El precio de la vivienda en ha experimentado un aumento considerable en los últimos años, lo que ha llevado a muchos propietarios a aprovechar el momento para vender sus inmuebles a precios competitivos. Sin embargo, también hay quienes, por diferentes motivos, optan por vender su vivienda a un precio significativamente inferior al valor de mercado. Esto puede ser para conseguir capital de forma rápida o para beneficiar a un comprador cercano, como un familiar o amigo, ofreciendo un precio simbólico. Una práctica que, aunque se haga de buena fe, puede acarrear serios problemas con Hacienda.
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Uno de los aspectos más cruciales en cualquier transacción inmobiliaria es el valor catastral de la propiedad. Este valor, determinado por las autoridades municipales, refleja una estimación teórica del valor del inmueble en función de factores como la ubicación, el tamaño y las características del mismo. Aunque generalmente el valor catastral es inferior al valor de mercado, no siempre es así, y su importancia en las transacciones es significativa.
Según el portal Fotocasa, vender un inmueble por debajo del valor catastral puede levantar sospechas en Hacienda, lo que podría llevar a una investigación para determinar si se ha cometido algún tipo de fraude fiscal. La Agencia Tributaria podría interpretar que la venta a un precio reducido es un intento de evadir impuestos, y como resultado, puede exigir el pago de la diferencia entre el precio de venta declarado y el valor real del inmueble. Además, es probable que se impongan sanciones adicionales por la posible tributación incorrecta.
El valor catastral no solo afecta al pago de impuestos como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) o la plusvalía municipal, sino que también tiene un impacto directo en la cantidad que deben abonar tanto el comprador como el vendedor. Si la venta se realiza por debajo de este valor, es posible que se tributen menos impuestos de los que realmente corresponden, lo que podría desencadenar problemas legales con Hacienda.
Tal y como explican desde Idealista, si el precio simbólico es inferior al 10% del valor real de la propiedad, las multas pueden oscilar entre 1.000 y 10.000 euros. Y si el precio de venta es inferior al 5% del valor real, las sanciones pueden ser aún más severas, llegando a entre 20.000 y 100.000 euros.
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En este contexto, aunque desde el punto de vista legal, la compraventa de una propiedad puede acordarse libremente entre las partes, es decir, un vendedor y un comprador pueden pactar un precio de venta por debajo del valor catastral, es importante recordar que sigue existiendo la obligación de declarar la transacción por el valor mínimo fiscal que establece la Comunidad Autónoma correspondiente. Si no se cumple con esta obligación, se puede considerar que se está cometiendo algún tipo de fraude fiscal y, entre otras cosas, podrían exigir el pago de la diferencia entre el valor que se ha declarado y el valor real.
En situaciones donde se vende por un precio simbólico, es especialmente importante no perder de vista la normativa. Desde Fotocasa y otros expertos inmobiliarios, se recomienda que, antes de realizar una venta por debajo del valor catastral, se consulte con un tasador profesional para obtener una valoración precisa del inmueble. También es útil realizar revisiones del catastro para ajustar los valores y asegurarse de que no se despierten sospechas del fisco.
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