La pérdida de la terminal norte lastraría el liderazgo del puerto de Valencia frente a Barcelona

La infraestructura del Grao tiene la ventaja de su posición geoestratégica en el Mediterráneo y en las conexiones internas

Isabel Domingo

Valencia

Miércoles, 4 de octubre 2023, 00:07

El nubarrón siempre ha estado ahí (no hay más que recordar cómo Podemos y Compromís colaron hace dos años a un eurodiputado de ERC en una zona restringida del puerto de Valencia para que apoyara la paralización de la ampliación) pero es ahora, con ... las negociaciones del PSOE con ERC y Junts para la investidura, cuando se ha hecho más palpable: la construcción de la terminal norte de contenedores (la obra que falta para concluir la ampliación norte, cuya primera parte se terminó en 2012) peligra. Y, con ella, el liderazgo del puerto de Valencia frente al de Barcelona, que junto al de Algeciras son sus dos competidores directos.

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Lo advirtió la vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz, durante su visita a Valencia en la campaña electoral del 28-M: «Esta infraestructura no puede salir adelante», dijo durante su paseo por la Albufera acompañada de miembros de la Comissió Ciutat-Port. Y remarcó que mientras se sentara en el Consejo de Ministros el proyecto seguiría bloqueado. Cinco meses habían pasado desde que Moncloa recibiera el expediente de las obras de construcción para su autorización –al superar el importe de 12 millones– tras ser remitido por Puertos del Estado una vez que la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), a su vez, lo aprobara y enviara en diciembre.

Entonces el expresidente de la APV, Aurelio Martínez, confiaba en el plazo de tres meses para obtener el visto bueno a la licitación de los trabajos. Diez meses han transcurrido y la situación sigue igual: sin avances y con una inversión de más de 1.500 millones (entre la parte pública y la privada) en el aire. Porque la naviera MSC, cuya filial TIL fue en septiembre de 2019 la adjudicataria provisional de la concesión para construir y explotar la nueva terminal de contenedores, ya amagó en alguna ocasión con replantearse el proyecto y llevarlo fuera de España.

Una decisión que supondría la pérdida del 50% del tráfico anual de contenedores del puerto de Valencia, que es aproximadamente la cifra de actividad que corresponde a MSC, que además tiene en Valencia la sede central del negocio en España. La naviera italo-suiza cuenta con una terminal en el recinto del Grao pero la mayor parte de su carga pasa por los muelles de Cosco (CSP Iberian) –la de mayor tamaño en el puerto valenciano– dado que no los puede manipular en su terminal actual por la falta de espacio. De ahí que presentara oferta para lograr la concesión de la terminal norte, lo que le permitirá incrementar su capacidad de gestión al sumar un espacio para cinco millones de contenedores que, al mismo tiempo, mejorará la capacidad del puerto, cerca ya de su capacidad máxima (7,5 millones de contenedores).

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La gran damnificada por la ejecución de la terminal norte será Cosco, ya que perderá a uno de sus clientes más importantes. Y, de forma colateral, el puerto de Barcelona, que verá como se agranda su desventaja con la infraestructura valenciana, consolidada desde hace unos años como segundo puerto español tras habérselo arrebatado precisamente a Barcelona.

Más contenedores y toneladas

Un vistazo a los resultados de 2022 permite comprobarlo: 3,52 millones de TEUs movidos en los muelles de la ciudad condal frente a los 5,07 millones en la capital del Turia. O la evolución de este 2023, donde el acumulado de agosto muestra una diferencia de 8,46 millones de toneladas o de 1,02 millones de contenedores a favor del puerto de Valencia. Eso a pesar de la caída de tráficos generalizada en todas las terminales del mundo. Incluso en los datos recopilados hasta agosto se observa que, en el caso de los TEU, Valencia supera ligeramente a Algeciras: 3,19 frente a 3,16 millones, según refleja la estadística de Puertos del Estado.

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La posición geoestratégica de la terminal valenciana es lo que la convierte en la principal piedra en el camino del puerto catalán. Primero, por su mejor ubicación dentro de la península, con conexiones internas más próximas; segundo, porque las grandes navieras eligen para sus transbordos puertos capaces de operar megabuques y que se encuentren próximos a las principales rutas transoceánicas. Y Valencia está mejor situada (es decir, menos millas y, por tanto, menor coste) que Barcelona. «El 'hinterland' del puerto de Valencia lo hace muy competitivo y más asequible que otros», remarca el presidente de Propeller Valencia, Alfredo Soler.

A su juicio, la amenaza sobre la continuidad del proyecto de la terminal norte podría suponer «perder una oportunidad de oro para la competitividad de la economía, además de la imagen negativa de bloquear una inversión extranjera. Con este bloqueo sale perjudicada la Comunitat y también España».

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También se ha pronunciado la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET), cuyo presidente, Carlos Prados asegura que, tras unos años «en los que nuestro progreso se ha paralizado a nivel local, ahora nos encontramos que también nuestro puerto es utilizado como moneda de cambio a nivel nacional. Es una auténtica vergüenza que se juegue así con el desarrollo de un proyecto de este nivel y que se utilice para beneficiar a una comunidad en perjuicio de otra». «Necesitamos representantes políticos que se den cuenta de que tenemos que apostar por la ampliación norte para seguir manteniendo este 'hub'», ha añadido.

ERC situó a dos militantes al frente de los puertos catalanes

Aunque de forma oficial Esquerra Unida asegura que «sobre las negociaciones no hablamos», lo cierto es que la formación independentista siempre ha mirado muy de cerca los movimientos dados por el puerto de Valencia para su crecimiento. De hecho, el año pasado firmó una Proposición No de Ley (PNL) presentada en el Congreso de los Diputados para frenar la ampliación norte e iniciar el desmantelamiento del dique ya construido junto con Unidas Podemos, Compromís, la CUP, Más País y Nuevas Canarias, recogiendo una iniciativa promovida por la Comissió Ciutat-Port. El texto no salió adelante, pues el PSOE se desmarcó de sus socios en el Gobierno central y votó en contra al igual que PP, Cs y Vox. Mientras, PNV, Junts y el PdCat optaron por la abstención. La estrategia de ERC con los puertos también les ha llevado a situar a hombres del partido en las dos autoridades portuarias estatales en Cataluña. El movimiento se produjo tras la salida de Junts de la Generalitat catalana en octubre del año pasado. Así, en el caso de Tarragona, la formación independentista colocó al arquitecto Saül Garreta, con una trayectoria caracterizada por una gran sensibilidad social y medioambiental y la preocupación por la emergencia climática. Al llegar al cargo se definió como un «activista y empresario que ve esta oportunidad como una manera de servir a la comunidad». Sin experiencia en cargos políticos, medios catalanes lo sitúan como militante de ERC desde 2020. Su nombre fue una apuesta personal del alcalde de Tarragona, Pau Ricomà. Mientras, el puerto de Barcelona está liderado desde noviembre de 2022 por Lluis Salvadó, que sustituyó en el cargo a Damià Calvet (Junts), que había manifestado su disposición a seguir. Salvadó era diputado de Esquerra en el Parlament de Cataluña y estuvo procesado por su papel en la organización del referéndum ilegal de independencia del 1 de octubre de 2017 cuando era secretario de Hacienda. Finalmente, el pasado marzo la Abogacía del Estado descartó presentar acusación.

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