La Renta Activa de Inserción (RAI) es una ayuda no contributiva destinada a proporcionar apoyo financiero a personas desempleadas que se encuentran en situaciones de especial necesidad y dificultad para reincorporarse al mercado laboral. Este programa, gestionado por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en España, está diseñado para ofrecer un sustento temporal a colectivos vulnerables, como los desempleados de larga duración, personas con discapacidad, víctimas de violencia de género y de violencia doméstica, así como emigrantes retornados mayores de 45 años.
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Tal y como explican desde el SEPE, esta prestación que se concede durante 11 meses como máximo y se cobra con efectos del día siguiente a la solicitud. La cuantía mensual es del 80 % del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), que está establecido en 600 euros mensuales, por lo que se perciben 480 euros (5.280 euros en total).
A diferencia de otras ayudas, la RAI no hay que solicitarse de inmediato después de agotar el paro, sino que puede solicitarse en algún momento de la vida laboral después de haber recibido la prestación contributiva. Eso sí, quienes tengan pensado solicitarla tendrán que estar atentos porque esta ayuda está programada para desaparecer.
El SEPE puede suspender temporal o definitivamente el pago de la RAI si el beneficiario incurre en una serie de situaciones que le hacen perder los requisitos para recibir esta ayuda.
Una de las condiciones clave para mantener la RAI es cumplir con el requisito de carencia de rentas. Esto significa que el solicitante no debe tener ingresos superiores al 75 % del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), excluyendo las pagas extraordinarias. Si el desempleado deja de cumplir con este requisito de carencia de rentas durante más de seis meses, el SEPE procederá a dar de baja definitiva la ayuda.
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Además de la carencia de rentas, hay otras circunstancias que pueden llevar a la suspensión o extinción de la RAI, tales como:
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- Inicio de una actividad laboral por cuenta propia o ajena. Si el beneficiario comienza a trabajar, la RAI se suspende automáticamente. Si la actividad dura más de seis meses, la prestación se extinguirá definitivamente.
- Incompatibilidad con otras prestaciones. La RAI es incompatible con otras ayudas o prestaciones que el beneficiario pueda recibir. Si el SEPE detecta que se está percibiendo otra prestación incompatible, procederá a la suspensión.
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- Incumplimiento de las obligaciones. Los beneficiarios de la RAI tienen la obligación de participar en las acciones de inserción laboral y formación que se les asignen. El incumplimiento de estas obligaciones puede dar lugar a la suspensión o extinción de la ayuda.
- Traslado al extranjero. Excepto en el supuesto de traslado para la búsqueda o realización de trabajo, perfeccionamiento profesional o cooperación internacional, por un periodo superior a seis meses.
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- Ingreso en prisión. Si su situación fuera incompatible con la realización de trabajo, o la participación en acciones de inserción laboral fuera del centro penitenciario, cuando la privación de libertad lo sea por tiempo igual o superior a seis meses.
En este contexto, desde el SEPE recuerdan que las personas trabajadoras que causen baja definitiva en el programa no podrán volver a ser incorporadas al mismo, si bien podrán obtener otro derecho a la admisión al programa, cuando cumplan los requisitos exigidos.
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