Terminal del puerto de Valencia. Jesús Signes

Las empresas valencianas ya sufren el impacto de la crisis del mar Rojo

Al aumento de los fletes se suma el retraso cada vez más acentuado en materias primas y productos

Isabel Domingo

Valencia

Martes, 9 de enero 2024, 01:27

El año 2024 no ha comenzado con buen pie para el comercio internacional, que ve como la incertidumbre se afianza en el mar Rojo debido a los ataques de los rebeldes hutíes (aliados de Hamas e Irán) hacia los barcos que atraviesan el ... golfo de Adén, lo que ha provocado que los gigantes del transporte marítimo hayan decidido suspender el tránsito de sus embarcaciones por la zona y desviar las rutas a través del Cabo de Buena Esperanza con el consiguiente incremento de los tiempos de viaje.

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Una de las primeras consecuencias ha sido el incremento de los fletes entre Asia y Europa, como ya contó LAS PROVINCIAS la semana pasada, pues en algunos casos el coste del transporte de contenedores ha llegado ahora incluso a triplicarse respecto a lo que las empresas abonaron en diciembre. «Y pueden subir más», advierte el profesor de ESIC y director de su máster de Comercio Internacional, Francisco González, quien apunta la cifra de los 6.500-7.000 dólares y también señala que las primas de los seguros se han encarecido un 60%.

Eso como «efecto inmediato» pero, además, también habrá tensiones en la cadena de suministros y un más que posible déficit de contenedores por la falta de rotación, comenta este experto. Porque, aunque en el corto plazo no va a afectar, «sí que podría hacerlo con aquellos productos de las campañas de primavera o verano, que son los que llegan ahora a las empresas», añade. Porque a la situación actual en el mar Rojo también se suma la celebración del Año Nuevo Chino el próximo febrero, con la paralización de la producción en la industria y la actividad mínima en puertos y aduanas.

Una opinión que comparte el presidente de la Asociación de Directivos y Empresarios Logísticos (Propeller Valencia), Alfredo Soler, para quien habrá problemas en las importaciones de materias primas y de productos finales debido al incremento de los tiempos de entrega de las mercancías. «Esto hará que no lleguen los materiales a tiempo para producir», señala. Algo que, por ejemplo, ya ha sucedido en las factorías de la empresa Michelin en España por el retraso en la llegada del caucho natural.

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Posición del puerto de Valencia

Soler también ha alertado de una posible reducción de las operativas de las navieras en los puertos «para estar el menor tiempo posible», lo que puede provocar un aumento de los contenedores vacíos no operativos, por ejemplo en Valencia, mientras en Asia pueden escasear. Asimismo, Soler muestra su preocupación por cómo puede afectar esta crisis a la posición geoestratégica del puerto de Valencia debido al desvío de grandes barcos hacia otras rutas, pues podría perder conectividad, «y la incertidumbre de no saber cuándo podrá solucionarse, al contrario de lo sucedido con el Even Given en 2021».

En este sentido, la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) ha confirmado que prevé en los próximos días «un incremento de tráficos de contenedores de transbordo de navieras transoceánicas, ya que los barcos de estas empresas que hasta ahora atravesaban el Mediterráneo realizando diversas operaciones de carga y descarga van a concentrar operaciones en Valencia, para distribuir desde Valenciaport al resto del Mediterráneo». ¿Objetivo? «Compensar los retrasos de hasta 12 días que supone bordear África en lugar de pasar por Suez», apunta la APV,

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Es decir, que el puerto de Valencia se convertirá en el centro de distribución de las grandes navieras que, además, gestionan terminal propia en las instalaciones del Grao, como Cosco, APM (Maersk) o MSC, que han decidido evitar la zona del conflicto.

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