Cuenta atrás para la apertura del tercer carril de la V-21

Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, la previsión que maneja el Ministerio de Transportes es que, coincidiendo con el puente de Todos los Santos, los coches ya puedan circular sin restricciones por los tres carriles del tramo en sentido a Valencia. Esto es, que el martes 1 de noviembre la carretera esté lista, aunque se mantendrá la señalización provisional de color amarillo para rematar los trabajos.

En este sentido, algunos conductores han comprobado cómo es posible rodar por algunas zonas, ya que estas noches se ha trabajado en la extensión de la capa final de rodadura en los viales en dirección a Valencia, lo que obligó a cortar el tráfico. Una operación que se repetirá la próxima semana para el trazado en sentido Castellón.

Después será el momento de completar el equipamiento vial, como la señalización y balizamiento, el repintado de marcas viales con termoplástica en caliente o la reposición de la malla de cerramiento. También la finalización de arquetas de drenaje y elementos auxiliares, los arreglos y repavimentación de caminos laterales, la finalización de la modificación de la catenaria del ferrocarril en la ampliación del puente o las cimentaciones, pilas y fabricación de vigas de la pasarela, según explica el ministerio.

Además, se colocarán los pórticos, cámaras y banderolas del carril Bus-VAO (vehículos de alta ocupación), ya que el nuevo tercer vial de la V-21 en dirección a Valencia se destinará a este tipo de vehículos, según se contemplaba en la Estrategia de movilidad de la provincia de Valencia que diseñó la Conselleria de Obras Públicas y después solicitó el Ayuntamiento. Esto supondrá que sólo podrán circular autobuses o coches con dos o más ocupantes desde Massalfassar hasta la entrada a la ciudad.

Ya la propia ministra Raquel Sánchez, en una de sus últimas visitas a Valencia, especificaba que la previsión era que el tercer carril estuviera operativo a finales de octubre. Pronóstico que se va a cumplir -a falta de los remates- aunque lo hará dos años después de lo previsto, pues las obras comenzaron en octubre de 2018 y deberían haber estado listas para el verano de 2020

En este sentido, las obras, con un coste de unos 20 millones, se licitaron en agosto de 2017, aunque hasta finales de ese año no se abrieron las ofertas económicas tras haberse retrasado este paso un mes debido a la oposición del Ayuntamiento. El contrato no se formalizó hasta junio de 2018 y, posteriormente, hubo una paralización para reducir la superficie de expropiación. Esto también generó problemas cuando, ya en septiembre de 2019, colectivos en defensa de la huerta ocuparon el Forn de Barraca en Alboraya para evitar su derribo.

De hecho, estos vaivenes están detrás de los distintos modificados, hasta tres, que ha tenido el contrato inicial. El primero tras la exigencia política y vecinal de reducir al máximo la superficie de huerta afectada; el segundo, con la estructura del puente del ferrocarril a la altura de la Patacona; el tercero, por las peticiones de los ayuntamientos de Alboraya y Valencia. En el primer caso, por la construcción de una pasarela peatonal y ciclista sobre la V-21 a la altura de Port Saplaya; en el segundo, para que el tercer carril en sentido Valencia se habilite como carril bus-VAO.