La recuperación del Cercanías alivia la travesía hasta Catarroja: «Venir hasta aquí es mucho más cómodo que antes»

Desde primera hora de la mañana, el trasiego de viajeros tanto en la Estación del Norte de Valencia como en cualquiera de los apeaderos que hay en el trayecto entre el cap i casal y Catarroja era mucho mayor al de las últimas semanas, aunque no alcanzaba los niveles previos a la catástrofe.

De hecho, una trabajadora de Renfe, que asegura que de normal la de Catarroja es una de las estaciones más concurridas, porque no solo da servicio al pueblo sino que también asume la llegada de cientos de universitario a las instalaciones de Florida Universitària, empieza a ver movimiento de cara al mediodía. «Mucha gente no se ha enterado de que volvía hoy el servicio y están viniendo ahora a preguntar», asegura.

En el tren de las 12:12 horas una veintena de viajeros procedentes de Valencia se bajan en la última estación. La mayoría regresan a casa después de pasar la mañana en la capital. El mismo tren que se desaloja vuelve a llenarse en cuestión de minutos.

Dos vecinas de la zona toman el Cercanías de nuevo por primera vez. Hasta ahora se habían desplazado a Valencia en el autobús que había habilitado Renfe y que todavía sigue ofreciendo servicio cada diez minutos desde enfrente del Ayuntamiento de Catarroja. «Vivimos aquí al lado y este nos resulta mucho más cómodo», comentan.

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Esa misma sensación tiene un usuario que se dispone a regresa a Valencia después haber tomado esta mañana uno de los primeros trenes procedente desde el cap i casal para visitar a un familiar que tenían la zona afectada. Ha pasado unas cuatro horas en l'Horta Sur y en su regreso Valencia también destaca la comodidad que ofrece la reapertura del servicio: «Antes nos tocaba venir en coche o en autobús, y al principio tardábamos casi una hora . Ahora es cuestión de 15 o 20 minutos».

Para otros, el regreso del servicio de Cercanías también suponía la vuelta a la normalidad. Un grupo de estudiantes de la Florida volvía a casa después del primer día de clases tras la DANA. Todavía le sorprende el estado de las calles. Ya que desde el desastre no habían vuelto por la zona. «Es sorprendente seguir viendo barro cuando ya ha pasado tanto tiempo», comenta uno de ellos. Son de Alicante y de Valencia, pero todos viven en la capital, por lo que el Cercanías es esencial para ellos: «Si no lo tuviéramos sería mucho más difícil venir hasta aquí».