Marta Iranzo: «Las cuotas, tan criticadas, son necesarias como factor corrector de la desigualdad»

–Tras veinte años de socia da un paso al frente. ¿Qué supone?

–Una evolución casi natural: veinte años de asociada participando activamente a través de los comités, liderando alguno de ellos –como el de Comunicación–, he formado parte de la junta directiva durante seis años y en los tres últimos como vicepresidenta segunda... Así que digamos que todo empujaba a este momento y es algo que me ilusiona mucho.

–Situarse en primer línea supone más responsabilidad y no todas están dispuesto a ello.

–Así es. Además, muchas veces tenemos el síndrome de la impostora que nos hace no estar en primera línea y eso es algo que tenemos que romper. Ese miedo a la exposición pública, a la crítica o a salir de la zona de confort tenemos que superarlo; yo lo hice cuando me presenté a la presidencia del Club de Marketing. Nunca me había visto en primer afila, siempre he sido una mujer comprometida pero de estar un paso por detrás. Cuando me lo propusieron, pensé «¿Yo?». Y, sin embargo, EVAP fue uno de los motores que me impulsó a creer en mí misma y saber que lo podía hacer. Tuve referentes dentro de EVAP que me ayudaron. Invito a todas las mujeres a que den ese paso al frente, también por las nuevas generaciones.

–¿Siguen faltando referentes femeninos, sobre todo en el ámbito de las STEM?

–Sí. Precisamente el sector STEM va a ser uno de los focos de la nueva junta directiva. No solamente no hemos avanzado sino que estamos retrocediendo. Por ello, nos vamos a alinear con Bioval y vamos a crear un plan de acción para 2024 dirigido a despertar las vocaciones en las más jóvenes porque necesitamos que ellas, cuando sean adultas, puedan acceder a puestos de responsabilidad, que es donde se toman decisiones y más en un futuro que va a estar liderado por la ciencia y la tecnología.

–¿La inteligencia artificial (IA) puede generar más sesgos de género?

–La IA generativa se basa en datos existentes. Si las mujeres no hemos sido visibles a lo largo de la historia, si no hay datos sobre nosotras, ¿qué mensaje nos va a dar la IA? Mensajes basados en estereotipos o sesgos que estaban superados, incluso vamos a volver perpetuar estereotipos. Los algoritmos hoy no están preparados para corregir ese sesgo, ¿Qué vamos a hacer? Ese es otro foco de EVAP. Nos hemos unido con la UPV y vamos a crear un Observatorio para la diversidad de género e inteligencia artificial. En marzo saldrán las primera conclusiones y, a partir de ahí, acción. Nos hemos propuesto que Valencia sea referente en liderar la lucha por la igualdad en ciencia y tecnología. Esa diversidad de género, la igualdad, hace que ganemos todos.

–¿La IA es el gran peligro?

–Es la gran oportunidad porque nos puede ayudar a acelerar los cambios ya que nos va a hacer más eficientes. Podemos avanzar más rápido en igualdad pero participando en ella, no podemos esperar a que llegue por inercia. Esto es una carrera de fondo. Una de las cosas que creo que nos hace tener algún retroceso viene por una falsa sensación de éxito. Hay más visibilidad y hay avances, pero no lo hemos conseguido y hay que estar vigilante. Igualdad salarial, ese 50% de mujeres en consejos de administración, etc. son reivindicaciones que aún no se han alcanzado.

–Ciencia y tecnología, IA, ¿qué otros objetivos se marca?

–Mantener retos históricos como el Equal Pay Day o dar visibilidad a las mujeres. Y tenemos una parte más interna: aumentar nuestra masa asociativa (ahora somos 450) y mantener la excelente relación con administraciones, además de acercarnos más a las empresas. Si bien las administraciones crean el marco normativo para que la igualdad pueda desarrollarse, ¿cómo se despliega? Con personas y empresas. Y el tercer pilar, la participación del hombre como ese colaborador necesario para conseguir un reto tan importante como la igualdad. Es un problema social que debemos afrontar todos juntos.

–¿Qué se debe cambiar para que las mujeres accedan en igualdad a puestos de responsabilidad?

–Creérnoslo y optar a ello. Pero también es importante que desde las empresa y las instituciones busquemos mujeres. Por eso las cuotas, tan criticadas, son necesarias ahora como un factor corrector, están destinadas a desaparecer. Nadie quiere las cuotas 'per se', ¡ojalá no hicieran falta!, pero cuando la naturaleza va lenta y para alcanzar esa igualdad real necesitaríamos 140 años tenemos que hacer algo. Si hay que corregir con cuotas, hagámoslo.

–¿Por qué el feminismo está tan denostado?

–En un acto reciente pregunté a los asistentes cuántos creían que es necesario trabajar por la igualdad en la empresa. Todos, unos 200, levantaron la mano. «Pues todos sois feministas», les dije. Creo que debemos levantar la voz porque es un término denostado o que no se ha entendido bien. No se lo puede quedar la gente de la confrontación porque el feminismo pierde. No dejemos que se apropien de algo tan bonito e inspirador como el feminismo, que es buscar la igualdad entre hombres y mujeres. No creo que haya nadie que no sea feminista.