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Por un lado, PSPV y Compromís echándose las culpas sobre la paralización del proyecto de ampliación de Marina de Empresas en el Tinglado 4. Por otro, el Ayuntamiento afeando a su homólogo de Barcelona los intentos por quitar a Valencia una inversión del potencial del ecosistema de emprendimiento e innovación impulsado por Juan Roig en la Marina. En medio, el Consorcio Valencia 2007 advirtiendo de que ya alertaron del problema que se avecinaba en septiembre y, además, entidades como Startup Valencia lamentando la falta de unión entre sector público y privado para dinamizar este enclave del cap i casal. Y, al fondo, Alicante ofreciéndose como sede para el universo de Lanzadera, Angels y EDEM.
Es, a grandes rasgos, el resumen de todo el cruce de declaraciones y comunicados desencadenado este viernes tras conocerse que la propuesta que el propio Consistorio hizo a Juan Roig para que Marina de Empresas creciera en el Tinglado 4 (que es de propiedad municipal tras la cesión de la Conselleria de Obras Públicas en 2018) se encuentra bloqueada siete meses después de aquel anuncio. Una situación que, además, trascendía con la visita del director general de Lanzadera, Javier Jiménez, a varios espacios de Barcelona tras la invitación del Ayuntamiento de Ada Colau, que incluso ha ofrecido a Marina de Empresas condiciones ventajosas para su implantación, como concesiones a 25 años y edificios ya listos para entrar.
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«Estamos explorando posibilidades», confirmaban a este periódico fuentes del Consistorio barcelonés. Y aunque fuentes de Marina de Empresas remarcaban que su proyecto pasa por «permanecer y crecer» en Valencia, las alarmas se han disparado. Tanto que la vicealcaldesa Sandra Gómez aseguraba, en un claro aviso a Joan Ribó,: «Lanzadera es una iniciativa valenciana que sí o sí se tiene que quedar en Valencia». «Tenemos que poner las cosas fáciles», insistía y ponía el foco en el actual modelo de gestión del espacio de la Marina, actualmente en manos del Consorcio Valencia 2007 tras una prórroga por la falta de acuerdo para su liquidación así como del reparto de poder en la dársena.
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«La reflexión tiene que venir sobre el modelo actual de gestión de la Marina: no puede ser que todo se atasque y todo sea un problema. Lo que tiene que hacer es un cambio en el modelo de funcionamiento y gestión de la Marina», indicaba la también candidata socialista a la Alcaldía y remarcaba el portavoz de su grupo y concejal de Hacienda, Borja Sanjuán, en rueda de prensa.
Sin embargo, el PSPV obviaba decir que el proyecto está encallado en la Concejalía de Urbanismo, que encabeza la propia Sandra. Algo que sí mencionaron tanto el alcalde como el vicealcalde, Sergi Campillo, al tiempo que remarcaban en varias ocasiones «la voluntad inequívoca» con la ampliación de Marina de Empresas y la intención de «acelerar los trámites».
Era Ribó el que hablaba de la «sorpresa desagradable» que se encontraron tras haber ofrecido el Tinglado 4 a Roig y que tiene el origen en la protección patrimonial de este espacio actualmente en desuso, ya que no permite cualquier actuación. Según detalló Campillo, «hay una discrepancia únicamente urbanística entre el Plan especial de la Marina que se aprobó en 2014 y el Catálogo de Protección del Ayuntamiento que se aprobó con posterioridad, y es la concejalía de Urbanismo quien tiene resolver este tema.
En el próximo pleno [la próxima semana] va un paso más para la resolución de este problema«. Un pleno al que tanto PP como Ciudadanos ya han anunciado la presentación de sendas mociones para »desbloquear« la ampliación de Marina de Empresas y »dinamizar« la Marina.
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De fondo, un galimatías burocrático en el que el reloj empezó a correr en julio de 2022 tras la visita de Ribó a las instalaciones de Marina de Empresas. En septiembre, tras el inhábil mes de agosto, se empieza a preparar la documentación para sacar a concurso el Tinglado 4. Es entonces cuando el servicio de Urbanismo se da cuenta de que hay una discrepancia entre el Plan especial de la Marina y las fichas del Catálogo Estructural de la Ciudad sobre el nivel de protección de los tinglados 2, 4 y 5. Según el primero, que todo el mundo en el Consistorio entiende que es el que prevalece, el nivel de protección permite hacer una serie de modificaciones, pero según el segundo, que además se aprobó más tarde aunque empezó a elaborarse antes, el nivel es el máximo y no se puede tocar ni un ladrillo.
