Llegó a la estación de Valencia en 1981 para hacer el servicio militar. Tenía 22 años y el pase pernocta lo encaminó a estar hoy al frente de un 'holding' empresarial. «Lo mejor está por venir», dice Manuel Palma, presidente del Grupo Palma. ... Algo que aprendió con aquel billete de Córdoba a Valencia (aún lo conserva en su despacho) que sólo era de ida.
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–¿Cómo acaba un cordobés en Valencia?
–Cuando me preguntan por qué soy empresario, siempre digo que por el pase pernocta. Vine a hacer el servicio militar a la Alameda y me tocó Sanidad, donde me dijeron que los que vivían muy bien eran los pernoctas porque sólo iban por las mañanas y no estaban el fin de semana. Pero había que tener familia directa. Al tercer día de estar en el cuartel, cogí la guía de teléfono, busqué uno que se llamara Palma y me presenté en su casa. Él era de Granada, yo de Córdoba. Le dije que firmara como que era mi tío y, tras unas reticencias, lo hizo, así que me dieron el pernocta. Lo que pasa es que no podía desayunar, comer o cenar ni dormir en el cuartel y no tenía dinero, con lo que empecé a trabajar en un taller por las tardes en la avenida del Puerto. Tenía un Renault 8, que vendí porque necesitaba dinero y compré otro más barato. Lo arreglé, lo volví a vender y me di cuenta de que con esto ganaba dinero, así que me despedí del taller y empecé a comprar y vender coches durante el servicio militar. Llegó un momento en que junté más de diez coches, ¡tenía una empresa en la calle! Lo tuve claro. Cuando terminé el servicio militar, me quedé en Valencia. Fui a Córdoba a recoger mis cosas y me vine con billete de ida porque no había vuelta.
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–Fue un emprendedor.
–Tuve suerte porque la idea era buscar trabajo en algún concesionario y seguir comprando y vendiendo coches para sacar un sobresueldo. Como nadie me dio trabajo, seguí haciendo lo mismo, comprando y vendiendo coches en la calle. Hasta que ahorré dinero para montar mi empresa. Abrí Automóviles Palma. Siempre digo que con 25 años tenía más empleados que años.
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–¿No le dio miedo?
–Al final creo que lo haces de manera inconsciente. Al principio era sobrevivir, luego tenía una empresa mía y, a partir de eso, pues lo que quieres es vender más y si vendes más, necesitas más empleados y así va…
–Del automóvil a otros negocios.
–Quise centrarme en el negocio del automóvil pero diversifiqué. Cuando en 1993 me dieron el premio de Mejor Joven Empresario de España, ya tenía una empresa bastante importante que facturaba casi 2.000 millones. Era la época en que la me invitaron a formar parte de AVE; me acuerdo de las primeras veces que iba y estaban los Sáez Merino, Lladró, Ros Casares, Roig… Me sentaba allí como asustado, aunque ya en ese momento tenía la inmobiliaria que nace porque compré un solar para montar un concesionario pero Alfa Romeo me dejó tirado. Entonces lo que hice fue una sociedad para hacer viviendas y locales y así recuperar mi dinero. Gané bastante dinero y me dije «Oye, pues esto no está mal, vamos a seguir así». Hoy es la empresa más importante de Grupo Palma. Y compré el colegio Monte Cañada para hacer chalés pero me llamó Paco Camps, que era conseller de Educación, y me dijo que el colegio tenía que seguir abierto porque si no, no había plazas para todos los niños de la zona. «Que sepas que en toda la prensa va a salir que Palma cierra un colegio. Así que asume el riesgo reputacional». Y mantuve el colegio y entré en el sector de la educación.
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–¿Es más fácil el fútbol o la política? Porque también ha sido presidente del Córdoba.
–Son dos sitios a los que no voy a volver. El fútbol está bien, pero a pesar de haber salvado el club, y dejarlo como el más saneado de la Liga, me llamaron pesetero por no fichar jugadores. No lo entendía y me dije que ese no era mi mundo.
–¿Y no se ha planteado comprar el Valencia CF?
–No, no. La política fue un momento muy duro y la época del Córdoba también. El fútbol es un mundo complicado porque si la pelota no entra, la parte económica a nadie le interesa. Hay clubs que están quebrados y no pasa nada. De hecho, la historia del Valencia es la de un club que ha terminado en manos de un señor de Singapur porque estaba quebrado.
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–También saneó el Ayuntamiento de Paterna.
–Lorenzo Agustí me pidió ir en la lista y le dije que no, así que me recordó que los empresarios siempre decimos que los políticos gestionan mal y no queremos ayudar. Entré con la condición de llevar la parte económica, no afiliarme al PP y no cobrar ni un euro. Es más, ni cobré un solo euro ni pasé un solo gasto. Cuando entré al Ayuntamiento tenía 140 millones de deuda y cuando me fui lo deje con 39 millones.
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–¿Cómo ve la política actual?
