Traslado de monumentos falleros a las instalaciones de Feria Valencia tras la cancelación de las Fallas. Irene Marsilla

Ribó se abre a una permuta de la Feria por inmuebles de la Generalitat

El Ayuntamiento y el Consell acercan posturas para intercambiar los terrenos del recinto por bienes autonómicos y evitar su liquidación

Inés Herrero

Valencia

Sábado, 4 de julio 2020, 00:44

La solución para que Feria Valencia compense a la Generalitat por liberarla de la millonaria deuda de las obras de ampliación del recinto parece estar más cerca, tras el principio de entendimiento entre el Ayuntamiento y la Conselleria de Hacienda para estudiar una permuta de la concesión y los terrenos del recinto ferial, a cambio de inmuebles de la Generalitat.

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Y evitar, de ese modo, que la Feria entre en causa de liquidación al quedarse sin esa deuda pero también sin la aportación anual que recibe de las arcas públicas valencianas para atender los compromisos con los acreedores.

Así se planteó este viernes en la reunión de la comisión de seguimiento del proceso de reestructuración que congrega a todos los implicados y en la que, según trasladan a LAS PROVINCIAS fuentes conocedoras de la negociación, el consistorio acercó posturas con el departamento que dirige el socialista Vicent Soler.

De hecho, los representantes municipales llegaron a trasladar su valoración de los terrenos en los que se asienta la Feria, a falta de que Hacienda haga sus propios números y le traslade una propuesta de permuta que cumpla las expectativas municipales, teniendo en cuenta que el Ayuntamiento, casero de la centenaria institución, no participó en la financiación de la ampliación.

Más de un año después del portazo del alcalde Joan Ribó (Compromís) a la «propuesta de pago en especie» planteada por la Conselleria de Hacienda para regularizar la deuda, consistente en que le traspasase la concesión actual para tomar las riendas del recinto, alquilarlo y cobrar un canon o bien le plantease alternativas de pago para liquidar lo que se debía, el Ayuntamiento se abre así a la posibilidad de negociar una permuta para evitar la despatrimonialización que supondría ceder la Feria a la Generalitat sin obtener nada a cambio.

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Para que esa operación salga adelante, desde Hacienda encargaron a la Dirección General de Patrimonio que indague en el inventario autonómico de activos disponibles en busca de algún inmueble en la ciudad que pueda interesar al Ayuntamiento y que sea susceptible de permuta, como publicó Valencia Plaza.

Entre las opciones que se barajan, dada la dificultad de encontrar un inmueble con el valor patrimonial o sentimental suficiente para intercambiarlo por la Feria, figura la posibilidad de que el Ayuntamiento conserve la propiedad de parte del recinto.

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En concreto, de algunos de los espacios que no se utilizan para certámenes, como el nivel 1 que se emplea como aparcamiento, el pabellón que en 2013 se alquiló al fallido Teyoland, bautizado como 'el Ikea valenciano', o el edificio que alberga las oficinas del equipo gestor de la institución.

Al cabo de años de retrasos y tensiones entre los socios de gobierno del Botànic, acerca de si el futuro modelo de gestión será de mayoría pública o privada, el estado de alarma decretado para frenar la expansión del coronavirus hizo saltar por los aires los planes de convocar al Patronato el pasado 1 de abril para respaldar la subrogación de la deuda de las obras de ampliación por parte de la Generalitat, finalizar esa operación y empezar a buscar socios.

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Como publicó este periódico, Hacienda pactó una suspensión de plazos con la compañía que aseguró tanto la emisión de obligaciones realizada en 2002, como el primer préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI), para que la Generalitat pase a ser la titular de los 286 millones de deuda pendiente de amortizar al cierre del pasado ejercicio.

Llegados a este punto, los implicados han retomado las negociaciones relativas a esa refundación, con diversos frentes abiertos e intención de guardar discreción para evitar nuevos desencuentros. Conscientes, además, del varapalo sufrido por el negocio ferial en todo el mundo en forma de cancelaciones por el Covid-19, la más reciente la de Hábitat 2020 en septiembre, y de las dificultades que atraviesan tanto los recintos, obligados a reinventarse, como los operadores llamados a asociarse con Feria Valencia para impulsar su crecimiento.

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