La expansión que espera el aeropuerto de Manises

El actual plan director del aeródromo valenciano contempla una segunda pista y una nueva terminal, lo que permitiría absorber hasta 25 millones de pasajeros al año

Domingo, 21 de abril 2024, 00:37

Nueve meses. Es el tiempo aproximado que ha transcurrido desde que la Comunitat agitó con mayor intensidad la reclamación sobre la necesidad de ampliar el aeropuerto de Manises, debido a las imágenes de colas y largas esperas registradas el pasado verano, y la confirmación ... de Aena (el gestor aeroportuario) de que se va a abordar una «expansión» de esta infraestructura, además de la de Alicante, donde la petición pasa por la construcción de una segunda pista.

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Las declaraciones del presidente de Aena, Maurici Lucena, en la junta de accionistas celebrada este jueves arrojan luz, que no detalles, sobre una petición que viene avalada por las cifras de crecimiento de Manises, que cerró 2023 con récord de pasajeros (anotó 9,94 millones de viajeros, casi un 23% más que el año anterior) y rozando el límite de la capacidad máxima fijada para las instalaciones actuales, los 10,5 millones, que se prevén alcanzar este ejercicio. Un debate –y una controversia política– que han ido 'in crescendo' en los últimos meses, y que no es nuevo, pues ya se planteó en 2018 cuando Manises lograba una marca histórica al superar en más de un millón los pasajeros de 2017 y alcanzar los 7,76 millones.

«Quiero subrayar que en la Comunidad Valenciana se expandirán los aeropuertos de Alicante-Elche y de Valencia», dijo de forma específica Lucena al tiempo que avanzaba que en las próximas semanas se irán conociendo los detalles de cómo será una actuación que tendrá su reflejo en el próximo DORA (Documentación de Regulación Aeroportuaria), que estará vigente para el quinquenio 2027-2031.

Y si el DORA es el documento que fija las inversiones previstas por Aena para el conjunto de los aeropuertos que gestiona, el plan director es «la herramienta de planificación estrictamente portuaria y no urbanística que permite establecer las directrices de desarrollo futuro de cada aeropuerto», según se define en las primeras páginas del actual plan director de Manises, aprobado por una orden ministerial de noviembre de 2010 y publicado en el BOE de enero de 2011. Un documento que sigue vigente en tanto no se actualice, algo que su director, Antonio García, apuntó el año pasado que ya se estaba haciendo.

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De hecho, Aena formalizó en abril de 2021 por 1,17 millones un contrato a Aertec Solutions para la revisión de los planes directores de los aeropuertos de Ibiza, Menorca y Valencia. En este sentido, de los dos primeros el Ministerio de Transportes incluso ya ha hecho público que es una realidad tras comunicarlo de forma oficial el pasado febrero en el Comité de Coordinación Aeroportuaria de Baleares. De Valencia, salvo las declaraciones de García, nada se sabe todavía.

Por ello, el plan vigente es el de 2010, que supuso una revisión del de 2001 y contempla las actuaciones que se han realizado hasta el momento, como la llamada terminal regional –inaugurada en 2007 con motivo de la Copa América–, la ampliación del número de mostradores de facturación, el nuevo control de seguridad (se acometió en dos fases y terminó en diciembre de 2023), la puesta en marcha de una nueva terminal –la T2, cuyas obras se ralentizaron por la coyuntura económica–, la ampliación de la plataforma de aviación general o la segunda fase del aparcamiento público. Es ese documento, además, el que permite observar cómo ya se preveía que en 2020 se alcanzarían los 10,85 millones tras tener en cuenta los impactos de la puesta en marcha de la línea de alta velocidad con Madrid o la entrada en servicio del aeropuerto de Castellón.

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Requena y Castellón suenan como ubicaciones para un nuevo aeropuerto, que los expertos rechazan por la excesiva distancia

Y es ese documento el que traza la expansión futura de Manises, o como se lee, «una visión orientativa, a muy largo plazo, de la alternativa más adecuada del desarrollo de las instalaciones». Pasaría por una nueva terminal y por la ampliación del campo de vuelos con una segunda pista «para poder absorber el aumento de la demanda en el momento en que se produzca la saturación de la actual». Esto permitiría que Manises pudiera atender 25 millones de pasajeros al año, 84.000 pasajeros al día y 7.000 pasajeros a la hora (el vigente DORA II fija 3.450), siempre en valores aproximados, según el plan director.

