![Juan Emilio Maíllo: «Los desahucios nos desbordaron y hubo gobiernos que miraron hacia otro lado»](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/08/27/DSC_1968-RaJLbNKDonzRcoYWXxW0zZM-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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El periodista Juan Emilio Maíllo desgrana en el libro 'Bankia desde dentro', publicado recientemente por Editorial Deusto, las claves de lo sucedido en la entidad financiera. Once años han transcurrido desde aquel terremoto financiero en el que, durante seis años, Maíllo fue director de ... Comunicación Externa.
–Bankia. ¿Qué le sugiere esta palabra al escucharla?
–Es el paradigma de la crisis financiera en España en 2012 por su tamaño y por el requerimiento de capital que hizo la entidad, lo que permitió aflorar una situación en el conjunto del sistema financiero que desembocó en una petición de fondos a Europa.
–¿Por qué este libro y por qué en este momento?
–Por tres razones: la primera, porque la realidad que estábamos viviendo había que contarla algún día. La segunda, la entidad ha desaparecido al estar integrada en Caixabank. El tercer punto tiene que ver con la parte judicial, porque estuvo sometida a un escrutinio muy relevante de las autoridades judiciales y, al final el Tribunal Supremo, en el ámbito penal, determinó que no había habido comportamientos punibles en la salida a bolsa y en su posterior proceso de saneamiento. Despejados estos horizontes, hay una historia con ganas de ser contada y eso hemos hecho.
–¿Ha sido lenta la justicia?
–La justicia en España tiene unos tiempos que son lentos y eso genera su impacto en las personas. En este caso, el proceso se inicia en julio de 2012 y finaliza en 2022 con una sentencia del Tribunal Supremo. Al final son diez años en los que hay personas que están en tela de juicio, seas inocente o culpable, es gente que ve cercenada su carrera profesional con independencia de cual sea el resultado final.
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Pedro M. Campos Dubón
–La historia arranca con Rodrigo Rato, ¿pecó de confianza con los suyos como se narra?
–Ese era el sentimiento que Rato y su equipo más cercano debían tener. Había un cambio de gobierno en España, habían llegado al poder antiguos compañeros suyos y, por lo que transmitían entonces, no se sintió bien.
–Una entidad aparentemente solvente que ha de ser rescatada con más de 20.000 millones. ¿La sociedad llegó a entender los motivos?
–Hay que mirarlo con la perspectiva del tiempo. Hay un foco de problemas en el sector financiero que estaban ahí, se produce una doble recesión, el rescate de Grecia, Portugal, Irlanda, la caída del sector inmobiliario y eso penaliza a los bancos que estaban más débiles.
–No se puede perder de vista el contexto económico, pero ¿las cosas se podrían haber hecho mejor? El caso del Silicon Valley se arregló en un fin de semana.
–Si nos metemos en el túnel del tiempo, en 2008 en Estados Unidos y Europa se rescataron decenas de bancos. En aquel momento, la sensación en España era que veníamos de un modelo solvente y que estábamos en la Champions League. Pero la caída de la economía se prolongó y afecta a tu solvencia, por lo que en 2012 eras el único con problema. En 2008 los bancos se rescatan en un fin de semana; en España, estábamos solos, las condiciones de financiación estaban cerradas y tus socios te pusieron unas condiciones y un modelo de rescate y saneamiento lento.
Juan Emilio Maíllo
–Condiciones de Bruselas muy duras con 6.000 despidos, cierre de un millar de oficinas… ¿Pusieron excesivo celo?
–Lo normal era que primero te daban el dinero y luego discutías, pero nosotros no tuvimos capacidad de negociación con Europa y Europa venía de la mala experiencia de reestructuración de otros bancos. Peleamos mucho con Bruselas sobre el cierre de oficinas y las preferentes, porque buscaba la protección del dinero del contribuyente.
–¿Los clientes fueron los grandes perdedores?
–Al final recuperaron el dinero, pero es cierto que hubo quebranto vital porque durante años no tenían su dinero disponible. Es un daño personal, emocional... no poder contar con unos recursos que son tuyos.
–¿Hubo ganadores?
–La gente juega con las reglas que hay. El único reproche que haría a los bufetes de abogados y a las asociaciones de consumidores es que cuando había soluciones razonables para los clientes, se empeñaran en llevarles por procedimientos que eran peores.
–Hay un apartado sobre los desahucios en el que es usted muy crítico con cómo se actuó. ¿Faltó sensibilidad por parte del sistema financiero?
–Creo que más que sensibilidad es que la realidad nos desbordó, por eso entono el 'mea culpa'. Es una realidad que nos costó abordar; cuando juntamos todos los problemas del banco, probablemente nos costó centrar el de los desahucios, tener procedimientos que permitieran anticiparnos, buscar soluciones antes de llegar al proceso de desahucio… Tomar posesión de un inmueble siempre es la peor solución. Cuando has de medir el grado de vulnerabilidad, los bancos tienen información pero no toda, pero las administraciones tienen mucha. Cuando buscábamos respaldo público, encontramos algunas que miraron hacia otro lado. Cáritas o Cruz Roja echaron una mano pero tampoco ellas tienen el cien por cien de la información.
–¿El peor momento de esos seis años de trabajo en Bankia?
–La parte más dura tiene que ver con la gestión del ERE, la salida de 4.500 personas de la entidad y su impacto en la vida de la gente. Fue muy duro gestionarlo.
–«Si tienes un mínimo de responsabilidad social, de responsabilidad con tu país, no puedes decir que no cuando se te presenta una situación como la de Bankia». ¿Hacen falta más Goirigolzarri en la vida pública?
–No fue sólo él, embarcó a otras personas que asumieron un riesgo importante cuando ninguno necesitaba un lío de estas características por las trayectorias que tenían. Creo que en este país hay muchos Goirigolzarri dando lo mejor de sí cada día en cualquier ámbito. Todos sumamos.
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