![Los Planes: la gran empresa tras el mostrador de la tienda de pollos](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/08/12/familia-RGOM1WIKupiG9R10kaj2upJ-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Los Planes: la gran empresa tras el mostrador de la tienda de pollos](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/08/12/familia-RGOM1WIKupiG9R10kaj2upJ-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Una familia muy trabajadora que comienza de cero, años de postguerra y de trueque y una dosis de fundadores visionarios y conscientes de la adaptación al cambio para crecer. Son, a grandes rasgos, las características que definen la historia de Pollos Planes, la empresa ... familiar valenciana que dio sus primeros pasos en 1939 y que hoy está dedicada a la comercialización de carnes y otros productos de alimentación fresca, con una red de 140 tiendas, una plantilla de 400 trabajadores y una facturación anual que ronda los 40 millones.
Precisamente la diversificación de la gama de productos (tanto en carnes frescas -pollo, cerdo, ternera, pato- como en elaborados y precocinados -elaboran pizzas, por ejemplo-) les ha llevado a abordar un cambio de denominación, por lo que a finales del próximo septiembre pasarán a llamarse Casa Planes «para dar cabida en nuestro nombre a todo el surtido que acogemos en nuestras tiendas, más allá del pollo», indican fuentes de la empresa. Todo ello sin variar la filosofía que marca los 84 años de trayectoria de la empresa: el compromiso de ofrecer los productos más frescos del mercado y el servicio personalizado y profesional para cada uno de sus clientes.
Noticia Relacionada
Isabel Domingo
Así ha sido desde 1939, cuando arranca una historia que tiene detrás al tío Güiso y la tía Pureta, un matrimonio de Massamagrell que, en tiempos de la postguerra, compró una camioneta que iba a gasógeno e inició una peculiar línea comercial con pueblos del sur de Teruel. Luis Planes Devís llevaba a estos municipios lo que allí no tenían, como naranjas, melocotones, ciruelas, alcachofas, lechugas, etc. En otras palabras, lo que se cultivaba de temporada en la huerta. Y de allí se traía lo que escaseaba en Valencia: aves y huevos. Todo se intercambiaba mediante la fórmula del trueque, pues el dinero apenas tenía valor.
Esos productos eran los que, luego, la esposa de Luis (la tía Pureta) vendía en el mercado de Massamagrell y Meliana y, posteriormente, en su domicilio de la calle del Raval, una casa baja de pueblo donde la puerta siempre estaba abierta. El mismo comedor era el lugar en el que cocinaba, se comía y se despachaba a las clientas de los pueblos de alrededor.
Aquel incipiente negocio familiar comenzó a ampliar sus horizontes con la entrada de un jovencísimo Luis Planes Pedro, el hijo de Güiso y Pureta, que con 14 años y gracias a un triciclo de carga que le compraron, comenzó a repartir el género en varias rutas por la l'Horta Nord, en concreto, en tiendas, carnicerías y mercados. La década de los cincuenta se abría paso.
La siguiente, la de los sesenta, marcó uno de los hitos más importantes para la compañía pues la familia Planes abría un matadero industrial casero en Massamagrell -que luego tendría que ampliar convirtiéndolo en un matadero profesional- y, además, a finales de esa década inaugura la primera tienda de venta al detalle, abierta al público en Massamagrell, por aquel entonces atendida por Encarna Mestre, la mujer de Luis Planes Pedro, fallecida a comienzos de este 2023.
A Encarnita, como se la conocía, se debe el concepto actual de Pollos Planes basado en las tiendas de proximidad, pues, como aseguraba recientemente su esposo, fue « la mejor comercial que jamás pudo tener la empresa». ¿El motivo? La decisión que hubo que tomar ante un importante contrato en unos tiempos en los que el pollo se vendía entero y eran los clientes quienes lo arreglaban, según su gusto, en sus casas o en sus negocios.
Los Planes habían profesionalizado el negocio y se repartía, principalmente, a tiendas, restaurantes y otros grandes clientes, como los hospitales de la Seguridad Social. «Siempre ganaba yo», recuerda Luis Planes, a sus 89 años. «Como nuestro servicio y producto era el mejor, cuando nos presentábamos a las subastas, siempre conseguíamos la contrata», evoca. Precisamente antes de aceptar un importante contrato para servir a todos los hospitales públicos de Valencia se produjo el otro hito de la empresa de la mano de doña Encarna.
