Urgente Óscar Puente anuncia un AVE regional que unirá toda la Comunitat en 2027
Naranjos sentenciados a muerte al haber devorado los conejos la corteza del tronco.

La protección de la fauna salvaje aviva los recelos en el campo por los daños en alza

En la Comunitat Valenciana no hay lobos, pero jabalíes, conejos o cabras causan crecientes pérdidas aquí ante la pasividad oficial

REDACCIÓN

Domingo, 28 de febrero 2021

La polémica decisión del Ministerio de Transición Ecológica de proteger las poblaciones de lobos al máximo nivel está generando inquietud no sólo entre los agricultores y ganaderos de las autonomías (las del norte de la península) que sufren los ataques de dichos animales, sino también en las restantes, porque padecen daños crecientes de otras especies de animales, como jabalíes, corzos, conejos o cabras montesas, de modo que lo que se haga con el lobo puede ser ejemplo general a seguir en cualquier vertiente, tanto en la conservacionista como en las hipotéticas compensaciones que deban recibir los afectados.

Publicidad

Curiosamente, en el proceso seguido para la protección del lobo, que está levantando gran expectación y muchas protestas, votaron a favor comunidades autónomas que no tienen lobos, y en contra, naturalmente, las que lo tienen y lo sufren en sus cabañas ganaderas. La Comunitat Valenciana se abstuvo. Por tanto hubo embate a siete, y el ministerio desempató a favor de la protección a ultranza.

Lo que se está desplegando ahora es un debate muy llamativo y puntilloso. Ganaderos y agricultores se quejan de que se protege más a los animales que a ellos mismos y advierten que en muchos casos será la puntilla final para que desaparezca la ganadería extensiva en vastas zonas de España, y con ella crecerá la despoblación, ese problema endémico que se pretende combatir desde otras instancias de la Administración, pero sin medidas concretas. Bien al contrario. Porque si en los pueblos con ganadería relevante se deja que el lobo se multiplique en completa libertad y protección, sin posibilidad de cazar poblaciones que se excedan y provoquen muertes de reses y con ellas importantes daños económicos, los ganaderos cambiarán de aires, y así seguirán vaciándose pueblos que ahora se pretende que se llenen de nuevo a base de hacer llegar la banda ancha de internet.

Se culpa al ministro de Agricultura de pasividad en este asunto, pues la voz cantante la lleva Transición Ecológica y no se ve defensa ganadera por parte del departamento que aún se considera propio de las cosas del campo.

La enérgica presión de los afectados, apoyados en general por sus respectivos gobiernos autonómicos (los de Castilla y León, Asturias, Galicia, Cantabria...), que además anuncian recursos y demandas, ha hecho que en los últimos días haya variado algo el discurso del Gobierno.

Publicidad

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ya sostiene que los ganaderos deben quedar bien defendidos y que en absoluto se pretende que los lobos se adueñen de todo y acaben por hacer desaparecer la actividad ganadera. Casi parece que la ministra sea ahora la más defensora de los intereses de los afectados, hasta el punto de que ha convocado reuniones con las organizaciones agrarias para intentar llegar a puntos de entendimiento y hacer compatible lo que pretende su ministerio con la necesaria viabilidad de las explotaciones que sean víctimas de ataques.

Indemnizar los daños

¿Cómo será posible tal cosa? En la mente de cualquiera surge enseguida el concepto de compensar a quien se vea dañado. El lobo protegido e intocable mata una vaca y la Administración le paga al dueño el justo precio de la vaca. Pero esto ya estaba vigente y el caso es que las indemnizaciones son escasas y la Administración es bastante roñosa a la hora de pagar. La consecuencia es que el ganadero tienen que gastar tiempo y dinero para hacerse valer y al final cobra poco y tarde.

Publicidad

Sin embargo el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha esbozado una posibilidad que, sin ser nueva del todo, puede que ahora cobre renovado sentido: que los daños agrarios causados por la fauna salvaje sean asegurables a través del sistema oficial de seguros agrarios, y por tanto que las indemnizaciones las abone Agroseguro. Naturalmente los interesados deberían suscribir las correspondientes pólizas, que a su vez deberían ser económicamente sostenibles, no gravosas, y para eso la Administración protectora de animales deberá destinar un presupuesto anual a rebajar los costes del seguro correspondiente.

Es una vía que hay que explorar y desarrollar. Para el lobo... y en la Comunitat Valenciana, donde no hay lobos, para los daños en aumento causados por jabalíes, corzos, cabras, conejos... que también son intocables a la hora de la verdad y provocan pérdidas cuantiosas que tienen que soportar los agricultores. La Generalitat ha dado muestras con frecuencia de asumir la situación, de entenderla, prometiendo cambios de actitud y dinero, pero hasta el momento nada de nada. Hay que seguirle la pista al lobo y tomar ejemplo de lo que se haga.

Publicidad

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad