V. LLADRÓ
VALENCIA.
Lunes, 17 de junio 2024, 00:07
Para cambiar de variedad en una plantación de cítricos pueden seguirse dos caminos: arrancar y plantar de nuevo, si el arbolado está viejo o decaído, o injertarlos si están en buenas condiciones, para aprovechar su potencial productivo y acortar tiempos.
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Lo más habitual es el ... injerto de chapa o escudete. Con el primero se sustituyen porciones de corteza por otros de la variedad elegida con yemas que brotarán para dar nuevas ramas que irán supliendo a las acutales. El escude consiste en introducir una porción más pequeña (en forma de escudo) de corteza con yema a través de una incisión en forma de 'T' en la rama a injertar.
En los últimos años se ha extendido bastante la alternativa del injerto de 'corona'. Se cortan las ramas y en la zona de corte se introducen púas de la nueva variedad entre la piel y la madera (formando una 'corona'). El conjunto se sujeta firmemente con cinta adhesiva y se protege con sobres humedecidos en su interior, hasta que se vayan abriendo pasadas unas semanas. Los árboles originales se quedan sin producción hasta que se desarrolle lo nuevo.
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Entre ambas modalidades se abre paso una tercera con púas. Se realizan incisiones en forma de 'T' en ramas principales, que no se cortan como en la 'corona', lo que permite mantener gran parte de la producción, pero en vez de escudetes se insertan púas de la variedad nueva, que quedan fijadas con firmeza. Luego se cubren con un ancho film autoadherente y biodegradable.
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Salvador Cuenca es un injertador profesional de La Pobla Llarga (La Ribera) que ha perfeccionado esta técnica y la está aplicando con mucho éxito en reconversiones de fincas citrícolas. La eficacia se acerca al 100%; normalmente hay poco fallo, y como lo habitual es colocar dos púas por rama, es raro que lleguen a fallar ambas. La notoriedad de su sistema le ha llevado a patentar el film y la particular herramienta que usa para realizar los cortes con menos esfuerzo y mayor rendimiento.
Varias ventajas añadidas con este injerto de púa: se aprovecha casi todo el material nuevo disponible; al mantenerse la estructura original del árbol se facilita el crecimiento rápido de las nuevas ramas, con varias yemas por púa, así como su sujeción frente a posibles vendavales, y sin la compleja utilización de cañas u otros tutores de protección, que nuca resultan al cien por cien y son costosos.
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