Javier Gascó Pradas
Lunes, 22 de abril 2024, 00:52
La vida de Ford Almussafes es comparable al curso de un río. Hay momentos en los que el caudal rebosa y otros, mucho más complicados, en los que un fino hilo de agua corre por el cauce donde antes fluían miles y miles de litros. ... La situación actual de la planta valenciana que lleva produciendo modelos de la marca norteamericana sin descanso desde hace 48 años se asemeja más al segundo caso que al primero.
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Con un solo coche –el Ford Kuga– en su línea de producción, pero con la promesa de la jefatura mundial de que en un futuro todavía sin concretar se va a producir no solo la llegada del vehículo eléctrico, sino también la de un modelo híbrido previo para mantener la carga de trabajo, la factoría valenciana afronta un nuevo capítulo desafiante desde este lunes, cuando empezará a funcionar a la mitad de su capacidad debido al nuevo ERTE que entró en vigor este sábado y que afectará a más de 2.000 trabajadores hasta final de junio. El objetivo solo puede ser uno: mantener viva la corriente de agua que durante medio siglo ha estado alimentando a la industria de la automoción valenciana.
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Sin embargo, el camino no resultará sencillo por varios motivos. A la falta de concreción de la empresa sobre el nuevo modelo, que hace tan solo una semana era el principal inconveniente al que la planta tenía que hacer frente, se le suma ahora una complicación relacionada con el abastecimiento de piezas para la fabricación de motores y el creciente descontento de los trabajadores de una factoría que no parece tener del todo definido el rumbo hacia el que se dirige.
Dos meses es el margen de tiempo que tiene la firma estadounidense para aclarar cuál será el nuevo vehículo que se instale en la factoría de la Ribera Baja. Es el tiempo que acordaron empresa y sindicatos en la reunión del pasado martes, en la que también se pactaron las condiciones del nuevo expediente de regulación temporal de empleo. De modo que antes del 20 de junio Ford debe desvelar cuál es su apuesta para la planta de Almussafes, cuándo llegará y cuántos trabajadores serán necesarios para su producción. Será entonces cuando se tengan que tomar decisiones «a largo plazo», como explican desde UGT, sindicato mayoritario en la planta.
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El temor a un nuevo ERE, como el que se acordó hace justo un año que afectó a más de 1.000 empleados, empieza a sobrevolar por las inmediaciones de la única planta de la marca del óvalo en España. Sin embargo, UGT confía en que la compañía sea capaz de «despejar las incógnitas que todavía quedan pendientes», para que el futuro pueda planificarse en base a las necesidades que tenga la multinacional.
Hasta que eso suceda la fábrica de Almussafes trabajará varias marchas por debajo de lo que ha estado acostumbrada a hacer. Desde este lunes y hasta que se solucione el problema de la falta de piezas, la maquinaria de la factoría funcionará en el turno de mañanas y de tardes, pero con un único sistema, por lo que unos 1.400 empleados se verán afectados en esta primera parte del ERTE. Una cifra que ascenderá e incluso sobrepasará los 2.000 afectados cuando coincida con los parones programados para diez días concretos entre mayo y junio en la planta de motores.
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El problema del desabastecimiento llega en un momento complicado, al coincidir con el final de la Transit, que dejó de producirse el pasado lunes en la planta valenciana. La estimación de UGT es que se necesitarán unos dos meses para que vuelva la normalidad respecto a la situación de la falta de materiales, por lo que el pico de producción del Kuga, que estaba previsto para esta semana, se postergará hasta que empiecen a llegar las piezas necesarias para su fabricación desde Estados Unidos.
Un panorama que incrementa de manera progresiva las dudas entre los miembros de la plantilla de Ford Almussafes. Los empleados esperaban información concreta sobre su futuro tras la reunión de hace dos semanas en Colonia (Alemania) entre la dirección europea y el comité de empresa, por lo que la demanda de tiempo por parte de la empresa no les sentó del todo bien. Su paciencia empieza a agotarse al mismo tiempo que lo hace el caudal de un río que ahora mismo parece estar atravesando una época de sequía.
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