La planta de Çimsa en Buñol da servicio a 15 países

Así lo ha explicado a este periódico el director general de Çimsa España, Onur Yazgan, para quien la «ubicación estratégica» de la planta de Buñol en Europa «sirve como un importante punto de transferencia de conocimiento y tecnología para Çimsa». «Su avanzada infraestructura y los recursos que proporciona refuerzan el liderazgo global de Çimsa. Al adaptar a Buñol los exitosos métodos utilizados en nuestras plantas locales, estamos asumiendo un papel pionero en diversas áreas. Por ejemplo, al utilizar combustibles alternativos de biomasa, logramos un cambio térmico del 30% en nuestra planta de cemento blanco para finales de 2023», añade.

De ahí la apuesta que se ha realizado con la reciente puesta en marcha de una planta de energía solar con una inversión de 4,2 millones. La instalación, que cubrirá aproximadamente el 18% de las necesidades energéticas de la fábrica de Buñol, cuenta con una potencia instalada de 7,2 MW, producirá aproximadamente 12 GWh de electricidad al año y Buñol ahorrará 1,1 millones de euros en costes energéticos al generar su propia energía en lugar de utilizar la de la red.

La energía producida en esta planta, que cuenta con once mil paneles solares en un área de cien mil metros cuadrados -que equivalen al tamaño de catorce campos de fútbol- será utilizada por Çimsa Cementos. De esta forma, además, la fábrica reducirá su factura energética en un momento en que la crisis energética ha aumentado los costes operativos, según detalle el propio Yazgan.

«Además de las fuentes de energía renovables existentes, proseguimos nuestros esfuerzos de investigación y desarrollo para aumentar la capacidad de fuentes de energía innovadoras en los próximos años», añade el portavoz de la compañía.

En ese sentido, la empresa trabaja para implementar planes que permitan utilizar materias primas alternativas en lugar de recursos naturales en la producción de clínker, «de recurrir a combustibles alternativos de bajas emisiones en lugar de combustibles fósiles y de reducir el uso de clínker cambiando a productos de bajo contenido en clínker».

Según el director general, «nuestro proyecto de energía solar es un componente clave de esta estrategia. Con estas inversiones aumentamos el uso de energías renovables y reducimos nuestra dependencia de los combustibles fósiles».

«Tenemos previsto seguir invirtiendo en energías renovables y aumentando nuestra eficiencia energética. Además, pretendemos ampliar nuestra diversidad de productos y mejorar los procesos de producción sostenibles a través de nuestros esfuerzos en I+D», relata. Entran en escena, por ejemplo, algunas inversiones de modificación para mejorar la eficiencia de la energía térmica o en el uso de hidrógeno.

Según Yazgan, «las inversiones para aumentar el uso de materiales secundarios en la transformación de productos también están entre nuestros planes. Nos estamos centrando y explorando nuevos proyectos destinados a reducir las emisiones de CO2 mediante el uso de hidrógeno en el proceso de horneado».

El responsable de Çimsa también destaca que las inversiones en Buñol tendrán un impacto «significativo y positiv»o en la economía de la Comunitat. A su juicio, «aumentará la demanda de proveedores locales, lo que contribuirá al crecimiento económico de las pequeñas y medianas empresas de la región».