El cierre de la central nuclear de Cofrentes afectaría a 12.000 empresas
Un informe de Cámara Valencia alerta del impacto de que se lleve a cabo el apagón en 2030 al considerar que no habrá suficientes energías renovables y se hará un uso mayor del ciclo combinado
Hasta 12.000 empresas y más de 180.000 empleos de la Comunitat Valenciana se verán perjudicados por el cierre de la central nuclear de ... Cofrentes en 2030, fecha en la que está previsto su apagón tal y como se recoge en el Plan Nacional de Energía y Clima (Pniec). Es la estimación que realiza Cámara Valencia en un informe presentado este miércoles para defender que se posponga el cierre de la central.
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«Con el cierre de la infraestructura de Cofrentes en el año 2030 existiría un déficit energético de 7.916 megawatios/hora, lo que pondría en riesgo la competitividad de las actividades industriales intensivas en electricidad, con el riesgo económico y social que eso conlleva», señala el documento. Dicho déficit debería ser compensado con la generación de otras fuentes de energía, lo que implica que en un periodo de cinco años (entre 2025 y 2030) se debería duplicar las energías renovables y respaldarlas con la generación de energía mediante ciclos combinados (gas natural).
Según el informe, diez actividades manufactureras generan 172.816 puestos de trabajo por cuenta ajena y 11.512 por cuenta propia. En total 184.328 empleos que representan el 8,5% de toda la Comunitat Valenciana.
Sectores como la industria química, cerámica, metalúrgica, alimentaria y del plástico serían los más afectados al asumir incrementos de costes energéticos y una pérdida de competitividad exterior. Pero también afectará, según Cámara, a empresas con una gran tracción en la Comunitat como Ford y la gigafactoría de Volkswagen, PowerCo, según indicaron en la presentación del informe.
Según el informe, el cierre de Cofrentes condiciona otros 235.000 empleos indirectos correspondientes a la cadena de proveedores de estas industrias y que están relacionados con actividades como la fabricación de maquinarias de equipo, la construcción, la distribución comercial, los transportes o los servicios técnicos a empresas.
La institución cameral alerta también de que sin una fuente de generación estable como la nuclear, la inversión extranjera podría verse comprometida ante la volatilidad de los precios y la incertidumbre del suministro. «Además, el cierre supondría renunciar a 450 millones de euros de inversión en la próxima década, así como a importantes ingresos tributarios y al posicionamiento estratégico de la Comunitat Valenciana en materia energética», asegura el documento. Esta cifra de inversión se basa en las realizadas a lo largo de los diez últimos años de actividad en modernización y seguridad.
La piedra angular del problema reside en los plazos marcados en el Pniec, según señala el informe, al considerar que los objetivos en cuanto al desarrollo de renovables y sistemas de almacenamiento no son realistas, por lo que temen que no sirva para sustituir la generación nuclear y se acabe recurriendo a los ciclos combinados, lo que elevaría aún más la factura de los hogares y de las industrias.
Cámara Valencia subraya que la energía nuclear debe contemplarse como una fuente limpia y sostenible que contribuye a estabilizar los precios de la electricidad y garantiza la competitividad del tejido industrial valenciano. Por ello, propone mantener abierta Cofrentes, revisar su fiscalidad para equipararla a las centrales de otros países europeos y simplificar los trámites burocráticos relacionados con el Pacto Verde Europeo, entre otras medidas. Además, insta a aumentar las inversiones en innovación y acelerar el despliegue de energías renovables, en coexistencia con la energía nuclear.
Para José Vicente Morata, presidente de la cámara, los plazos de cierre nuclear deberían posponerse a 2040 y 2050. «Sin la energía nuclear, el modelo industrial valenciano corre un grave peligro de colapso. Estamos de acuerdo en que se cumpla el pacto verde pero tenemos que ser lógicos. Los países están revisándolo para llegar a esos objetivos y hasta que no tengamos mayores plantas fotovoltaicas y eólicas va a ser imposible», indica.
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