Furor por los campings en la Comunitat

El pantalón ancho, el flequillo o los discos de vinilo forman parte de la inacabable lista de cosas que muchos años después de su aparición en sociedad se han vuelto a poner de moda casi sin entender muy bien el porqué. También los campings. Aunque en su caso motivos hay de sobra para comprender qué ha llevado al sector a convertirse en uno de los que más ha crecido en los años posteriores a la pandemia. Las cifras de ocupación de los últimos meses junto a los datos previstos para agosto en los 144 campings de la Comunitat son el reflejo evidente de que el sector atraviesa un momento de bonanza.

Ir de camping ya no es la opción incómoda y poco glamurosa que podía parecer a final de los años 80 o principios de los 90. Quizás esa haya sido una razón de peso para muchos de los españoles que este verano han optado por este modelo de turismo para disfrutar de sus vacaciones. «Hoy en día hablar de camping es hablar de calidad», asegura José Frasquet, miembro de la junta directiva de la Federación de Campings de la Comunitat Valenciana. Y es que cerca del 80% de alojamientos de este tipo en la región cuenta con tres o más estrellas. Además, alternativas como el glamping –la opción que permite disfrutar de la experiencia del camping de toda la vida, pero con un equipamiento y unos servicios adicionales de calidad– le han aportado cierto punto de exclusividad al sector.

Fede Fuster, presidente de la Asociación empresarial hotelera y turística de la Comunidad Valenciana, que este verano se ha decantado por esta alternativa para pasar parte de sus vacaciones, considera que la oferta disponible en la Comunitat Valenciana es magnífica: «Ya no es el camping de los 70 o de los 80. Ahora hay un producto de muy alto valor»

Más allá de las mejores condiciones, el auge del sector se debe en buena medida a un cambio de mentalidad de la población que tuvo lugar a raíz de la pandemia. «El concepto de camping abierto todo el año, con alojamiento de calidad se incrementó en el mercado nacional desde la pandemia hacia aquí. El mercado entendió que el camping suponía estar al aire libre, lo que significaba tener garantía de seguridad», indica el portavoz de la patronal, que también cree que la «europeización» ha tenido mucho que ver en el incremento de interés por la opción del camping: «El mercado europeo pone más en valor estar al aire libre, tener un contacto con la naturaleza o disfrutar de un turismo experiencial. En España ya se están mostrando claros síntomas de que nos estamos europeizando».

El turista nacional apuesta cada vez más por «volver al origen, mediante el contacto con la naturaleza, pero en un paraguas de confortabilidad», acabando por tanto con «el gran prejuicio que se le atribuía de forma injusta al mundo del camping» a principio de década.

Pero, si las condiciones son mejores que hace unos años y la sombra de ser una opción turística «de segunda» ha desaparecido, ¿se ha disparado el precio de los campings en los últimos años? La respuesta es complicada, ya que depende mucho del alojamiento que se elija. «En este mundo hay de todo. Al igual que en los hoteles, cuantas más estrellas tengan, más caro serán», indican desde la federación valenciana.

Las ofertas disponibles para la semana que viene en la plataforma de reservas online Booking.com para una estancia familiar (dos adultos y dos niños) en alguno de los campings de la Comunitat van desde los 519 euros hasta los 1.300 euros. Frasquet considera que el camping ya no es más barato que un hotel, pero sí que tiene «una ventaja más competitiva en esa relación calidad-precio».

Una ventaja que durante el verano suele ser aprovechada por un tipo de turista que aglutina ciertos elementos comunes. El nuevo campista –como definen desde la patronal del sector a los turistas que han propiciado el auge de los campings– es joven y suele ir en pareja o en familia. Su principal requisito es encontrar un valor añadido experiencial para sus vacaciones. Algo que se puede encontrar con relativa facilidad en cualquier alojamiento de este tipo. «Ahora se hace una conceptualización del camping como un resort. En verano tenemos todo tipo de actividades disponibles para los clientes. Esa es otra de las cosas que nos hace estar tan de moda», asegura Frasquet.

Esa moda se traduce en unas cifras de ocupación entre 10 y 15 puntos por encima de las del anterior curso. «Eso demuestra que el camping se consolida como una opción ya abierta sin complejos para el gran público mayoritario», confiesa el directivo de la patronal campista, que en todo 2023 registró más de 10 millones de pernoctaciones en los campings de la Comunitat Valenciana.

La cifra, que supuso un récord para el sector es la que –como mínimo– se intentará alcanzar este año. Mirar más allá es difícil, pero no imposible. «Venimos de tres o cuatro años de récord. Estamos en una fase de consolidación, por lo que estar en términos de igualar esa cifra sería un éxito», indican desde la federación valenciana.

Si se consigue o no dependerá en buena medida de lo que suceda una vez concluya el verano, cuando los nuevos campistas abandonen su lugar de veraneo y regrese el turista habitual del resto del año. El perfil más común desde octubre hasta mayo en este tipo de alojamientos es el de jubilado o prejubilado del centro de Europa que llega al territorio valenciano para pasar «largas temporadas», según indica Fede Fuster: «Están recibiendo datos muy buenos en verano con el turismo familiar, pero en invierno también. Es un sector que trabaja muy bien con el turista extranjero que pasa tiempo allí instalado, por lo que es un cliente muy bueno».

Desde la Federación de Campings de la Comunitat Valenciana consideran que el sector «es punta de lanza de la desestacionalización» del turismo. «El porcentaje de ocupación de los campings fuera de episodios vacacionales es muchísimo mayor que el de apartamentos y hoteles», aclara José Frasquet.

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