Ante esta situación de incertimbre y subida de precios constante, es normal que los consumidores miren los precios con lupa e intenten ahorrar el máximo dinero posible. Por eso en plena ola de inflación en los combustibles, muchas personas, especialmente los jóvenes, han optado por el butano como alternativa debido a su precio. Y es que el butano pese a la llegada del buen tiempo sigue siendo un elemento imprescindible en muchos hogares.
En la última revisión realizada por el Ministerio para la Transición Ecológica, se definieron los nuevos precios para estos productos. Fijó el precio de la bombona de butano en 15,18 euros hasta su próxima revisión en septiembre. Se trata del precio más bajo registrado desde el pasado julio de 2021, cuando pasó a costar 15,37 euros.
Se calcula en función del coste de la materia prima (propano y butano) en el mercado internacional, así como de otras variables como el coste de los fletes (transporte) y la evolución del tipo de cambio euro-dólar. Además, está regulado por el Estado, que incluye el 21% del IVA y el Impuesto Especial sobre los Hidrocarburos (IEH), que es de 1,5 euros por cada kilo. Sin embargo, con toda la situación generada por la invasión rusa sobre Ucrania el precio de la energía aumentó y el Gobierno fijó un límite del 5% en la revisión, de manera que el coste de la bombona que no puede subir ni bajar más de este porcentaje.
En la actualidad, anualmente se consumen 64,5 millones de envases de GLP de distintas capacidades. Se trata de un combustible en retroceso: desde 2010 hasta 2021, el consumo total de GLP envasado ha descendido más de un 25%. Por otro lado, el Gobierno aprobó una mejora de la protección de los consumidores vulnerables que incrementa la prestación mínima del bono social térmico de 25 a 40 euros -aproximadamente dos bombonas de butano- y la máxima a 375 euros en este 2023, en función de la zona climática.
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