El Gobierno presentó la reforma de las pensiones como asunto capital en su lucha por intentar que la sangría presupuestaria no se hiciera insostenible. Cada vez hay más jubilados y cada vez el mercado laboral se presenta más justo para aguantar todo el sistema. ... Es por ello que el ministro José Luis Escrivá sigue insistiendo en concluir la reforma de las pensiones iniciada con un claro ataque a las jubilaciones anticipadas. Objetivo: intentar paralizar a todo trabajador que aprovechaba la ley para retirarse de forma adelantada cobrando el 100 % de la pensión.
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Lo primero que se modificó fue la forma de penalizar esa jubilación anticipada. Hasta no hace mucho la cuantía total podía quedarse completamente intacta tras aplicarse los reductores a la base de cotización. Así que el sistema penalizaba a unos jubilados que no veían rebajada su pensión. Así que el ministerio de Escrivá modificó la norma para que la reducción se realizara directamente sobre la cuantía a percibir, modificando los diferentes coeficientes que permiten determinar cuánto va a ingresar mensualmente una persona desde que se jubile.
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La norma parece clara y el objetivo parecía que era reducir el número de pensiones máximas que se conceden en jubilaciones, pero no es oro todo lo que reduce. La propia Seguridad Social lo confirma en sus datos publicados. A día de hoy aún es más rentable jubilarse de forma anticipada que esperarse a la edad legal de jubilación. La diferencia entre ambas es de cerca de dos años, pero lo cierto es que aproximadamente el 40% de los trabajadores opta por retirarse antes de alcanzar los 66,4 años, haciéndolo de forma tan prematura que la edad real se rebaja hasta los 64,5 años.
El organismo detalla que la pensión media por tramos de edad beneficia a aquellos que optan por retirarse del trabajo de forma anticipada. La diferencia entre jubilarse entre los 60 y los 64 años o esperarse hasta entre los 65 y los 69 años es un pellizco mensual muy suculento. Los datos indican que los trabajadores que se jubilan entre los 60 y los 64 años cobran una pensión media de 1.882 euros, mientras que todo aquel trabajador que retrasa la jubilación hasta entre los 65 y los 69 años ingresa una pensión media de 1.533 euros.
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Ante estos datos caben diversas lecturas, como que los trabajadores que postergan su jubilación lo hacen para alcanzar la cotización mínima para poder cobrar una pensión, mientras que los jubilados con la anticipada tienen ya una cotización suficiente como para poder retirarse antes sin ver mermada, de forma considerable, sus ingresos mensuales.
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