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Trabajadores de la planta de Ford. I. Marsilla
La cascada de ERE en la Comunitat anticipa la ralentización económica de 2024

La cascada de ERE en la Comunitat anticipa la ralentización económica de 2024

Expertos advierten que la industria más clásica retrocederá pero descartan que se pierda empleo en toda la autonomía

Lunes, 25 de diciembre 2023, 19:08

La recta final de 2023 está dejando un sabor algo amargo. Pese a que los datos globales de empleo se pueden considerar positivos, durante las últimas semanas son cada vez más constantes los anuncios de apertura de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) por parte de grandes empresas con presencia en la Comunitat Valenciana. Una cuestión que afecta de forma especial a sectores industriales tradicionales y que sirve de aperitivo a la desaceleración anunciada por todo tipo de organismos.

La Confederación Empresarial Valenciana (CEV) y BBVA Research son dos de las entidades que vaticinan esta tendencia a la baja después de un 2023 que, pese a que ha estado marcado por la incertidumbre derivada de conflictos internacionales, «no ha terminado tan mal visto desde la atalaya de diciembre». Así lo admite Ricardo Miralles, director de análisis de la patronal autonómica. Se estima que en el actual ejercicio se crecerá un 2,1% y que el próximo año bajará hasta el 1,5-1,75%.

Miralles explica que ahora mismo el proceso es evidente ya que el grueso del auge tuvo lugar en el primer semestre del actual ejercicio y ahora se crece pocas décimas al trimestre. Algo que continuará pasando, como mínimo, hasta el próximo verano. Todo ello en un contexto internacional muy negativo no sólo por los conflictos internacionales sino también por los malos resultados de los principales mercados valencianos y españoles –en especial Europa– con datos de crecimiento peores, lo que afecta de forma directa las exportaciones.

Por ello, esos ERE que se han encadenado las últimas semanas son en especial de empresas que miran fuera. En especial de negocios tan clásicos como la automoción, la industria azulejera o el textil y el calzado. El primero de ellos, que tiene a Ford Almussafes en el centro, se ha dejado por el camino a dos multinacionales que abandonan la Comunitat Valenciana, Lear y Rhenus. Han pactado expedientes para suprimir sus plantillas, de 159 y 120 empleados respectivamente. Una situación parecida a la de Thyssenkrupp Galmed, que cerrará su planta metalúrgica en Sagunto y despedirá a sus 120 empleados. Aunque el problema es que se espera que este proceso vaya a más en 2024, cuando Ford deje de fabricar su furgoneta Transit en España, lo que llevará a otro ERE que la plantilla teme que se anunciará en pocos meses.

Por su parte, se espera que el azulejo siga en la tendencia actual, que es a la baja en todos los sentidos derivada de la crisis del gas por la guerra de Ucrania. El balance final de la patronal Ascer admite que se han perdido algo más de uno de cada diez empleos y hasta un 20% de las ventas. El ERE como el de Ceracasa, que recortará en 94 personas la plantilla para cerrar a medio plazo, es un síntoma.

El textil y el zapato no viven una situación tan grave, pero también se han visto afectados por el encarecimiento del gas y otros factores estructurales que, entre otras cosas, han provocado la caída de la histórica Marie Claire, que busca a la desesperada un inversor para no cerrar del todo tras hacer un ERE.

Todos estos procesos, unidos a otros más puntuales como el de Telefónica que recortará 343 empleos en la Comunitat Valenciana o el de Cítricos de Nules, han contribuido a que en 2023 estén repuntando las estadísticas. Según los registros del Ministerio de Trabajo, entre enero y octubre –último mes con datos– 3.181 trabajadores se han visto afectados por un proceso de despidos colectivos, lo que supone un 41,9% más que en el período anterior. En España se ha producido un proceso similar, aunque no tan destacado, al repuntar un 32,7% hasta las 25.183 personas.

Las cifras son llamativas y esconden verdaderos traumas para familias, pero pese a todo no han conseguido cambiar la tendencia de creación de empleo. Ha quedado ralentizada y lo hará más en los próximos meses, aunque no se espera que haya una destrucción explícita de puestos de trabajo salvo en momentos puntuales por la estacionalidad.

