Dos peatones, frente a un negocio en liquidación en la calle Pintor Benedito de Valencia. Rosa García

Negocios valencianos que mueren a los dos años de nacer

El 80 % de las nuevas empresas creadas con la tarifa plana para autónomos en la Comunitat están abocadas a bajar la persiana de forma prematura

Domingo, 16 de junio 2024, 01:09

En la calle Pintor Benedito, Roberto sube por última vez la persiana de su negocio de vajilla portuguesa. Ya no puede más. Abrió hace poco más de un año, pero desde que arrancó 2024 las cuentas no salen: descenso de las ventas y gastos inesperados. ... Se siente asfixiado y ha decidido echar el cierre. Las llamativas etiquetas de '30% de descuento' empapelan el interior de la tienda. Habla con melancolía y resignación, ya que había depositado grandes expectativas en su primera experiencia como emprendedor.

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Un estudio realizado por la empresa Informa DB estima que más del 25% de empresas creadas en el periodo entre 2017 y 2022 no superaron los cinco años de vida. En el caso de la Comunitat, de los 53.915 nuevos negocios que se constituyeron durante ese lustro más de 10.000 se encontraban sin actividad registrada al término de 2022. Una cifra que ha incrementado en los últimos dos años.

«Abrí en febrero del año pasado. El año pasado fue bueno. Pero al arrancar 2024, fue vendiéndose cada vez menos y llegó mayo y ya no tenía ni para afrontar el alquiler», comenta Roberto mientras atiende a una señora que carga de tazas la bolsa. Además de abonar la tarifa plana de autónomos, que es de 86,66 euros mensuales, había recibido dos subvenciones: «Hay mucha ayuda para comercio nuevo, tanto del Ayuntamiento como de la Generalitat. Está bien. Entonces uno se ve seguro para hacerlo. Uno se confía. El año pasado me dieron una de 5.000 euros y una de 200 que me vinieron fantástico. Pero como en todo, está la letra pequeña. Ahora, en la declaración de la renta, me llegaron 950 euros para pagar por esas ayudas. Yo no sabía que se tributaban. Esto, más lo que vas poniendo para no cerrar, fue el detonante para cerrar la tienda», lamenta.

Al igual que Roberto, otros muchos valientes vieron en el emprendimiento una solución a la situación laboral actual. El nuevo sistema de cotización para los autónomos ha generado un aumento del número de afiliados en el último año. Sin embargo, cantidad no siempre es calidad. Desde la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) calculan que un 80% de los nuevos negocios que se implantan en la Comunitat a través de la tarifa plana –fórmula que reduce la cuota que debe pagar el autónomo durante los dos primeros años– no superan los dos primeros años de vida.

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La estimación realizada por UPTA se sustenta en los datos aportados por el Ministerio de Trabajo, que en marzo reflejaron que apenas un 12,3% de los autónomos que solicitan la tarifa plana sigue al frente de su actividad una vez pasado el periodo bonificado.

Nacido en Argentina, aterrizó en España hace cinco años. Trata de buscar una explicación. «Pasa a varios comercios de la zona que decidieron cerrar por la poca venta. Fue bastante abrupto. De vender muy bien el año pasado hasta diciembre a dejar de venderse a partir de enero. Calculo que tiene que ver con la economía del país, con el comportamiento de la gente, que elige qué compra. Quizás tiene que ver con las plataformas digitales, no lo sé».

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Local en la calle Pintor Benedito. Rosa García

Una tienda de vajilla portuguesa que cierra tras 16 meses

La tienda de vajilla portuguesa instalada en este local ha resistido 16 meses. Un establecimiento en el que ha habido seis negocios en la última década. Y sin relación alguna entre ellos: artículos personalizados, frutas y verduras, regalos y complementos, multiservicios y reformas y productos para fumadores.

Arrancó con ilusión. «Una de las grandes razones par abrir la tienda fue porque me cuesta mucho conseguir trabajos de contrato indefinido. Creo que le pasa a la mayoría de la gente. O tienes unos sueldos malísimos por millones de horas o contratos de ETT. He mandado currículums a todos lados. Uno de los principales motivos de abrir una tienda era eso, conseguir algo estable para llevar dinero a mi casa. Sé hacer de todo, he trabajado en comercio, en restauración, en almacenes, hago cursos de todo tipo…», añade.

