2022 fue un año complicado para la industria cerámica de la Comunitat Valenciana, pero su máximo exponente logró capear el temporal. El grupo Pamesa consiguió aumentar a registros récord tanto la facturación como la producción pese a la crisis del gas que disparó los precios, aunque sí que se resintieron sus beneficios al caer un 16%.
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Así lo reflejan las cuentas compartidas por la sociedad encabezada por Fernando Roig, que a la vez constatan una situación anómala. Las ventas se incrementaron nada menos que un 38% hasta los 1.508 millones de euros, lo que se considera un aumento inusual. El problema es que este repunte tiene detrás la inflación y, en especial, los precios del gas que se dispararon con el estallido de la guerra de Ucrania y no tanto la producción en sí. La misma subió, pero un 4% en metros cuadrados. Algo que se produjo en paralelo a la caída de los beneficios antes de impuestos, que se quedan en 81 millones, y evidencian que parte de los sobrecostes han sido asumidos por Pamesa. El resto, por los clientes.
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El grupo empresarial sigue teniendo como principal línea de negocio la cerámica, que ascienden a 1.186 millones y crece un 34% internanual, aunque también ganan peso otras paralelas como son la venta de tierra atomizada, con 257 millones y un auge del 55%, y la energía eléctrica, con 65 millones tras un incremento que alcanza el 35%.
Este último negocio es fundamental porque la energía ha sido el gran dolor de cabeza durante los últimos meses. «El año 2022 ha estado marcado por la subida exponencial de los precios del gas y la luz: una crisis energética que se viene sufriendo desde el último cuatrimestre de 2021. Esta situación ha golpeado duramente a todas las industrias gasintensivas, entre las que se encuentra el sector cerámico», remarcan. Sólo su factura de gas ha pasado de un año para otro de los 158 millones a 365, lo que representa un incremento del 131%.
En este contexto, Pamesa ha hecho un esfuerzo para tratar de buscar alternativas al gas que tanto le ha lastrado y ya explora el hidrógeno. Hace pocos días anunció un plan para invertir 250 millones en implantar el nuevo combustible que se genera mediante un proceso de electrólisis mejorado que, como gran ventaja diferencial, reduce a cero las emisiones de CO2. Un proyecto que no está desarrollado pero que se quiere explorar tanto por costes como por sostenibilidad.
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Adicionalmente, Pamesa cuenta con una estrategia de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que incluye exigentes políticas de gestión medioambiental, igualdad e integración de personas con discapacidad intelectual. En relación con las energías renovables, el grupo utiliza de forma predominante la energía solar fotovoltaica para el suministro eléctrico en su proceso productivo. Cuenta con una potencia total instalada de 20,8 megavatios (MW) y un total de 112.921 metros cuadrados de cubiertas solares de sus diferentes edificios y plantas.
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