De la nueva pista, explica que, dado que hay «obstáculos en las cercanas sierras de Chiva y Utiel, que vulneran las superficies de aproximación y ascenso al despegue, independientemente de que se gire o no la pista [...] se propone la solución más ortodoxa de pistas paralelas que proporciona al aeropuerto capacidad para operaciones simultáneas». La nueva configuración podría permitir unas 80 operaciones a la hora (en la actualidad, según el DORA II, son 34).

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¿Y es posible la ampliación de Manises a pesar de su ubicación actual, tan próxima a las poblaciones? Para el plan director, sí, aunque reconoce que la red de carreteras limita su expansión «hacia el norte, sur y este». «Sí que es posible su crecimiento hacia el oeste donde no existen zonas de especial interés ecológico u otros impedimentos que desaconsejen la ampliación en dicha dirección».

Según explica Vicente Ibarra, ingeniero de Caminos y subdirector General de Costas, Puertos y Aeropuertos de la Generalitat, «en el máximo desarrollo posible está proyectada una segunda pista y una nueva terminal, extendiéndose parte de ambas en el área de cautela aeroportuaria definida en el plan director». En este sentido, el área de cautela es la que permite «negociar con las autoridades competentes la protección de superficie de modo que el aeropuerto no vea coartado su desarrollo máximo futuro».

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Recuerda, además, que el máximo desarrollo posible «no está encaminado a proporcionar actuaciones vinculantes relacionadas con el desarrollo del aeropuerto, sino para plantear la posible configuración más extensa», de ahí el área de cautela. En el caso de Manises y del actual plan director, ésta afecta a los municipios de Manises, Quart de Poblet y Ribarroja y el diseño de la segunda pista, en caso de ejecutarse, detalla Ibarra, afectaría al polígono industrial Valencia 2000 de Quart de Poblet y a Ribarroja.

Para Ignacio Despujol, profesor de la ETS de Ingeniería Aeroespacial y Diseño Industrial de la UPV, el aeropuerto puede expandirse en los terrenos próximos a la base militar aunque, a su juicio, la prioridad de futuro debería ser una nueva terminal, algo que se ha apuntado desde la Conselleria de Turismo, en concreto, una ampliación de la actual que permita mayor confortabilidad a los pasajeros.

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Coincide también el comité de empresa de Aena en el aeropuerto de Valencia, que a finales del mes pasado realizó paros durante cinco días, coincidiendo con la Semana Santa, para reclamar un aumento de la plantilla y la cobertura de las bajas para poder atender la demanda creciente de pasajeros en los últimos años, pues el personal es menos que el de 2012, aseguran. «Las instalaciones no dan más de sí», lamentan y auguran «un verano de infierno» por el récord de viajeros si no se adoptan medidas. A su juicio, una nueva terminal «aliviaría la situación de pasajeros y de trabajadores».

Las opciones de Requena y Castellón

¿Y qué dicen las compañías aérea? «Hay que apostar por actualizar y por mejorar la eficiencia», asegura el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, que también recuerda que las inversiones aeroportuarias «se financian con las tasas aéreas que pagamos aerolíneas y pasajeros, no van por los Presupuestos del Estado, a diferencia de las vías del tren o las carreteras» y, además, resalta que los aeropuertos «tienen el gran reto de servir a los destinos, por lo que deben estar cerca de ellos y bien comunicados».

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De ahí que Gandara descarte una nueva ubicación: «Un nuevo aeropuerto es complejo, a largo plazo y muy costoso». Responde así a otros de los debates surgidos en las últimas semanas: un segundo aeropuerto para Valencia, que algunas voces sitúan en Requena (una idea, vía aeródromo privado, que estuvo sobre la mesa hace dos décadas) y otras se decantan por colocar la etiqueta al de Castellón. ¿Son opciones viables? Según las fuentes turísticas consultadas, ni uno ni otro por estar situados a más de 45 minutos en coche de Valencia. Y el propio plan director no lo contempla, al menos por ahora: «Dado que la principal ventaja de la infraestructura actual radica en la proximidad al núcleo urbano [...] se descartarán alternativas basadas en un cambio de localización».

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