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«Llega un invierno muy frío en el mundo empresarial». La frase, aunque recuerde a la serie 'Juego de tronos', la pronuncia Sergio Gordillo, socio director de la consultora Improven, tras ser preguntado por las perspectivas que afrontan las empresas valencianas para el último trimestre del año debido al actual contexto socioeconómico. Esta misma semana, por ejemplo, BBVA Research presentaba sus previsiones económicas para las autonomías y dejaba a la Comunitat con un crecimiento del 2,1% para este 2023, por debajo de la media estatal debido a los problemas en la industria.
«Como no puede ser de otra manera, en una economía globalizada, la Comunitat se ve directamente afectada por un contexto geoeconómico muy adverso para nuestros intereses», explica el decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana (COIICV), Juan Vicente Bono. Para estos dos expertos, una de las claves es el aumento de los tipos de interés a nivel mundial, por su impacto en la rentabilidad.
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En este sentido, ambos prevén que el freno de la demanda que se observa desde hace unos meses –y que se ha traducido en menos tráfico en las tiendas y en un menor volumen de pedidos– obligará a las empresas a tener que hacer reajustes laborales y de producción. Así, Gordillo apunta a que esos impactos, «unidos a los incrementos de los costes de mano de obra por el aumento del IPC reducen los beneficios empresariales, y por tanto la generación de caja. Se reduce la capacidad de inversión, ya que además se deben devolver los préstamos ICO de la pandemia».
Y aunque señala que no todo es negativo («hay una progresiva reducción de los costes de aprovisionamiento de materiales y de compras»), sí que anticipa que las empresas van a estar inmersas en procesos de reducción de empleo para ajustar su capacidad de producción a la demanda real existente en el mercado y con peor rentabilidad empresarial. «En definitiva, vamos hacia un entorno de alta exigencia y complejidad para la empresa y tiene visos de ser así todo 2024», añade el responsable de Improven, que también cree que habrá un aumento de concurso de acreedores, «aunque no en la magnitud de la crisis de 2008».
Bono también ha apuntado a los incrementos de los costes laborales por cotizaciones «derivados de las recientes reformas laboral y de pensiones y la inminente retirada de las medidas para limitar el incremento en los costes de transporte y generación de electricidad», prevista para el 31 de diciembre.
«La caída en la actividad económica provoca que, mes a mes, nuestras empresas comiencen a experimentar tensiones de tesorería y una mayor restricción en el acceso al crédito, lo que augura un panorama para el comienzo del próximo año poco halagador», añade el decano del COIICV. «Ya vemos el reflejo de esta situación en un claro incremento en el número de despidos, muy especialmente entre la población más joven y que, especialmente en la Comunitat, se percibe en el sector cerámico, con un mercado en constante caída y la creciente articulación de mecanismos como los ERE».
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