–Es peor que la de hace años, va empeorando cada vez más. También creo que la culpa la tenemos los ciudadanos porque tendrías que preguntarte si al político al que votas le dejarías tu dinero para que lo gestionara. Si dices «No, no me fío de él», ¿por qué le dejas el país, el Ayuntamiento o la Generalitat? El patrimonio del país responde de la deuda del país. Por lo tanto, si tú tienes políticos que están incrementando la deuda, estás avalando esa deuda. Tenemos que empezar a pensar más en buenos gestores en política y no en gente que hable muy bien y diga cosas bonitas que luego no cumple. Lo que me preocupa es que la deuda no para de subir. Si esto lo hace una empresa privada, va a la quiebra, o sea, a la cárcel.
–¿Lo está haciendo bien el Gobierno central?
–No, no se está haciendo bien por una razón: la bajada de impuestos estimula la economía, la subida de impuestos retrae ese dinero de la economía para gasto pero hay quien no lo entiende. Todo el dinero que yo pague de más en impuestos es dinero que no tengo para reinvertir en el negocio; todo el dinero que pague de más en impuestos en un trabajador es dinero que él no tiene para consumir. Entonces, al final, estás paralizando la economía.
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–¿Entendió los ataques a los empresarios por parte de algún grupo político?
–Puedo entenderlo en un partido radical por el público al que se dirige. Pero que un partido mayoritario no salga al día siguiente destituyendo a la persona que dice eso ya no lo entiendo. Al final queda como que les ha parecido bien. Mira, en todas las nóminas de los trabajadores nosotros ponemos el coste final de la empresa para que sea consciente del dinero que la empresa está pagando por él, para que sea consciente de que de los 3.000 euros de la nómina 1.400 se están yendo en impuestos.
–Hablemos de empresa. ¿Qué le espera a la automoción?
–El sector está en un cambio grande y profundo: se sabe a dónde hay que llegar, pero no sabemos por dónde y en cuánto tiempo. Vamos a coches eléctricos, autónomos, sin conductor, el coche será un artículo de lujo, la gente no va a tener coche sino que va a pagar por su uso. ¿Cuánto tardaremos? ¿30 o 40 años? No lo sé. ¿Y qué fabricante va a quebrar y cuál va a quedar? No lo sé.
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–Su centro educativo es el único que lleva 14 años quedando entre los diez primeros en nota media en la selectividad en la Comunitat. ¿Cuál es la fórmula?
–Yo no sabía nada de educación y lo que hice fue aplicar lo de los coches, es decir, procedimientos, que es algo que muy pocos colegios tienen. Lo hemos ido perfeccionando y ahora hay un modelo de negocio que está muy bien implantado y que nos permitió un segundo colegio y el que ahora hemos comprado en Almàssera. Lo que no puede pasar es que un niño entre con tres años y el profesor lo pase a cuatro años y así hasta bachiller sin comprobar si lleva los conocimientos necesarios. Esto es lo que ha hecho el propio gobierno con la ley educativa de ahora: fomenta que los alumnos pasen sin los conocimientos necesarios. Y esto es una barbaridad. La culpa no es del niño, sino de quienes lo han ido pasando de curso. La educación es un tema que me apasiona porque al final formas a las personas que tienen que mantener el país; si renunciamos a hacerlo bien, perdemos riqueza. Y este un problema que tenemos ahora, junto a ese talento que se tiene que ir a otros países porque aquí le ofrecen sueldos de miseria. Antes, tener una carrera universitaria te abría las puertas para tener trabajo; hoy no te garantiza tener trabajo en España, fuera sí.
–¿Hacia dónde va el grupo?
–Grupo Palma empezó en el automóvil y luego ha ido cambiando a otros sectores. En estos momentos y ante la incertidumbre en automoción estamos parados porque no sé qué va a pasar. Así que estamos muy centrados en educación, que es un sector donde queremos seguir creciendo al igual que en servicios sociales y en el sector inmobiliario. En este caso estamos resolviendo un problema que existe: por un lado hacemos promociones y, por otro, una parte nos la quedamos para alquilar. Estamos dando un servicio, porque aquí mucho hablar de la vivienda pero nadie las construye cuando, por ejemplo, para un ayuntamiento es muy barato hacer vivienda porque tienen suelo, la licencia no le cuesta nada, etc. La Generalitat Valenciana podría hacer más vivienda y en la legislatura anterior no ha realizado ninguna.
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-LAS PROVINCIAS ha puesto en marcha el proyecto 'Somos más'. ¿Qué reflexión le sugiere?
-Conozco Valencia desde los 80, y comparado con Cataluña, por poner un ejemplo, era muchísima la diferencia. Sin embargo, en estos momentos, te diría que Valencia está por encima. Aquí hay estabilidad, seguridad... Y todo se puede mejorar, como la infrafinanciación o el corredor mediterráneo. Si somos capaces de ir un paso por delante de otras comunidades esto nos va a permitir crecer.
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