La contrata, recuerda Planes, únicamente deseaba adquirir muslos, así que surgió el dilema de qué hacer con el resto del pollo y cómo encontrar clientes para vender solo la parte que restaba, pues el pollo despiezado por partes que hoy conocemos no era tan habitual. Luis Planes estuvo a punto de renunciar al trato pero su mujer le animó a seguir adelante y propuso vender ella misma todo lo demás. ¿Cómo? En la misma casa del Raval. Así que con la puerta siempre abierta y embarazada de su tercer hijo, la señora Encarna despachaba sobre una mesa de mármol vestida con un delantal blanco impoluto y su mejor sonrisa. Empezaba la etapa de la venta al público.
Durante los años 80 se incorpora a la empresa la tercera generación de la familia, los hijos Lluis, Javier y Juan, y se inaugura la primera tienda ubicada fuera del domicilio familiar, en concreto en el barrio de Torrefiel de Valencia. Sería la primera de muchas hasta alcanzar la época de máxima expansión a comienzos del siglo XXI. Así, en 1995, abrían el primer local en el mercado de Castellón, en 2010 llegaban a la provincia de Alicante y, un año más tarde, levantaban la persiana la tienda número 100, ubicada en Elche. En 2013 fue el turno de Barcelona.
Esta fase coincide con las nuevas instalaciones, ahora ya fuera del pueblo de Massamagrell por quedarse demasiado pequeño, y en el polígono industrial donde actualmente Pollos Planes continúa la actividad como centro logístico y oficinas centrales, además de haber sumado recientemente una planta de elaboración de pizzas.
Pero antes de llegar a ese punto, la empresa familiar también tuvo su propio punto de inflexión cuando la casa del Raval se quedó pequeña como centro de operaciones. «Viendo lo que venía, apostamos por centrarnos en la fase posterior al matadero y desarrollar una red de puntos de venta para no tener que depender de redes comerciales que les impusieran condiciones», explica su actual director general, Javier Planes Mestre.
En este sentido, Luis Planes, que dejó la presidencia en 2017, fue un visionario atrevido, pues decidió comprar a los mejores y venderlo él mismo. «Cuando sus clientes (las pequeñas carnicerías) iban desapareciendo, decidió tomar partido y enfocar la venta no sólo al canal mayorista sino también a la venta particular», comenta. Fue cuando la empresa pasa de Matadero Industrial Luis Planes a Pollos Planes.
La historia de Pollos Planes tiene un nuevo hito en 2011, año en que entró en el accionariado el grupo empresarial catalán Pavo y Derivados S.A. (Padesa), especializado en todos los procesos relacionados con el producto avícola como son la granjas, la elaboración de productos alimentarios y la distribución. La familia Planes conserva el 20% del accionariado y continúa en el día a día de la empresa, pues Javier Planes es el actual director general de la compañía.
Son los años de la apertura de la cadena propia de restaurantes para servir sus productos, La Parrilla de Pollos Planes, con locales en Valencia, Madrid o Barcelona, que posteriormente se fueron cerrando. También de la tienda online y la app para facilitar la compra a los clientes.
Ya en 2022 el Grupo Planes decide dar un paso más en la diversificación de producto, esta vez desde la propia elaboración del mismo, inaugurando una planta de elaboración de pizzas y bases de fermentación lenta que actualmente comercializan en sus propias tiendas bajo la marca 'Fetén' y que pronto estarán disponibles en otros canales de distribución, según fuentes de la empresa.
«En la última década el mercado es cada vez más cambiante. Nos encontramos ante una realidad patente como es la de que el comercio de barrio con su atención al detalle y su producto de alta calidad es cada vez más minoritario en nuestras calles. Ante eso, sólo cabe la constante adaptación y la escucha activa de nuestros clientes para continuar ofreciéndoles lo mejor de nosotros. Es por eso que en los últimos tiempos hemos diversificado mucho más nuestra gama de productos siguiendo las tendencias de consumo, pero manteniendo siempre un elevado estándar de calidad», añaden.
Por ello se ha potenciado la división de negocio con la que Pollos Planes inició su andadura, que no es otra que la distribución profesional a restauración, colectividades y todo tipo de negocios, donde cuentan con una cartera de 400 clientes. Y pusieron en marcha la nueva empresa Italian Dough (formada al 100% por capital del Grupo Planes) y con la que están desarrollando «recetas y un proceso que represente la elaboración artesanal de las pizzas napolitanas y bases de pizza, con todo su sabor y textura».
Todo desde Massamagrell y con tres ingredientes clave como ejes de la empresa familiar, según Javier Planes: trabajo, adaptación al cambio y un buen equipo. «Adaptarse a las circunstancias, leer el mercado, y trabajo, mucho trabajo. Muchas horas dedicadas al servicio, a la búsqueda del mejor producto, de enfocarnos en lo que realmente importa y de ajustar los precios para continuar siendo competitivos, que es lo que el cliente necesita. En eso el mercado no ha cambiado tanto, antes y ahora el cliente necesita frescura y la mejor calidad-precio».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.