Más allá de los problemas exclusivos que afectan a los trabajadores por cuenta propia, los emprendedores también deben hacer frente a cuestiones como el aumento de los costes o el precio del alquiler. De hecho, según un estudio realizado por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en enero de este mismo año, la inflación junto con las cotizaciones y los impuestos fueron las principales losas que pusieron en riesgo la continuidad de muchos negocios.

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Roberto desembolsa cerca de mil euros por el arrendamiento del local. «Todos los meses, entre alquiler y otras cosas, tengo entre 1.700 y 1.800 euros de gastos. ¿Cuánto tengo que vender para mantener un negocio y llevarme dinero?», se pregunta. Va a embarcarse en otro modelo de comercio: «Quiero armar una plataforma online, porque tener un negocio tiene una base de gastos que es insostenible. Entiendo ahora en carne propia lo que por ahí mucha gente dice del apoyo al comercio local, de que las plataformas terminan destrozando locales. Una tienda online sólo tiene de gastos la mercadería. No tiene comparación con los que tiene montar un local físico«.

Por el local donde ha permanecido Roberto durante 16 meses, ha habido seis negocios en la última década. «La gente me comenta que ha rotado mucho», admite el argentino. En la misma calle, justo enfrente, los carteles de 'liquidación' también invaden un escaparate. Es una zapatería que apenas ha durado seis meses.

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Local en la calle Pintor Benedito. Rosa García

Medio año para una zapatería donde no salen las cuentas

Los carteles de 'liquidación' invaden el escaparate. Es una zapatería que ha durado seis meses. Escasa venta para cubrir el coste del alquiler, de mil euros mensuales. Previamente, hubo un restaurante japonés con reparto a domicilio desde 2021. Este asiático había tomado el testigo de una casa de comidas para llevar.

Vicente Díez, vicepresidente y portavoz del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Valencia (COAPIV), resalta una de las claves. «La subida del precio de los alquileres afectó mucho a los negocios en 2022 y 2023. Eso conlleva más locales vacíos y menos negocios. Todos los años se revisa en función del IPC. El pico fue en 2022, con subidas del ocho, el nueve y el diez por ciento», apunta.

Cabe recordar que el precio de los locales comerciales se rige por la Ley de Arrendamientos Urbanos. Sin embargo, la normativa que lo regula es diferente a la que se aplica en el caso de las viviendas. La renta que el inquilino debe abonar al propietario es pactada entre las partes, es decir, no está supeditada a los límites del Gobierno que sí afectan a los hogares. Normalmente, la cláusula de actualización del importe se basa en el IPC.

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Juan Álvarez es agente inmobiliario de La Seu Consultores Inmobiliarios y establece diferencias en la rotación de negocios en función de la dimensión del establecimiento. «Los pequeños son un poco más susceptibles de entrar fácilmente. Suponen poca inversión y una renta más económica, aunque en relación metros/precio suele ser más alta. Muchas veces son proyectos con menos fuerza que otros en locales más grandes», explica.

Álvarez profundiza en las causas del temprano cierre de numerosos negocios: «Para nuestra generación, la de gente de más de 40 años, el éxito era trabajar en un despacho, no era montar comercios. De hecho, hay comercios históricos en Valencia que están cerrados porque no ha habido continuidad». En esa tesitura, el emprendimiento aparece como alternativa: «Hay mucha gente que tiene pocas posibilidades de encontrar un buen contrato. Tiene formación y experiencia, pero no en el ámbito comercial. Muchas veces pasa eso. Es nuestra percepción. Hay mucha gente a la que le falta formación a la hora de abrir negocios y a veces cogen la mochila de una franquicia, que puede ser una carga económica bastante grande a veces. Siempre ha habido rotación, pero en los últimos tiempos se nota bastante que hay más negocios de corta estancia».

