El patrimonio medio de los declarantes del impuesto de grandes fortunas es de 22 millones de euros

La ministra dio este dato en respuesta a una pregunta del portavoz económico de Vox en la Cámara Baja, José María Figaredo, sobre a partir de qué umbral el Gobierno considera a una persona rica en España. En su pregunta, Figaredo afirmó que, según el criterio de la Agencia Tributaria, una persona que gane más de 30.000 euros al año ya es considerada rica, unos ingresos que puede percibir «un conductor de autocares urbanos», un «operario de maquinaria» o un «enfermero» en un hospital. El diputado de Vox enfatizó que «esos son los que ganan más de 30.000 euros y son los que la Agencia Tributaria considera ricos, que no son el típico ejemplo que todos pensaríamos cuando nos viene a la cabeza un rico».

En su respuesta, la vicepresidenta recordó que el Impuesto a las Grandes Fortunas, que se aprobó la pasada legislatura, grava los patrimonios superiores a tres millones de euros (si no tributan ya por el Impuesto sobre el Patrimonio). El año pasado, la recaudación por el Impuesto a las Grandes Fortunas ascendió a 623 millones de euros, un 58% menos que la previsión inicial de Hacienda que calculaba 1.500 millones de ingresos. Un error en el diseño del texto permitió a los grandes patrimonios de Madrid o Andalucía ahorrarse hasta el 80% de la tributación. En total fueron 12.010 contribuyentes, la mayoría de la Comunidad de Madrid, que pagaron una media de 52.000 euros.

A juicio de María Jesús Montero, este tributo supone «justicia fiscal», pues a estos contribuyentes con grandes patrimonios se les pide «un mayor esfuerzo», del mismo modo que a las energéticas y a las financieras, para las que también se creó un impuesto temporal a tenor de sus «beneficios récord». «Se le pide, en definitiva, un mayor esfuerzo a aquellos que pueden pagar para que se beneficie el conjunto de la mayoría social de nuestro país, el Estado del Bienestar», subrayó Montero.