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VICENTE LLADRÓ
VALENCIA.
Lunes, 11 de marzo 2019, 00:24
La Comunidad de Regantes de Lliria está ultimando la preparación de un ambicioso proyecto que es realmente innovador y constituirá una actuación modélica cuando concluya su ejecución y entre en funcionamiento.
El plan consiste en combinar el uso de energías renovables con el mejor aprovechamiento del agua, en este caso para riego agrícola, y al mismo tiempo hacer que la inversión sirva para generar oxígeno e hidrógeno, sin tener que pagar facturas de electricidad.
Según ha explicado el presidente de dicha comunidad, José Alfonso Soria, la próxima inversión destacada que va a efectuar la entidad consistirá en cubrir una gran balsa de agua con paneles fotovoltaicos flotantes. De esta manera se consiguen dos ventajas de salida, aparte de la apuesta por la energía solar: se optimiza el uso del suelo y se tapa el agua de la balsa, impidiendo así que los rayos solares lleguen hasta la misma, con lo que se evita la proliferación de algas, que luego ocasionan problemas de obstrucción en los filtros y los goteros de la red de riego.
La balsa elegida para realizar esta inversión se encuentra junto a la carretera de Lliria a Alcublas y al lado del canal de Benagéber, que suministra la parte principal del agua de la comunidad, proveniente del río Turia. También están situados muy cerca dos pozos de captación de agua subterránea, cuyos recursos se combinan con los fluviales para completar la dotación de caudal para las 7.721 hectáreas de cultivos que se abastecen de la comunidad edetana.
La ubicación de la balsa domina, por su altitud, gran parte de la zona regable, por lo que cumple un papel esencial como elemento de regulación del caudal y el aprovechamiento de la cota para dotar de presión a la red.
Esta instalación fotovoltaica será la segunda que realice la comunidad. La primera funciona desde febrero del año pasado junto a la batería de pozos 'Lliries', en el Camí dels Frares; consta de 1.160 paneles, alimenta directamente una de las bombas y en un año ha ahorrado 419.000 kW/h que no se han tenido que adquirir de la red eléctrica. Su inversión superó los 629.000 euros, con una subvención del 50% de la Conselleria de Agricultura, a la que se solicitará también que auxilie las nuevas inversiones.
Esta instalación fotovoltaica de 'Lliries' está constituyendo desde su inauguración un destacado ejemplo para agricultores y entidades de riego de toda la Comunitat Valenciana y del resto de España. Es continuo el 'peregrinaje' para conocer en directo la eficacia de lo que se ha hecho, incluyendo por supuesto el plazo previsto de amortización, alrededor de cinco o seis años. También se presenta con frecuencia como ejemplo en congresos de energías renovables.
De igual modo, la nueva actuación con paneles fotovoltaicos flotantes también constituirá todo un ejemplo a seguir por la conjunción de virtudes y las intenciones añadidas a medio plazo. No será la primera balsa de grandes dimensiones que se cubra, porque existen muchas; no tantas que utilicen placas solares para ello, hay algunas; se trata de una tecnología novedosa y muy útil, porque consigue varias cosas a la vez, y conforme se va conociendo se va extendiendo el empleo de esta solución.
Lo más novedoso será la ejecución de la segunda fase: la utilización de parte de la corriente eléctrica generada en esa cubierta solar para efectuar la electrolisis de una parte del caudal de la balsa, para el aprovechamiento posterior de los dos elementos obtenidos al descomponer el agua, oxígeno e hidrógeno.
El oxígeno se empleará desde el primer momento para inyectarlo en la red de distribución del riego. De esta forma se obtendrá un agua enriquecida (parcialmente oxigenada), lo que contribuirá a mejorar su calidad en cuanto a evitar la formación de películas de bacterias en las tuberías de riego, minimizando de esta manera los problemas habituales de precipitaciones y obturaciones en las conducciones y sobre todo en los ramales portagoteros finales.
Hay que tener en cuenta que actualmente se emplea en muchos casos agua oxigenada industrial (también ácido nítrico o fosfórico) para el mantenimiento de redes de riego y disponerlas lo más 'limpias' que sea posible para soslayar los problemas principales, las obturaciones. Si se obtiene oxígeno en la propia instalación y se inyecta en la misma, sin coste energético adicional, es un gran ahorro y un importante avance.
Por lo que respecta al otro elemento obtenido de la electrolisis, el hidrógeno, su pleno aprovechamiento tendrá que esperar, seguramente. El hidrógeno está llamado a ser el combustible del futuro. Los vehículos serán eléctricos pero no limitados a enchufarse a la red para recargar baterías cada pocos cientos de kilómetros, como ahora. La alternativa existe pero aún no está generalizada. Consiste en que cada vehículo genere su propia electricidad mediante una pila de combustible que se alimenta de hidrógeno y efectúa la reacción contraria: unirlo al oxígeno del aire para volver a formar agua, lo que desprende electricidad. En Lliria quizás no podrán aplicarlo de inmediato, pero ya estarán preparados para hacerlo cuando llegue el momento, en pocos años.
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