valenciA/benicarló. A corto plazo, prudencia para evitar alarmismos innecesarios, mientras la industria busca un 'plan B' por si fallan los suministros de China y las empresas del mueble se reorganizan para los aplazamientos de ferias comerciales. Y a largo plazo, una vez atendido lo urgente, replantearse la dependencia de proveedores chinos que ha evidenciado el coronavirus, sobre todo en sectores como el textil, química o automoción, y buscar alternativas más próximas capaces de fabricar lo mismo.
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Esa es la principal lección que extrae la patronal autonómica del tsunami generado por el coronavirus, a falta de conocer cuál será su impacto real sobre la economía y el tejido productivo de la Comunitat Valenciana.
El presidente de la CEV, Salvador Navarro, aprovechó la cumbre sobre infraestructuras celebrada este jueves en Benicarló con sus homólogos de Cataluña y Aragón para hacer un llamamiento a la calma y remarcar que «la situación está controlada y la economía debe seguir», sin ocultar su preocupación por el virus.
Preguntado por el impacto del coronavirus para las empresas valencianas, como las 38 que están implantadas en China, según datos de la Cámara, Navarro planteó una reflexión que va más allá de este caso concreto. Defendió la necesidad de que se realice un «replanteamiento», a largo plazo, de las líneas estratégicas y de definición del modelo existente en el tejido productivo valenciano e instó a buscar otros modelos de suministros que «no estén tan alejados y que sean capaces de fabricar lo que fabrica China, que hay países», subrayó.
Para Salvador Navarro, el coronavirus, aparte del alcance económico que tenga el parón de actividad en China, representa «una lección que debemos aprender y aprovechar los empresarios».
Y es que, más allá de las consecuencias sanitarias, la onda expansiva del coronavirus en la economía cobra fuerza precisamente por la dependencia de suministros chinos en determinados sectores. Es el caso del textil, ya que el 26% de sus suministros proceden de China, el automóvil (20% de neumáticos importados), accesorios para tuberías de cobre (85%), productos metálicos y hábitat (40% de herrajes) o la industria química (14% de productos orgánicos e inorgánicos).
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En la Comunitat, según un informe de Cámara Valencia, las importaciones de China ascendieron a 3.398 millones de euros de enero a noviembre del año pasado, casi el 13% del total, y una quinta parte son bienes intermedios y materias primas para la industria. El peso de los suministros chinos, no obstante, podría ser aún mayor por los obtenidos a través de importadores europeos que compran en China.
Los sectores más dependientes de proveedores chinos, de momento, niegan daños y piden prudencia, mientras diseñan un 'plan B' con proveedores alternativos por si la situación se complica.
Desde la Cámara explican que las empresas «han de decidir rápidamente sustituir el proveedor chino por otro en otro país». Y que ese cambio suele implicar precios más altos, que recortan las ganancias empresariales o encarecen el producto final.
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Esa búsqueda de nuevos proveedores, a la que también apela ya la CEV, podría beneficiar a Turquía, Polonia, Bulgaria, Lituania, Rusia y a países asiáticos con menor riesgo de contagio y sin restricciones al comercio, como Corea, India y Tailandia, con calidad y precios similares a China.
Empresas textiles y negocios vinculados a la automoción confirmaron a LAS PROVINCIAS su intención de localizar proveedores más próximos que los chinos, a poder ser en su entorno, aunque implique precios más caros. Es el caso de Càndid Penalba, presidente de la patronal textil Ateval y proveedor de Ikea con su empresa Cotoblau, quien considera que España también puede beneficiarse de la búsqueda de alternativas para «no parar la cadena de producción» y cita a las hilaturas y tejedores valencianas.
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Mientras desde Ford se insiste en que «de momento no hay impacto en Almussafes» y están «monitorizando» esta cuestión, la Asociación de Talleres de Reparación de Vehículos (Fevauto), asegura que tienen «estocaje de recambios y piezas» pero si la situación se alarga, les podría afectar, y ya hay quien «empieza a buscar otros proveedores».
También en este sector ven una oportunidad para los fabricantes europeos, incluso valencianos, dado que «hay empresas que, por precio, se habían ido a China pero ahora pensarán en volverse o buscar alternativas» cercanas.
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Los sectores del metal representados en Femeval trasladan que «ha habido tensiones pero las expectativas apuntan a que remitan, mientras la patronal Quimacova confirma «pequeños retrasos con algunos pedidos» y «paralizaciones en destino» pero recalca que «son situaciones puntuales y que ya están solventadas». Su presidente, Miguel Burdeos, ve lógico buscar un 'plan B'.
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