El Gobierno reduce a una décima el margen de déficit del Consell en los presupuestos de 2024

El documento remitido por el Ejecutivo recoge el objetivo del Gobierno central de reducir el déficit al 3% en 2024, lo que supone una disminución de más de 7 puntos porcentuales en cuatro años. En el caso de las CCAA, el documento inicial remitido a Bruselas el pasado mes de abril establecía que su déficit sería cero, lo que en la práctica suponía la obligación de igualar ingresos y gastos, a riesgo de incurrir en la vulneración de las reglas fiscales en el caso de no hacerlo.

Con una décima de déficit, en realidad, las complicaciones siguen siendo múltiples para la Comunitat Valenciana. El Gobierno del Botánico, durante el proceso de elaboración de los presupuestos de este 2023, disfrutó de un margen de tres décimas de déficit, cerca de 400 millones de euros. Un colchón con el que los gastro podían superar a los ingresos en esa cantidad. En 2023 las reglas fiscales no se habían recuperado, de manera que la cifra era más una orientación que una línea roja.

Que se autorice solo una décima de déficit para las cuentas del próximo año pone las cosas bastante más difíciles. La Comunitat Valenciana encabezó la clasificación de las CCAA con más déficit en 2022 –el último ejercicio cerrado– con más de 3.840 millones de euros de números rojos, el 3,11% del PIB.

Esa décima de más margen para las Comunidades Autónomas será asumida por la Administración Central, cuya tasa de déficit en 2024 será del 2,9%, frente al 3% de la previsión anterior, explica el Gobierno central.

Que el Gobierno limite el margen de déficit de las CCAA forma parte de la estrategia de lucha por la estabilidad presupuestaria, impuesta por las autoridades europeas.

En el caso de la Comunitat Valenciana, no obstante, el desequilibrio entre ingresos y gastos durante la gestión del Botánico ha sido muy superior a esa décima que ahora permite el Ejecutivo central. En 2022, sin ir más lejos, lo superó en más de 30 veces.

El margen de déficit para el Consell que preside Carlos Mazón era uno de los colchones con el que tratar de ordenar unos presupuestos, los de 2024, de más que complicada cuadratura. El Ejecutivo valenciano ha venido advirtiendo de las dificultades a las que va a tener que hacer frente ante la falta de información del Ejecutivo central respecto a las entregas a cuenta y la liquidación del sistema de financiación autonómica –incluso a poco más de quince días de presentar las cuentas en Les Corts–, el incremento de los costes de los intereses de la deuda y, además, la reducción del margen de déficit. Unas dificultades a las que se ha añadido la posibilidad de que la inejecución de los fondos europeos pudiera obligar a devolver 1.500 millones de euros. Por no hablar de la decisión de no incorporar la partida de 1.300 millones de euros de ingresos 'ficticios' que el Botánico incorporó todos los años a sus presupuestos pese a no tener indicador alguno de que pudieran recibirse.

Las cuentas que prepara el Gobierno valenciano para el próximo ejercicio difícilmente podrán igualar los más de 28.400 millones de euros de las de este ejercicio. Las fuentes populares consultadas por este diario consideran posible quedarse cerca de esa cifra, entre otras razones porque los vencimientos de deuda en 2024 superan a los de 2023 –año en el que se situaron en el entorno de los 6.000 millones de euros–. La cobertura de esos vencimientos la garantiza el Estado, aunque esos fondos únicamente puede destinarse a ese objetivo.

Otra cosa es, se advierte, qué parte de ese presupuesto se dedicará a operaciones corrientes, cuánto a las de capital, y cuánto a las financieras. Porque así como las primeras y las últimas son más o menos inamovibles, el gasto de capital –capítulos VI y VII del presupuesto– puede verse claramente afectado por el escaso margen presupuestario del próximo ejercicio.'