Un usuario de un cajero automático. AFP / P. Marcou

El Consell suaviza las exigencias para instalar cajeros en pueblos

La Generalitat exime a los bancos de dar asistencia presencial y garantizar el uso de libreta pero de momento no eleva el importe de las ayudas

Inés Herrero

Valencia

Martes, 28 de julio 2020, 00:57

Rebajar pretensiones para hacer más atractivas las condiciones de instalación de cajeros automáticos en pequeñas poblaciones del interior de la Comunitat Valenciana que sufren la llamada exclusión financiera.

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Ese es el objetivo de los cambios introducidos por la Generalitat en uno de sus proyectos estrella contra la despoblación, que dejó sin efecto hace diez días y ahora rediseña en vista del nulo interés suscitado entre la banca por las ayudas que lanzó a principios de marzo.

Para evitar que la convocatoria quedase desierta, la Generalitat optó por modificar las bases reguladoras de sus subvenciones a entidades financieras, encaminadas a «incentivar y fomentar la prestación de servicios bancarios básicos», fundamentalmente a través de la instalación, mantenimiento y puesta en funcionamiento de cajeros en determinados municipios y núcleos de población de la Comunitat.

Según recoge el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), los interesados tienen siete días desde este martes para presentar alegaciones, sugerencias u observaciones sobre el proyecto de decreto del 'president' Ximo Puig.

Por ejemplo, acerca de la cuantía de la ayuda que recibirán los bancos por instalar cajeros en las cuatro zonas delimitadas por el Consell, que de momento se mantiene, según la directora general de la Agenda Valenciana Antidespoblamiento, Jeannette Segarra.

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Las bases iniciales preveían un máximo de 11.000 euros al año por cajero, con una bolsa plurianual total de 5,9 millones, sin que puedan superar los costes de la instalación y mantenimiento de los cajeros automáticos que justifique cada entidad financiera.

Segarra señala a LAS PROVINCIAS que «puede ser que se cambie» la dotación económica, si así lo solicitan los interesados en sus alegaciones y, tras estudiarlo y emitir los informes correspondientes, se considera oportuno. Su previsión es que el decreto, con las modificaciones definitivas, esté listo en septiembre.

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De momento, los cambios introducidos para convencer a los bancos de que se sumen al proyecto del Consell contra la despoblación consisten en eximirles de la asistencia presencial, que pasa a ser telemática, y de la obligación de permitir operar con libreta, que ahora será opcional.

Según explica Segarra, se suprime también el tope de dos zonas por entidad, de modo que un solo banco podrá prestar el servicio en las cuatro zonas, y darán por bueno cualquier modelo homologado de cajero, sin tener que hacer uno especial para cumplir los requisitos de la Generalitat.

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