Hay pocas cosas más mediterráneas que unas buenas patatas bravas. La que muchos consideran la tapa por excelencia tiene una salsa que representa que ... estén como toca o no, el allioli. Una receta muy casera que empresas valencianas como Artesanos Gil comercializan pero que tiene su máximo exponente en la Comunitat a Chovi, que de este producto ha creado una empresa que en un año logra facturar 65 millones de euros.
Publicidad
Porque desde que nació la idea de comercializar la salsa la firma no ha dejado de crecer. Fue en 1953 cuando los Ultramarinos Hermanos Chovi de Benifaió apostaron por elaborar platos preparados de albóndigas caseras con allioli. Y triunfaron tanto por la salsa que pasaron a comercializarla. Más tarde llegaría el icónico mortero amarillo, que se ha convertido en toda una seña de identidad y les ha permitido el hito de producir siete de cada diez mezclas que se venden en el mercado. Todas bajo su marca con la excepción de Mercadona, al que también le surten bajo el paraguas de Hacendado además de la propia.
Noticia Relacionada
Agustín Martiño, gerente de negocio, explica a este diario que de ese ultramarinos queda mucho. Para empezar la familia que lo regentaba, que con Enrique Choví al frente sigue liderando la firma gracias a que el capital sigue siendo «100% familiar», pero también muchos valores. «Choví es una empresa familiar, responsable, inconformista y pionera que intenta generar un impacto positivo en la sociedad y eso lo mantenemos», remarca Martiño, que pese a llevar poco más de un año en la compañía se ha adaptado sin problemas al verse identificado.
Más allá del carácter familiar para el gerente de negocio es vital ese inconformismo y la iniciativa que les ha llevado a no conformarse sólo con el allioli sino a ser un exponente de todas las salsas. En sus instalaciones se fabrica ketchup, mayonesa, ajonesa, mostaza, allioli vegano, diferentes tipos de salsas de ensalada y hasta tomate natural y guacamole. Pero no se conforman y buscan incluso nuevos mercados. El último ejemplo es su recién lanzado allioli extrasuave, que trata de convencer a esas personas que consideran demasiado contundente la salsa o la quieren utilizar en el día a día. Pero también con platos preparados como la ensaladilla rusa, un mercado al alza del que están más que pendientes de su evolución.
Publicidad
De la misma forma, Martiño remarca la apuesta por la innovación. La firma valenciana decidió en su día no sólo vender salsas en botes a los supermercados sino también ir a por el gran formato para el negocio de la hostelería, que representa nada menos que la mitad de sus ventas, y a por el micro con sus sobres unidosis. Pero con una novedad, que en gran parte están hechos de papel. Iniciativas que les han permitido acceder a algunas partidas de fondos europeos a través de líneas del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace), que suponen un respaldo para materializar inversiones que mejoren el proceso productivo.
De forma paralela, también se apostó por introducir, en la medida de los posible, envases con plástico reciclado y por los productos de proximidad, lo que lleva a que la mayoría de pedidos lleguen de España y, en especial, de la Comunitat Valenciana. Este es el caso de los huevos, que provienen siempre de gallinas camperas de granjas del país. Para ellos la calidad de la materia prima es fundamental para que sus productos mantengan el éxito y se diferencien del resto.
Publicidad
¿Y estas diferentes estrategias funcionan? Pues los datos invitan a pensar que sí. La empresa, pese a haber tenido pérdidas puntuales en algunos ejercicios, es rentable, tal y como reflejan sus cuentas del Registro Mercantil. De hecho, ha realizado contrataciones en los últimos meses y en la actualidad la plantilla está formada por 223 personas, que trabajan en dos turnos diarios y, en épocas de producción punta como el verano, hacen uno extra el fin de semana para cubrir la demanda. Además, a diferencia del sector, consiguió en su último ejercicio un hito, mantener las toneladas de producción mientras el sector veía caer sus ventas en plena escalada de precios. Según datos de la consultora Kantar, eso les permite tener una cuota de mercado español de las salsas del 12,7%.
Pero mantener la producción en este contexto trajo consigo un incremento de su facturación anual , que pasó de 46 millones de euros a 65 en un 2022 que fue más que atípico y que comenzó con un verdadero susto derivado de la guerra de Ucrania. El aceite de girasol, un producto esencial para ellos cuya materia prima no se produce en España se disparó en el mercado tal y como observaron las familias y sus perspectivas eran más que negativas ya que comenzaron a pagar el triple por los mismos litros. Luego llegaron los huevos, que se unieron al transporte o hasta los mismos envases de plástico y cartón, lo que les forzó a subir los precios.
Publicidad
Eso sí, desde Chovi admiten que no trasladaron la totalidad del incremento de costes sino que también redujeron sus márgenes para amortiguar la caída y que una vez algo normalizada la situación al caer algo las diferentes materias incluso bajaron los precios algo. Una táctica anómala en el mercado actual.
Para la empresa la estrategia les ha permitido salir más fuertes pese a todas las dificultades, aunque es cierto que también hay otros factores. Uno de ellos es su presencia internacional. Aunque pueda parecer difícil de creer el allioli es demandado en varios países de Europa después de que los turistas lo conozcan en España y en la actualidad este producto y otras salsas están presentes en una treintena de países. De hecho, las ventas al exterior representan el 15%, en especial gracias al tirón de Reino Unido, Alemania, Holanda y Libia, que son los principales mercados tras el nacional. Además, en la misma España siempre hay una mayor demanda en las autonomías del arco mediterráneo.
Publicidad
Más allá de la producción en la planta de Benifaió el otro reto de Chovi es la logística. Sus productos tienen una vida útil de entre seis meses y un año, pero tienen grandes diferencias ya que hay salsas que no necesitan almacenamiento en frío pero otras sí, lo que en ocasiones le ha generado a la firma dolores de cabeza para su almacenamiento, clasificación y envío.
En este contexto se decidió crear a principios de año una nueva sociedad perteneciente al grupo para gestionar toda su actividad logística en una nave en Massalavés, a pocos kilómetros de la factoría, y se apostó también por dar servicios a empresas externas con problemas similares. Y en poco tiempo ya ha encontrado clientes de sectores tan dispares como los de cereales o caldos. De momento, las sensaciones son positivas y la actividad ya representa un 5% de la facturación del grupo empresarial.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.