C. BONELL
Lunes, 9 de agosto 2021, 00:04
Un estudio de La Unió de Llauradors revela que los sobrecostes derivados de la lucha contra la plaga del 'cotonet' de Sudáfrica está representando ... a los citricultores valencianos un mayor gasto de 3.700 euros de media por hectárea, es decir, un sobrecoste medio de 14 céntimos por kilo, lo que es calificado por la formación agraria como una cantidad «inasumible» por parte de los afectados».
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Dichos 14 céntimos derivados de la lucha contra el 'cotonet', sumados a los altos costes medios que ya se venían registrando, situados entre 25 y 30 céntimos por kilo, significan que se alcanzan costes totales de entre 39 y 44 céntimos de euro por kilo, que son niveles insoportables porque están muy por encima de los precios recibidos por las cosechas. Únicamente en algunas variedades de mandarinas patentadas, donde se registran precios de venta por encima, pueden asumirse dichos sobrecostes, pero se trata globalmente de una parte minoritaria de toda la citricultura; en la inmensa mayoría de los casos representa quedar en pérdidas cuantiosas.
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Y aún lo peor es la falta de seguridad en los resultados, la inoperancia de los tratamientos extra en la mayoría de las situaciones y la evidencia de que, de la cosecha afectada por el 'cotonet', pese a los tratamientos, una parte muy significativa no se podrá comercializar, no servirá para nada, y hasta puede complicar la parte de cosecha apta de un campo. Lo cual implicará mermas muy drásticas de los ingresos brutos. Es decir, mayores costes para obtener al final menos dinero: situación ruinosa.
El estudio de la Unió indica que los sobrecostes de la lucha contra el 'cotonet' están representando un incremento del 239% en los gastos fitosanitarios, al pasar de 1.543 euros de media por hectárea, hasta hace dos años, a 5.243 ahora. Y lo peor, la incertidumbre del resultado, o la certidumbre de su inutilidad.
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Estos datos llevan a una reflexión muy llamativa: si lo que se pretendía desde la Administración, al no permitir el uso de un plaguicida que era realmente eficaz, era reducir el empleo de la lucha química para sustituirla por métodos más sostenibles de lucha biológica, los resultados no pueden ser más frustrantes e insostenibles, en todos los sentidos. No se ha logrado nada, hay una parte de toda la cosecha perdida, muchos agricultores arruinados y en la incertidumbre, los medios alternativos no sirven hasta ahora, se ha elevado el gasto inútilmente y se han tirado en los campos más litros de pesticidas que nunca, sin duda muchísimos más que los que habrían sido necesarios con el fitosanitario no permitido y que antes era útil.
De ahí que La Unió insista en la necesidad de que se actúe al menos con coherencia para incrementar de verdad las herramientas biológicas disponibles, recordando las medidas que planteó a la Generalitat, conjuntamente con AVA-Asaja. Entre ellas, «financiar la construcción de una planta de cría de parasitoides y microorganismos para la lucha biológica», al estilo de lo que se hizo en su día con la planta de Caudete de las Fuentes, para la cría sistemática de machos estériles de la mosca de la fruta y que tan buenos resultados viene dando.
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Si de verdad se quiere promover la alternativa biológica, antes que nada ha de ser alternativa viable, y para eso hay que invertir para disponer de las herramientas cuya eficacia esté comprobada.
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