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Consejero delegado de Reale Seguros, Ignacio Mariscal repasa la situación del sector y de la compañía, con una plantilla de 1.100 personas en España ... que se reunieron en Valencia para su convención anual.
–¿Qué papel juega la Comunitat en la compañía?
–La Comunitat es una de las zonas más importantes tanto por volumen como por contribución al resultado de la compañía en todas las líneas de negocio. La territorial tiene un peso de 150 millones para una compañía de 1.000 millones y, en términos de contribución a los resultados ronda el 20%, con 2,1 millones de clientes y cerca de 300.000 en la Comunitat. Su crecimiento, además, está por encima de la media de mercado y de la compañía. Es una Comunitat que en valores de PIB está por encima de la media y el mundo del seguro es un reflejo de lo que ocurre en la macroeconomía.
–¿Hay cultura aseguradora en España?
–En el sector del seguro hay dos mundos: en el obligatorio, como el de automóvil –aunque no todos los coches lo están–, la penetración es universal; los que no son obligatorios no hay tanta cultura como en otros países de Europa. Por eso España se ve desde fuera como un país interesante. En esto el Covid generó mayor conciencia de asegurarse porque ya no vale eso de «Esto no va a pasar en la vida» tras vivir una pandemia. Y hay otro factor que provoca que los seguros de daños en hogares, empresas y comercios estén en auge: la climatología. El Consorcio de Compensación de Seguros te lo cubre pero si tienes una póliza, algo que mucha gente desconoce.
–El informe de Unespa sobre 2022 constata un incremento de la facturación de los seguros de salud, que rebasaron por primera vez la barrera de los 10.000 millones. ¿A qué se debe?
–Está creciendo muchísimo y España es uno de los países donde más lo hace; el efecto pandemia ha tenido mucho impacto. En general, han crecido todas las líneas de negocio en España, pero Salud sube muchísimo. Será la rama más importante en volumen en el mercado español, por encima de automóviles.
–Efecto pandemia, ¿y efecto inflación? ¿Cómo ha afectado?
–Aquí somos rehenes de hacer muy bien las cosas en el pasado. ¿A qué me refiero? Habíamos llegado a una situación de reducción de la frecuencia, por ejemplo, en automóviles influyen las obras de mejora de carreteras, las campañas de concienciación DGT o que las compañías tengamos cada vez sistemas más precisos a la hora de seleccionar riesgos. Estábamos en una situación en que éramos eficientes porque habían bajado los siniestros y teníamos control de costes. De repente, llega un período de inflación de varios años que afecta directamente al coste de los siniestros: 1, por ley, por el baremo, ya que el Gobierno establece cuánto debe incrementarse cada año; y 2, porque el taller sube salarios, crecen las materias primas... Todo sube, con lo que los siniestros son más caros. No tengo muchas palancas para contener precios, por lo que no queda otra que adaptarlos.
–Digitalización, inteligencia artificial, etc. ¿Cómo se aplica en las compañías?
–La digitalización te aporta porque simplificas procesos, reduces tiempos, etc. Por ejemplo, nos lleva a ser mejores en la identificación del riesgo y, por tanto en la adjudicación del precio. Está muy de moda pero tenemos que ser capaces de traducir la potencialidad de la digitalización en la realidad del día a día del negocio. Además, está el dato y luego la legislación: hay que tener mucho respeto por los datos del cliente.
Ignacio Mariscal
–¿Qué objetivos se han marcado para este 2023?
–Ser la compañía de referencia de la mediación en España y serlo con nuestro modelo territorial de estar cerca del mediador y del cliente. Luego, seguir creciendo con rentabilidad y consolidar el modelo de mediación y varias áreas nuevas: hemos lanzado una marca de seguros digitales y vamos a montar una compañía de servicios. Además, tenemos que adecuar las primas del automóvil a los costes de la inflación, porque hay que hacerlo poco a poco para tener equilibrio, y consolidar nuestra compañía de vida.
–Esa cercanía choca con otros sectores que cierran oficinas.
–En un mundo en que parece que las máquinas van a comerse a las personas, nuestro sector se diferencia por la cercanía y ver una persona marca la diferencia. Si un cliente está enfadado, va a encontrar una oficina para hablar con una persona y solucionar su problema. Y no olvidemos que nuestros servicios están prestados por personas.
–Vamos de cara a elecciones generales, ¿qué pediría a la nueva Administración?
–Hay una parte que no sólo depende de España, sino de Europa, y es el tsunami legislativo. Todas las modificaciones legales tienen un sentido para mejorar la protección pero no deberían llegar de golpe. A veces estás tan concentrado en esas adaptaciones que no te permiten centrarte en lo básico, que es tu negocio y tus clientes. Al nuevo Gobierno le pido, principalmente, que nos tengan en cuenta, pues somos un sector sólido, solidario, no generamos problemas, contribuimos al empleo, al PIB, al sostenimiento de la deuda pública... Pero no se nos tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones. Luego estarían las consideraciones fiscales y demás. Lo resumiría en que nos escuchen más, nos tengan en cuenta y que intenten secuenciar en el tiempo la legislación.
–Decía al inicio que el sector es reflejo de la economía, ¿qué se respira?
–El número de asegurados crece, lo que quiere decir que la economía funciona: hay más coches, se venden más casas, se abren más negocios… No es que veas un festival pero tampoco la recesión que se preveía. Y suben los precios de los seguros pero la situación de hogares y empresas no es tan apretada como para cuestionarse no pagar el seguro, que sí ocurrió en la crisis de 2008.
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