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Desde UPTA consideran que existe «una puerta giratoria» a través de la que entran y salen miles de autónomos cada mes. De modo que considera oportuno «cerrar esa puerta» mediante «un plan de relevo generacional» que permita el emprendimiento de «profesionales cualificados».

Eva Mengot, en uno de sus locales de la avenida Doctor Waksman. Rosa García

Una peluquería distinta cada año a raíz de la pandemia

Eva Mengot Sabater gestiona propiedades inmobiliarias de su familia. Observó un punto de inflexión en la pandemia, que desembocó en numerosos cierres prematuros. La alternancia se ha manifestado principalmente en un local en concreto por el que han desfilado cuatro peluquerías diferentes en cuatro años.

En la misma línea habla Eva Mengot Sabater, quien gestiona propiedades inmobiliarias de su familia. Poseen la mayor parte de los locales comerciales de la avenida Doctor Waksman y la Fuente de San Luis. Un proyecto que puso en marcha en su día su padre, Enrique Mengot Llorens. En sus establecimientos, hay negocios de peluquería, compostura, locutorio, comida para llevar… Y vincula la rotación, sobre todo, a un determinado perfil de emprendedor. «Son personas de entre 30 y 40 años que no encuentran trabajo y con falta de experiencia en los negocios. Al no tener trabajo, montan un negocio por su cuenta porque necesitan ganar dinero, se lanzan y luego no funciona», indica la empresaria, quien observó un punto de inflexión en la pandemia: «Después del confinamiento la gente ha tenido miedo a gastar. Ahí hubo un gran problema, una crisis». Un panorama que ha desembocado en numerosos cierres prematuros.

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Flagrante es el ritmo de relevos experimentado en uno de los bajos de la calle Conde Altea. Allí ultiman los preparativos para poner en marcha el séptimo negocio de hostelería en la última década.

Local en la calle Conde Altea. Rosa García

Llega el séptimo restaurante en sólo una década

En uno de los bajos de la calle Conde Altea, ultiman los preparativos para poner en marcha el séptimo negocio de hostelería en la última década. El promedio de duración es inferior a un año y medio. En este local ha habido restaurantes diferentes desde 2014: uno alemán, uno gallego, tres italianos y uno mediterráneo.

El último restaurante que ha habido en este céntrico local se denominaba Aroma. Sólo ha permanecido dos meses en activo. Concretamente, entre octubre y diciembre de 2023. «Yo no podía llevarlo. Para que funcione, hay que trabajarlo, darle publicidad, y yo no tenía tiempo para eso. La zona es buena, pero la gente va a lo que conoce. Ahora tengo un pub en otra calle», explica la persona que lo regentó. Ahora, el establecimiento está terminando de ser acondicionado para albergar otro comercio de hostelería.

Local en Gran Vía Fernando el Católico. Rosa García

Un fugaz quiosco que apenas dura unas semanas

En Gran Vía Fernando el Católico, recientemente, se ha producido el máximo exponente de los comercios fugaces. Después de que bajara la persiana un centro de belleza que había estado funcionando desde finales de 2019, abrió las puertas un quiosco que apenas sobrevivió unas semanas. Visto y no visto.

En el Cabañal, Carlos y un socio han inaugurado un centro de coworking a pesar de la elevada competencia. «He trabajado en grandes empresas toda mi vida y hace dos años me despidieron. Me tuve que replantear mi vida. No es fácil. Abrí esto buscando una alternativa. Volverme a colocar en el mundo laboral me está costando», admite este licenciado en ADE de 48 años: «El problema en España es que no te enseñan a montar una empresa, las dificultades que hay, el día a día… En España no hay cultura de emprender».

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Al margen de contar con la tarifa plana de 86,66 euros en la cuota mensual de autónomos durante los dos primeros años, Carlos disfruta de la subvención municipal 'Emprende y Consolida', que es de un máximo de 3.000 euros. Confía en que el negocio resista y prospere: «Llevamos un año. Es una transición difícil. Hay meses que va bien y meses que va mal. Es un proceso complicado hasta que encuentras la fórmula para hacerlo funcionar. El prueba y error es constante».

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