. Irene Marsilla

Carlos Bertomeu y los dueños del IVI asumen el control total de Air Nostrum

La salida de la familia Serratosa y de Banca Ceiss refuerza su control de la compañía

Álvaro Mohorte

Valencia

Viernes, 8 de febrero 2019, 12:56

Los dueños de la compañía aérea Air Nostrum refuerzan su mayoría. Carlos Bertomeu y los propietarios del IVI, Antonio Pellicer y José Remohí, asumen un dominio casi total tras la salida de los Serratosa y de banco Ceiss, ya que el resto del accionariado, un porcentaje muy reducido, es el que está repartido entre directivos como incentivo y en autocartera.

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La salida de la familia Serratosa a principios de enero y la que se produjo a finales del año pasado de Ceiss (entidad que fue resultado de la fusión de Caja España y Caja Duero), les han llevado realizar una reducción de su capital social en 537.656,99 euros, con la finalidad de amortizar 111.779 acciones que tenían los dos socios que salen.

En el caso de los Serratosa, Javier Serratosa, al frente de la sociedad Pool de Activos (propiedad de la fundadora de la compañía aérea, Nefinsa), tenía una participación del 7%, mientras que Ceiss disponía de un 2,04%, proveniente de la participación que hace más de una década tomó en la compañía.

La salida de esta última se debe al proceso de desinversión de activos no estratégicos que impuso el Banco de España a las cajas intervenidas tras la crisis financiera, pero que se ha demorado hasta encontrar un buen momento de rentabilidad, según fuentes de la operación.

Nuevo orden accionarial

Fue en 2014 cuando la familia Serratosa decidió despedirse de la aerolínea. Desinvirtió en la empresa y encomendó a Bertomeu, el entonces consejero delegado, encontrar un nuevo dueño. Finalmente, Bertomeu fue quien tomó el relevo de la firma con el respaldo económico de los propietarios del Grupo IVI.

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La crisis había azotado con fuerza a la compañía y su resultado se desplomó en 2009 hasta unas pérdidas de 16,2 millones, nueve de ellos correspondientes a la salida de trabajadores y al inicio de su estrategia de sustitución de su flota de 50 plazas por nuevos reactores de mayor capacidad, CRJ1000 de 100 plazas, para reducir en un 32% el coste del asiento.

La compra por parte de Bertomeu evitó que la empresa terminara despiezada por un nuevo propietario y le llevó a desarrolla un plan de reflotamiento que ha terminado por devolverla a beneficios y establecer alianzas para crecer en el norte de Europa, como la que está negociando con Cityjet y de la que se prevén inminentes novedades.

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