En 2024 tampoco lo logrará según las estimaciones, aunque cada vez el freno al empleo y a las altas a la seguridad social será más evidente. Sergio Gordillo, socio director de la consultora Improven, es claro al afirmar que vamos a continuar viendo «liberación de capacidad de la industria» en todas sus facetas. A su parecer, la misma muestra «claros síntomas de fatiga». Además, recuerda que el 2023 ha supuesto el año de la recuperación del turismo, que ha sido el último sector en superar del todo la pandemia. Algo que ha contribuido al crecimiento, pero que no se reproducirá el próximo verano. «En este contexto lo que más tirará del carro será el sector tecnológico, que tendrá sus propios problemas para encontrar personal más específico», sentencia Gordillo.

De una forma similar se pronuncia Gonzalo Boronat, presidente ejecutivo de GB consultores, que recuerda que las exportaciones, que suelen ser una de las palancas de crecimiento, han pinchado por el contexto global. Y eso que no ayuda a liberar stocks acumulados en firmas de sectores como la cerámica. Porque es ese, el contexto exterior, el que admite «que más preocupa a las empresas» ante un consumo interno que, aunque ha tirado del carro, será más plano en 2024. Sin embargo, no quiere ser catastrofista y deja claro que las pymes valencianas, que son la mayor parte del tejido económico, han aguantado peores envites y han aprendido la lección. Por ello, se muestra confiado de que en el global la ralentización se quedará, como su propio nombre indica, en un menor dinamismo. Pero no implicará, salvo sorpresa mayúscula, una recesión como la que sí que amenaza a países como Alemania o la pérdida de empleo. Lo cual no es poco en un mundo en el que la incertidumbre parece que ha llegado para quedarse.

ERTE

Antes de la pandemia ya existían aunque casi nadie los conocía. Los Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) han llegado para quedarse y continúan siendo un salvavidas para las empresas. Los mismos datos del Ministerio de Trabajo que evidencian que aumentan el número de ERE constatan que entre enero y octubre de este año 15.327 valencianos han visto suspendido su contrato de forma temporal.

El mecanismo se utiliza ahora para superar baches temporales y tratar de evitar más despidos de los necesarios en sectores como la automoción o la cerámica, además de muchos otros. Y, aunque en ocasiones sólo sirve para alargar unos procesos que terminan en despidos, muchas otras permiten salvar la actividad. Frente al auge de los despidos colectivos en la Comunitat Valenciana –en la línea con el resto de España– se han reducido a la mitad los trabajadores afectados en los primeros diez meses del año respecto al mismo período del ejercicio anterior.

Otros ERTE que también han comenzado a utilizarse más son los que no llegan a suspender el contrato, sino que reducen las horas. En la Comunitat Valenciana han afectado este año a 776 personas de las 6.486 de toda España. Como en el caso de los ERTE, viven una tendencia a la baja.

Los expertos coinciden en que estas medidas de flexibilidad son relevantes en un entorno marcado por la incertidumbre. Pese a ello, reconocen que el apoyo gubernamental no sólo puede basarse en este sentido sino también en otros que pasan por dar más estabilidad para atraer la inversión. También por no aumentar la carga impositiva sobre unas empresas que, de forma general, han subido este año los salarios de la plantillas para que la reducción del poder adquisitivo como consecuencia de la inflación no sea tan notorio.

«Por norma general las empresas españolas y valencianas están sometidas a una gran presión y habría que equiparase con otros países», insisten desde la patronal valenciana. Se valora de forma positiva las primeras rebajas emprendidas por parte del Consell encabezado por el presidente Carlos Mazón, pero se remarca la necesidad que haya una reducción de impuestos por parte del Gobierno central, que concentra el grueso de las competencias fiscales.

La caída de la inversión golpea a referentes del sector de las startups

Pese a que la inversión extranjera está en máximos en la Comunitat desde la CEV advierten de que el conjunto de la inversión no se ha llegado a recuperar de la pandemia y eso puede impactar en las empresas a medio plazo. Las primeras en sufrirlo son la startups valencianas, que con sus particularidades han visto cómo su sector no acapara tantos fondos como el año anterior, que fue de récord. En el primer semestre cayeron un 70% hasta los 46 millones. Aunque contar con inversión no es garantía de éxito y los ERE también han llegado a empresas que captaron varios millones. El caso más destacado ha sido el de Mr Jeff, con casi 200 despidos y el cierre de la empresa. El otro es el de Zeleros, impulsores del Hyperloop que han reducido la plantilla de casi 60 personas en 26 empleados.

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