J.Zarco
Lunes, 30 de septiembre 2024, 20:18
La pensión de incapacidad permanente es, según define la Seguridad Social, «es la prestación que se le reconoce al trabajador cuando después de haber estado sometido al tratamiento prescrito y haber sido dado de alta médicamente, presenta reducciones anatómicas o funcionales graves, previsivlemente definitivas, que disminuyan o anulen su capacidad laboral».
Publicidad
Es decir, la función de esta pensión es ayudar con una cuantía económica a aquellos trabajadores que tienen algún tipo de enfermedad o problema físico para realizar en plenas condiciones su trabajo. Para poder optar a ella, hay que cumplir una serie de requisitos exigidos para cada uno de los grados de incapacidad, que actualmente son cuatro:
Parcial para la profesión habitual: Ocasiona al trabajador una disminución no inferior al 33% en el rendimiento para dicha profesión.
Total para la profesión habitual: Inhabilita al trabajador para su profesión habitual pero puede dedicarse a otra distinta.
Absoluta para todo trabajo: Inhabilita al trabajador para toda profesión u oficio.
Gran invalidez: Cuando el trabajador incapacitado permanente necesita la asistencia de otra persona para los actos más esenciales de la vida.
Noticia relacionada
Sin embargo, aunque se cumplan estas condiciones y se acepte la pensión, esto no quiere decir que sea para toda la vida. La Seguridad Social avisa de que se puede producir una revisión de la incapacidad «por agravación, mejoría, error de diagnóstico o por la realización de trabajos, mientras el inválido no haya cumplido la edad de acceso a la jubilación, pudiendo dar lugar a la confirmación o modificación del grado o a la extinción de la incapacidad y por tanto de la pensión«.
Publicidad
Además, aclaran que las prestaciones de incapacidad permanente pasan a denominarse pensiones de jubilación cuando sus beneficiarios cumplen 65 años.
Incapacidad permanente parcial, consiste en una indemnización a tanto alzado (24 mensualidades de la base reguladora que sirvió para el cálculo de la incapacidad temporal).
Incapacidad permanente total, 55% de la base reguladora. Se incrementará un 20% a partir de los 55 años cuando por diversas circunstancias se presuma la dificultad de obtener empleo en actividad distinta a la habitual.
Publicidad
Incapacidad permanente absoluta, 100% de la base reguladora.
Gran invalidez, se obtiene aplicando a la base reguladora el porcentaje correspondiente a la incapacidad permanente total o absoluta, incrementada con un complemento.
Estas son, no todas, pero sí la mayoría de enfermedades por las que es posible conseguir la pensión de incapacidad permanente:
Agorafobia
Albinismo
Alcoholismo
Alzheimer
Aniridia
Apnea del Sueño
Artritis Reumatoide
Publicidad
Artrosis cervical
Ataxia
Cáncer
Noticia relacionada
Cardiopatía Isquémica
Condromalacia Rotuliana
Depresión
Diabetes
Distimia
Distrofia de conos y bastones
Enfermedad de Behçet
Enfermedad de Crohn y Colitis ulcerosa
Enfermedad de Huntington
Enfermedades hepáticas
Enfermedades renales
Publicidad
Epilepsia
EPOC
Esclerosis Múltiple
Escoliosis
Espondilitis anquilosante
Espondilosis degenerativa
Esquizofrenia
Estenosis foraminal
Fibromialgia
Fibrosis quística
Hepatitis autoinmune
Hernia discal
Ictus
Lesión medular
Lumbalgia crónica
Lupus
Maculopatía
Migraña
Miopía Magna
Narcolepsia
Neuropatía cubital
Parkinson
Postpolio
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.