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Mientras los valencianos siguen sufriendo las consecuencias de una cesta de la compra encarecida como pocas veces en la historia, en LAS PROVINCIAS analizamos las particularidades de ese ascenso de precios, comparando tickets de compra de hace dos años con los actuales del mismo ... supermercado y en los mismos productos. Hoy ponemos la lupa en los congelados y platos preparados.
De los 13 productos analizados, seis incrementan su precio y siete se mantienen o bajan. Entre los más afectados por el encarecimiento destaca la cebolla troceada congelada, que pasa de 0,79 en 2019 a 0,90 en la actualidad, es decir, un encarecimiento del 21%. También ha subido, aunque en menor proporción, el precio del arroz precocido congelado. Se vendía hace dos años a 1,65 euros y actualmente se comercializa a 1,80.
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¿Qué razones pueden estar motivando el ascenso de precios en esta gama de productos? Silvia Huerta es la delegada de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en Valencia. «Los incrementos de los costes del gas y la electricidad se han extendido a otros productos y servicios que afectan de forma directa al consumidor y el sector alimentario es uno de los que más lo está notando».
Además, «la guerra de Ucrania ha disparado el aumento del precio del gas, que al final es el que marca el precio de la electricidad». Según Huerta, «dentro de la heterogeneidad de lo que puede ser la cocina preparada entran muchos factores en el aumento de precio». «Influyen», ahonda, «tanto los costes de producción como los costes de transporte».
Para la experta de la OCU «hay que tener en cuenta que la cocina preparada industrial entra mucho en juego el aceite. No sólo el aceite de girasol, sino también el aceite de oliva, pues la cosecha no fue muy buena debido a la climatología». Los productos que más han subido en congelados «son precisamente las verduras como espinacas, cebollas, pimientos…»
Fernando Móner, al frente de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU), valora de este modo el ascenso de precios en esta gama de productos: «Aquí entendemos que la primera motivación es todavía la situación provocada por la pandemia». Se refiere a los cambios de hábitos: «Por temas de movilidad, principalmente, y de reducción de contactos sociales» en locales de hostelería «se incrementó mucho la compra de platos preparados en supermercados o los pedidos a restaurantes para llevar».
Además, estima Móner, el incremento de la factura energética también puede haber influido en que la gente quiera usar menos los electrodomésticos para cocinar. «Y cada vez vivimos en una sociedad en la que las prisas disparan la demanda de platos preparados», agrega. En los congelados «hay quizá una mayor demanda también de la mano de la pandemia, pues hay gente que le merece una mayor confianza que los frescos».
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