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El tardeo genera importantes beneficios a la hostelería, pero no contenta a los vecinos de las zonas en las que se produce. Asociaciones vecinales, ... como la de Ruzafa, reclaman soluciones a la administración para alcanzar acuerdos que contenten tanto a hosteleros como a residentes. El ruido y la ocupación de la vía pública durante la mayor parte de la jornada aglutinan las quejas de los vecinos de las zonas más conflictivas. «Es una invasión. Entendemos que el sector hostelero tiene unos intereses concretos, pero hay una falta de coordinación que es evidente», explican desde la asociación Plataforma per Russafa.
Los residentes consideran que se ha producido una «mercantilización total del barrio» a través del turismo y el ocio, ya que únicamente se piensa en el cliente que llega a la zona, pero no en el que habita en ella.
«Esto es un no parar. Hay calles en las que no caben más mesas y es imposible transitar. De hecho hemos planteado una reducción de mesas a los hosteleros, pero la respuesta ha sido un ninguneo», argumentan desde Plataforma per Russafa. Los vecinos del barrio aseguran que su intención ni mucho menos es el cierre de negocios, sino la convivencia: «No estamos pidiendo que cierren bares, sino que se reduzcan las mesas, porque la combinación etílica y el jaleo con tantas mesas hace que sea muy difícil controlar los niveles sonoros».
Los responsables de los clubes de ocio aseguran que «el tema de los vecinos es algo que nos preocupa» por lo que cada vez realizan una inversión mayor en el control de las zonas externas de los establecimientos. Desde Vessel Club indican que la preocupación por el vecindario ha marcado su horario de apertura: «Solo abrimos viernes y sábado. Abrir jueves o domingo no merece la pena, porque lo que intentamos es molestar lo mínimo posible».
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La sensación del vecindario es distinta tanto en Ruzafa como en El Cedro u Honduras. Desde la asociación vecinal Russafa Descansa creen que la saturación acústica de los barrios se ha agudizado «aún más» con el impulso del tardeo. La plataforma critica la actitud del Ayuntamiento de Valencia respecto a la situación que se vive en diversas zonas de la ciudad. «El vecindario de cada vez más barrios de la ciudad es sabedor de que la concejalía responsable resuelve «a sabiendas» en contra de la protección de derechos constitucionales fundamentales que se encuentran en la cumbre del ordenamiento jurídico», comentan desde la plataforma vecinal.
En esa línea, las asociaciones vecinales de las zonas saturadas acústicamente se plantean acudir a la vía penal «ante la desprotección de estos derechos fundamentales por parte del Ayuntamiento y de la Concejalía de contaminación acústica».
La propuesta de Plataforma per Russafa abre las puertas a la negociación. De hecho, desde la asociación vecinal reclaman ciertas «compensaciones de vida» a cambio de tener que soportar el continuo trasiego en sus calles.
La idea que proponen las agrupaciones vecinales pasa por dotar a los barrios más afectados de «espacios públicos que favorezcan las relaciones vecinales». En el caso de Ruzafa, las principales reivindicaciones de los residentes pasan por obtener un espacio reservado en el muelle 4 del Parque Central para actividades de asociaciones del barrio o poder hacer uso de la nueva piscina municipal. «La comunidad vecina está desprotegida. Solo queremos que se nos compense y que se ponga en valor la marca ruzafa, pero no únicamente mediante el ocio», exigen desde la asociación vecinal.
Por el momento, la asociación no ha trasladado la problemática al Defensor del Pueblo, aunque es una medida que comienzan a plantearse.
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