La industria agroalimentaria valenciana, aquella dedicada a alimentos de todo tipo y bebidas, es una de las más competitivas ya no solo de la autonomía y España sino de Europa, tal y como remarcan desde la patronal valenciana. Esta posición privilegiada y el hecho de que el consumo de la mayoría de sus productos sea imprescindible haya o no pandemia ha llevado a las diferentes empresas a resistir mejor el envite del coronavirus que la gran mayoría de sectores. Aún así, hay determinadas firmas, en especial las que depende de los comercios de hostelería, que ven como la caída de la facturación es una constante y se ven obligados a aprobar ERE y ERTE y reclamar ayudas para sobrevivir.
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Los datos del conjunto hablan por sí solos y se consideran muy positivos. El Índice de Producción Industrial (IPI) facilitado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), refleja que la industria de alimentación, bebidas y tabaco disminuyó apenas un 0,4% en 2020 mientras que todos los sectores lo hicieron un 5,8%. Tan solo las empresas de la electrónica y el textil tuvieron un mejor comportamiento. Además, los datos de la secretaría de estado de Comercio subrayan que las exportaciones de estas sociedades valencianas crecieron un 10% mientras que de media cayeron un 8,1% el pasado ejercicio. Esto les ha permitido situarse como la división que más exporta y casi uno de cada cuatro productos valencianos en el exterior pertenecen a la misma.
Sergio Barona, secretario general de la Federación de Agroalimentación de la Comunitat Valenciana (Fedacova), admite en declaraciones a este diario que el último año «ha sido difícil» por el contexto sanitario pero deja claro que las diferentes empresas se han adaptado en todo los sentidos «y han estado a la altura de las circunstancias». El secretario general confirma que las sensaciones son buenas y que tienen constancia de estos datos pero aún así avisa que son una media y que hay determinadas empresas que lo están pasando mal.
En concreto, se cita a aquellos que son proveedores del canal Horeca (Hoteles, restaurantes y Cafeterías) ya que, con el cierre del confinamiento y los posteriores cierres que han tenido lugar en las diferentes autonomías y que en la Comunitat estará vigentes hasta por lo menos el 1 de marzo, la actividad ha caído en picado. Estas firmas aglutinan negocios como el hielo, café o distribuidores de bebida y se piden ayudas. Justo dos empresas de gran importancia de esta división, Heineken y Coca-Cola, han anunciado que la caída de las ventas ha propiciado un ajuste de plantilla.
En el caso de la marca de cervezas que también incluye otros productos como Amstel, Cruzcampo o Ladrón de Manzanas ha pactado con un ERE que implica la prejubilación de 31 empleados de la planta de Quart de Poblet. En el caso de Coca-Cola, que cuenta con una fábrica en el mismo municipios y otras tres delegaciones en Castellón, Alicante y Benidorm, se ha limitado el impacto inicial, previsto para medio centenar de personas, y se ha fijado en 13 el número de salidas. Aunque se continúa negociando se prevén también jubilaciones anticipadas.
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Por otro lado, el sector cárnico también ha alertado de una caída de las ventas ya que, al igual que los anteriores, sus productos tienen mucha más salida en los restaurantes que en las casas particulares. La Federación de Carniceros-Charcuteros de la Comunitat Valenciana (Carval) ha advertido de una disminución de la facturación del 20%, lo que pone en riesgo a muchas de sus 400 empresas de la Comunitat.
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