Sábado, 24 de abril 2021, 14:30
Hay un municipio del área metropolitana, Massalfassar, en el que el toque de queda es sinónimo del inicio de los preparativos para otra noche de trabajo. El silencio de la medianoche se rompe en el entorno de la estación con las idas y venidas de medio centenar de operarios y de una veintena de máquinas que se afanan por avanzar en las obras de implantación del tercer carril del corredor mediterráneo.
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La actuación, englobada en la segunda fase del tramo Valencia-Castellón, se prolongará hasta el 17 de julio en un calendario planteado por fases y siempre con horario nocturno y en fin de semana para minimizar la afección sobre el tráfico ferroviario, explica el subdirector de Operaciones Este Red Convencional de Adif, Fernando Ugena, durante la visita realizada en la medianoche del viernes al sábado. ¿El motivo? Supervisar la operación de instalación de un aparato de vía (también llamado desvío o cambio de agujas), considerado como el cerebro del tercer carril, ya que permite bifurcar las vías y garantizar el correcto funcionamiento de la infraestructura.
Dos son los que se instalan este fin de semana, añade la directora de las obras, Dolores Cambeses, al frente de los trabajos que ejecuta la UTE Acciona-Siemens con una inversión que supera los 70 millones. Se trata de una compleja operación técnica, de precisión casi quirúrgica, en la que todo tiene que encajar como en un puzzle. LAS PROVINCIAS es testigo de un proceso en el que, tras la operación de rebaje y retirada del balasto y del montaje de un carril provisional, llega a la zona, ya premontado y sobre unos carros, el aparato de vía, que pesa 80 toneladas y mide unos 50-60 metros de largo.
«Mediante un sistema especial de pórticos que traslada el aparato, se instala en su futura ubicación. Luego se realiza el embalastado del aparato y los trabajos de nivelación», detalla Cambeses. Ajustes de catenaria, control de tráfico y señalización se incluyen en esta operación supervisada por un sistema de control de riesgos (comité de expertos y agencia externa independiente).
En total se instalarán diez desvíos en el entorno de Massalfassar, aunque serán hasta 90 en el tramo Valencia-Castellón, donde se completa el tercer carril. Cuando finalicen los trabajos se habrán sustituido unas 100.000 traviesas y habrá 85 nuevos kilómetros de vía en ancho mixto. Ya se ha actuado en las estaciones de Castellón, Vila-real, Moncofa y Almenara y está previsto hacerlo en Burriana y Sagunto.
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En Massalfassar, además, se prolongará la longitud de las vías de apartado, lo que permitirá el estacionamiento y maniobras de trenes de mercancías de 750 metros. Como recordó el coordinador adjunto de la Oficina del Comisionado del Gobierno para el Corredor Mediterráneo, Antonio Vicente, «estas obras son una palanca para el transporte de mercancías por ferrocarril».
Y puso como ejemplo la factoría de Stadler, situada en las inmediaciones, ya que cuando concluya la actuación, tendrá conexión directa con el corredor. «Actualmente, las locomotoras que van a Alemania o Francia tienen que montarlas en camiones hasta Barcelona y de ahí ya salen en tren hacia Europa», explicó.
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