El 13 de octubre el jefe de servicio de Planeamiento elabora un informe sobre esa discrepancia y explica que entiende que la intención del plan es prevalecer sobre el catálogo pero en pocos ámbitos es tan cierta la frase 'obras son amores y no buenas razones' como en la cuestión administrativa: hay que modificar el catálogo para poner negro sobre blanco esa «intención». Un día después, la concejala Gómez firma una moción para corregir la errata del catálogo, que se aprueba en el pleno de noviembre y se somete a la correspondiente exposición pública durante 45 días hábiles.
Es aquí donde surge un nuevo actor, el propio Consorcio Valencia 2007, quien en un comunicado lamentaba la parálisis para «avanzar con mayor urgencia» y señalaba que ya en septiembre trasladó a Urbanismo las dudas sobre la edificabilidad del tinglado.
plug and play
Ahora la previsión es que el pleno de febrero apruebe provisionalmente la modificación, que aún tendrá que pasar un trámite antes de que el Tinglado 4 se pueda sacar a concurso: ha de aprobarla la comisión territorial de Urbanismo, dependiente de la Generalitat. «Lo lamento pero estos temas tienen procedimientos muy largos que no nos podemos saltar», añadió Ribó. Es decir, aunque se apruebe esa modificación, el espacio –como otros en la Marina, el más reciente, los Docks– aún tendrá que salir a licitación pública.
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Compromís también aprovechó para mostrar su malestar con el Ayuntamiento de Barcelona, al que acusó de «una jugada fea» la contrapropuesta de la ciudad condal al ofrecimiento de Valencia al empresario Juan Roig. «No es la manera de colaborar entre ciudades ni el mejor de los movimientos. Somos muy respetuosos con las iniciativas empresariales de otras ciudades y no hacemos estas maniobras de regate corto para intentar quitarnos inversiones», dijo.
Quien aprovechó este galimatías, y el malestar de Marina de Empresas por la situación, fue el Ayuntamiento de Alicante, que ofreció dos ubicaciones como sede del proyecto Lanzadera con «todas las facilidades».
Mientras, desde Startup Valencia –la asociación que aglutina a estas empresas– advirtieron de que la competitividad de la ciudad como polo tecnológico «se ve dañada cada día que pasa sin definir una estrategia consensuada con el sector privado para el desarrollo de La Marina como distrito innovador». Además, recordaron que, en su caso, han tardado cinco años en poder iniciar las obras para convertir la antigua estación marítima en un 'hub' tecnológico.
El ofrecimiento de Barcelona –al que se ha sumado Alicante– para albergar el proyecto emprendedor del empresario Juan Roig llega después de que esa misma ciudad se hiciera con el que fue uno de los estandartes de la Marina Valencia durante años, la Copa América. La competición mundial se fue del cap i casal con la crisis económica, pero hace unos meses tuvo la oportunidad de volver. Sin embargo, desde instituciones como el Ayuntamiento de Valencia o la Generalitat no se mostró el interés suficiente y la iniciativa terminó en la ciudad de Barcelona.
Es improbable que un episodio así se repita con el ecosistema que encabeza Lanzadera, pero la mera posibilidad inquieta en el sector, que consideran que la falta de gestión está detrás de estos desplantes. Pero más allá de este evento estas semanas se han caracterizado por evidenciarse otros frentes con el sector startup y emprendendor valenciano. Tal y como informó 'Valencia Plaza', también hay un frente abierto con la organización de Dreamhack, uno de los festivales de videojuegos y 'eSports' más importantes de España que genera un impacto de 20 millones de euros con sus dos ediciones anuales. Tras el cambio de titularidad, la cúpula ha amenazado con buscar otra ubicación por la falta de apoyo de la Administración.
Por otro lado, citas de importancia como 100 Startups Health, organizado por Innsomnia, ha apostado en 2023 por dejar la Marina de Valencia y organizarse en Madrid después de un año en la Comunitat. Cuestiones que empañan el buen funcionamiento de un ecosistema que en los últimos años no ha dejado de moverse y que dejan la sensación de que se puede sacar más partido al ecosistema tecnológico e innovador y a unas startups que crecieron un 20% durante el pasado ejercicio.
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